“Diario de una vagabunda”, de Fumiko Hayashi

Print Friendly, PDF & Email
18 Votos obtenidos¡Vótame!

 

Título: Diario de una vagabunda

Autora: Fumiko Hayashi

Editorial: Satori Ediciones

Colección: Maestros de la Literatura Japonesa

Traducción: Virginia Meza

ISBN: 987-84-941125-7-7

Páginas: 264

PVP: 21€

Puedes comprarlo aquí

 

Sinopsis: En el Tokio de los años veinte, una joven abandonada por su amante sobrevive desempeñando todo tipo de trabajos mal pagados en cafés, tiendas y fábricas, mientras intenta abrirse un hueco en el bohemio mundo literario de la capital nipona y alcanzar su sueño de triunfar como escritora. Vagando de amante en amante, de traición en traición, la joven repasa en su diario el día a día de sus pequeñas alegrías, sus desdichas y sus esperanzas, viviendo con toda la fuerza de la desesperación aferrada a su sueño.

Diario de una vagabunda recoge los años previos a la fama y al éxito de Hayashi Fumiko, protagonista absoluta de sus páginas, que nos abre las puertas de su vida y de sus ilusiones con naturalidad y sinceridad absolutas. Publicada inicialmente por entregas entre 1928 y 1930, esta obra supuso un soplo de aire fresco en el panorama literario  de su época y proporcionó a su joven autora un éxito sin precedentes.

Mi destino es ser vagabunda. No tengo una tierra natal. No tengo alcurnia y soy gallinita.

Mi padre era originario de Iyo, en Shikoku, y se dedicaba al comercio ambulante. Vendía telas de algodón.

Mi madre, hija del dueño de

una posada con aguas termales de Sakurajima, era de Kiushu.

Fue desterrada de Kagoshima por haberse casado con un forastero y, buscando un lugar donde establecerse con mi padre, llegaron a Shimonoseki, el antiguo Bakan. Allí respiré por primera vez.

(…) A los ocho años, a esa tierna edad de mi vida, también empezó a soplar un viento huracanado.

En Wakamatsu mi padre subastaba telas de algodón e hizo una fortuna considerable; metió en la casa a una geisha llamada Hama, quien venía huyendo desde una de las islas de Amakusa, en el mar cercano a Nagasaki. Poniendo como punto final el Año Nuevo del calendario antiguo, un día que nevaba, mi madre dejó la casa llevándome con ella.

 

Allá en el pasado mes de noviembre Satori Ediciones publicó Diario de una vagabunda junto con El gran espejo del amor entre hombres, dos joyas literarias que forman parte de su ya numerosa colección Maestros de la Literatura Japonesa. La editorial asturiana nos sorprendió una vez más dándonos a conocer a otra importante figura del mundo de las letras niponas. Y esta vez le tocó el turno a una escritora, la primera del catálogo: Fumiko Hayashi.

Diario de una vagabunda es el extracto del diario que Fumiko Hayashi escribió de los 18 a los 22 o 23 años. Pero es mucho más que un simple diario o unos retales de una vida marcada por la pobreza. En sus páginas encontraremos pensamientos, poemas, deseos, tristezas y alegrías de una mujer cuyos orígenes humildes la hacían ir y venir de un lado para otro con la única intención de sobrevivir.

Siguiendo los pasos de un joven estudiante que le promete casarse con ella -para más tarde no cumplir con su palabra y abandonarla-, Fumiko llega a la capital donde va sobreviviendo como puede con trabajos varios y mal pagados. Malvive en pension es con habitaciones diminutas, viste kimonos raídos y remendados una y otra vez, trabaja de camarera en varios cabarés, de niñera, de chica de los recados o incluso en la fábrica de juguetes pintando piezas por un miserable salario. En muchas ocasiones pasa hambre, debe dinero, apenas puede ahorrar algo y cuando no tiene más remedio vuelve a hacer de camarera en los cabarés, un trabajo que la hastía. Se mueve en los círculos bohemios de la época donde escritores y poetas son sus amigos, personas que, al igual que Fumiko, van abriéndose camino. Y en el terreno amoroso tiene igual de mala suerte: sus amantes, intelectuales y artistas de renombre de la época, son hombres infieles y egoístas que únicamente se aprovechan de ella y la traicionan. Pero no todo son suplicios para Fumiko. En ocasiones consigue pequeñas alegrías pero muy satisfactorias cuando le publican sus poemas y cuentos en revistas y diarios de la época.

Muchas veces, a pesar de estar exhausta por el trabajo y sin apenas haber comido, se sienta ante el escritorio a escribir aunque sean un par de líneas. Con las palabras Fumiko se desahoga en este diario íntimo que día a día le va dando forma a través de sus desdichas, alegrías y anhelos, su gran aspiración de convertirse algún día en escritora y ese fuerte deseo de una vida mejor. Pero sobre todo Fumiko nos transmite constantemente ese amor incondicional que siente por su madre, la añoranza que siente por ella y sus deseos desesperados de ayudarla por todos los medios enviándole cuando puede algo de dinero.

Y todo esto nos lo describe y relata con su peculiar escritura, que no tiene un hilo temporal riguroso y que en muchas ocasiones vemos grandes saltos temporales entre vivencia y vivencia. La narrativa es muy libre y el modo que tiene Fumiko de contar su día a día con frases cortas mezcladas con esa sensibilidad de poetisa que la caracteriza hace que la narración sea muy fluida y a la vez cercana.

Diario de una vagabunda es el grito de desesperación de una mujer joven que no está conforme con su vida y que para cambiar ese hecho lucha incansablemente día y noche por salir de su existencia humilde y lograr así una vida más digna. A pesar de los momentos difíciles, de los obstáculos que le va colocando la vida y sus escasos recursos, jamás se rinde. No es hasta varios años más tarde cuando la suerte le sonríe y logra por fin ese ansiado éxito gracias a este diario que fue publicado por entregas entre 1928 y 1930. La misma autora lo recalca en el prefacio que escribió para el libro: <<no quiero menospreciar la vida que llevé durante el tiempo de Diario de una vagabunda. Vivía con toda la fuerza de la desesperación aferrándome a algo. Y de ninguna manera quiero pensar, en este momento, en que mi vida en ese entonces era sórdida>>.

Finalmente, como lectora que se ha quedado encantada con este libro recomiendo, para complementar su lectura, leer también el esclarecedor prólogo de Kayoko Takagi para comprender mejor la vida de esta fascinante escritora, así como también la época en la que vivió.

 

 

Sobre la autora

Nació en Shimonoseki en 1903. Fue hija natural de una pareja de vendedores ambulantes. Su infancia estuvo  marcada por la pobreza y el desarraigo. En 1922, tras graduarse en el instituto, Fumiko se trasladó a Tokio siguiendo los pasos de un joven que le había prometido matrimonio. En la capital sobrevivió desempeñando trabajos mal pagados y viviendo con diversos amantes. La efervescente vida cultural y literaria de la ciudad estimuló su talento natural para la escritura y su formación autodidacta la dotó de un estilo propio, audaz e incisivo. Su fascinante autobiografía Diario de una vagabunda, publicada inicialmente por entregas entre 1928 y 1930, le procuró un éxito sin precedentes.

Escritora, reportera de guerra y viajera incansable, su producción literaria no cesaría: Nubes flotantes, El crisantemo tardío, o la inconclusa La comida son algunas de las más de doscientas obras publicadas a lo largo de una vida intensa que terminó súbitamente de un ataque al corazón el 28 de junio de 1951. A su funeral acudieron los escritores más importantes del momento y más de dos mil personas presentaron sus respetos.

Redacción: Mariona Rivas Vives

Sobre Iona Rivas Vives