Alberto Ballester y Alberto Silva se lanzan a la aventura de la autoedición con «Cercenador, corta y pega»

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Finales de 2004, dos compañeros de facultad a través del ya extinto servicio de mensajería instantánea Messenger proyectan crear un cómic a partir de la idea de «un cazarrecompensas que corta los pulgares de sus víctimas como facturas de sus trabajitos».

El mismo día que surgió la idea terminaron de perfilar toda la historia a través de esa conversaciones informática. El 13 de Enero de 2005, Alberto Ballester entregó un primer borrador del guión del cómic. Pronto Alberto Silva, tras desmenuzar toda la historia, tenía preparados unos bocetos del protagonista, Mike Stanton, El Cercenador. «Decidimos centrarnos en el Stanton más gordo, el más viejo, pero también el más letal», comentan los autores.

Se había convertido en un proyecto real, sólo tenía que cobrar forma. Sin prisa ni plazos de entrega, cuando Alberto Silva tenía un poco de tiempo libre dibujaba un par de viñetas, una página o lo que pudiese. Y así, poco a poco y ocho años después, consiguieron terminar el cómic.

Financiados totalmente por sus ahorros, quisieron publicar un buen producto final y soportaron los gastos autoeditándose. «Hemos dado todos los pasos de la edición nosotros mismos, al igual que la distribución y la promoción, con lo cual se abaratan los costes. Pero nuestra intención no es sacar dinero, buscamos cubrir gastos y que el cómic tenga la mayor difusión posible». Ambos autores son conscientes de la situación actual del mundo del cómic, por lo que para ellos resultaba una condición indispensable no superar los 2,5 € de precio de portada.

«Cercenador, corta y pega» bebe de la serie B y el western sucio, con diálogos chispeantes y atrevidos y un dibujo minucioso y detallado. Los autores nos sirven un concepto sumamente personal y que a la vez nos resulta familiar.

El cómic narra la historia crepuscular de un antihéroe que buscará recuperar su honor a cualquier precio a través del  sexo y la venganza. Un samurái postmoderno que se abre camino a golpe de cuchillo desde la pequeña cocina del dinner perdido donde trabaja.

Cercenador es un cómic incorrecto y gamberro. Una historia cruda, de viejas glorias y sus cicatrices, cocinada en 28 páginas de trepidante acción a un precio inmejorable.

Pero sobre todo Cercenador es la historia de dos amigos y aficionados convertidos en profesionales del cómic que vuelcan su respeto y pasión por el medio haciendo lo que más les gusta, tebeos.

 

 Fuente: Kekorto

 

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