Hiperactividad, una breve introducción

  La hiperactividad es uno de los síntomas del trastorno por déficit de atención. Se caracteriza por una excesiva manifestación motora, con movimientos rápidos, incontrolados, torpes y sin un objeto […]
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La hiperactividad es uno de los síntomas del trastorno por déficit de atención. Se caracteriza por una excesiva manifestación motora, con movimientos rápidos, incontrolados, torpes y sin un objeto concreto. Los niños parecen estar siempre en movimiento en cualquiera de los ambientes en los que se encuentren. Les cuesta estar sentados o quietos, tanto en clase como en casa, en los juegos con otros niños.

La hiperactividad motora afecta al 5% de la población, con mayor porcentaje en niños que en niñas. Este trastorno puede tener origen en la inmadurez o la disfunción neurológica.

Hay que definir los horarios de forma clara para que el niño compruebe una cierta regularidad en sus horarios; la cena debe ser de fácil digestión; conviene un baño o actividad relajante antes de llevarle a la cama; evitar los aparatos eléctricos en el cuarto del niño para que no interfieran su relajación o sueño. Un baño todos los días al que se añadirá unas gotas de aceite esencial de bergamota y albahaca, ambos con efectos relajantes sobre el sistema nervioso.

El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH a partir de ahora) está caracterizado por tres síntomas: la falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad, aunque como veremos más adelante no siempre tienen que estar presentes conjuntamente, puesto que existen distintos subtipos dentro de este trastorno.

Se trata de uno de los trastornos más importantes dentro de la Psiquiatría infanto-juvenil, constituyendo cerca del 50% de las consultas, y siendo además posiblemente el más estudiado de todos ellos. Es un trastorno crónico, que puede cambiar sus manifestaciones desde la infancia hasta la edad adulta, que interfiere en muchas áreas del funcionamiento normal y cuyos síntomas persisten en hasta un 50-80% de los casos en el adulto. Constituye un problema clínico y de salud pública muy importante, generador de problemas y desajustes en niños, adolescentes y adultos.

La prevalencia de este trastorno se sitúa en torno al 3-10% de la población infantil. Está probado que los niños son más propensos que las niñas, en cifras que varían de 2 a 1 hasta 9 a 1. Las niñas presentan con mayor frecuencia problemas de falta de atención, dificultades para aprender y síntomas ansiosos y afectivos con sintomatología de impulsividad o agresividad.

De todos modos, las prevalencias estimadas varían en función de los métodos de estudio, el sistema diagnóstico y los criterios asociados, las medidas usadas, los informadores, la muestra estudiada.

Los estudios de prevalencia realizados en España no hacen sino confirmar tales datos en población de nuestro país.

Se estima que más del 80% de los niños que presentan el trastorno continuarán padeciéndolo en la adolescencia, y entre el 30-65% lo presentarán también en la edad adulta. Sin embargo, las manifestaciones del trastorno irán variando notablemente a lo largo de la vida.

El origen del trastorno por déficit de atención con hiperactividad o trastorno hipercinético no se conoce del todo. La información disponible hasta la fecha sugiere la improbabilidad de encontrar una causa única al trastorno, considerándose más bien la vía final de una serie de causas biológicas que interactúan entre sí y con otras variables ambientales, tanto de orden biológico como psicosocial. Las ideas iniciales del “daño cerebral mínimo han llegado en los últimos años a evolucionar hacia estudios de neurobiología y genética. Del mismo modo, aunque los factores psicosociales no se consideran actualmente como causa principal, el estudio de los problemas familiares presentes en niños con esta patología ha revelado su importante papel en el desarrollo de los síntomas en la aparición de comorbilidad conductual (trastorno oposicionista desafiante y trastorno disocial) y por ende, en el diseño de las intervenciones terapéuticas.

Actualmente el diagnóstico se realiza según los siguientes criterios:

1.- Seis o más de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:

Falta de Atención:

A)   a menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.

B)    A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas

C)    A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente

D)   Con frecuencia no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u obligaciones en el centro de trabajo

E)    A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades

F)    A menudo evita, le disgusta dedicarse a tareas que requieres un esfuerzo mental sostenido

G)   A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (juguetes, ejercicios escolares, libros, etc.)

H)   Se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes

I)      A menudo es descuidado en las actividades diarias

2.- Seis o más de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es poco lógica con el nivel de desarrollo:

Hiperactividad:

A)             a menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento

B)             a menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado

C)             con frecuencia corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo.

D)             a menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio

E)              a menudo “está ocupado” o suele actuar como si “estuviera impulsado por un motor”

F)              habla en exceso

Impulsividad:

A)   a menudo emite bruscamente las respuestas antes de haber sido terminadas las preguntas

B)    tiene dificultades para esperar su turno

C)    a menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p.ejemplo se entromete en conversaciones o juegos)

B)    Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o desatención que causan alteraciones están presentes antes de los 7 años de edad.

C)    Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan

D)   Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo del funcionamiento social, académico o laboral.

E)    Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explican por la presencia de otro trastorno mental.

 

El inicio del trastorno no es posterior a los siete años. Los criterios deben cumplirse en más de una situación. Los síntomas de hiperactividad, déficit de atención e impulsividad ocasionan malestar clínicamente significativo o una alteración en el rendimiento social, académico o laboral.

Se trata de niños con problemas de aprendizaje y tan activos que llegan a niveles de destrucción, con respecto a sí mismo y a los demás.

 

La alimentación también es importante

Estos niños pueden reaccionar frente a sustancias químicas contenidas en los alimentos. Por supuesto, los niños vegetarianos consumen menos “comida basura”, pero también pueden estar expuesto cuando su comida no es tan natural como debiera.

Los dulces, las bebidas y las galletitas, que contienen un colorante amarillo llamado tartrazina, son altamente pertubadores.

Las bebidas gaseosas contienen, para hacerlas espumosas, ácido fosfórico, que producen hiperactividad.

Los cereales son muy buenos, pero siempre que no contengan colorantes y aromatizantes artificiales.

Deben suprimirse las tortas y todo en general que contenga harina común. Debe reemplazarse por harina integral.

Los helados deberán elaborarse en casa, sin colorantes ni aromatizantes artificiales.

Los yogures deben ser naturales. Si les gustan con frutas pueden agregarse frutas frescas. Los quesos deben ser sin colorantes.

Utilizar aceite sin colorante ni aditivos. Suprimir las margarinas. SI consumen mostaza o mayonesa, deberán ser de elaboración casera.

En la Universidad estatal de California, el criminólogo norteamericano, Steven Schoenthaler, realizó una investigación que probó la relación entre los aditivos presentes en las comidas procesadas y la hiperactividad extrema, que podía llegar hasta la delincuencia.

Es recomendado también para tratar su sintomatología el aceite de onagra.

 

Redacción: M.J.D.

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