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Título: Viajo sola (Viaggio sola)
Director: Maria Sole Tognazzi
Guión: Ivan Cotroneo, Francesca Marciano, Maria Sole Tognazzi
Reparto: Margherita Buy, Stefano Accorsi, Fabrizia Sacchi, Gian Marco Tognazzi, Alessia Barela, Lesley Manville, Carolina Signore, Diletta Gradia
Duración: 85 minutos
Año: 2013
País: Italia
Música: Gabriele Roberto
Fotografía: Arnaldo Catinari
Género: Drama
Productora: Augustus Color, Bianca Film, Rai Cinema, Ministerio de los Bienes y Actividades Culturales (MiBAC)
Distribuidora: Caramel Films
Un gran éxito de público en Italia y cinco nominaciones a los David di Donatello, los galardones más prestigiosos del cine italiano (Margherita Buy obtuvo el de Mejor Actriz Protagonista), son la carta de presentación de lo nuevo de Maria Sole Tognazzi tras “Ritratto di mio padre” de 2010. “Viajo sola” llega a las salas españolas un año después de su estreno en Italia.
Irene (Margherita Buy) es una mujer de cuarenta y tantos, soltera e independiente, que trabaja como inspectora de hoteles de lujo. Un trabajo que implica soledad y que cubre la mayor parte de su tiempo, sin dejar sitio para nada más. Esto le lleva a replantearse su forma de vida y las elecciones personales que ha tomado.
Más cerca de la comedia que del drama, la película se queda en un relato simplista y previsible de la vida de la protagonista y de la crisis existencial que atraviesa. Aunque la ejecución de Sole es correcta, la directora no asume riesgos y se conforma con retratar la rutina de un hotel de lujo tras otro.
El trabajo de Margherita Buy es lo más destacable, ya que consigue sostener la historia con un personaje sin apenas evolución. Uno de los grandes defectos de la película son sus personajes, todos pasivos, moviéndose en función del viento, sin rastro de ambiciones. Los actores cumplen, pero no pueden hacer más con lo que tienen.
Por otro lado, la parte técnica está muy cuidado, con una fotografía suave y en tonos cálidos durante los viajes que se endurece en los momentos donde la protagonista está en Roma. La música es otro elemento que ayuda a que la historia avance con ligereza, imprimiéndola una energía que el espectador agradece.
En cuanto al guión, la impresión es que la historia está contada con prisa. Se compone de secuencias muy cortas, que llevan a un desarrollo pobre. Se intercala la vida profesional de Irene con su vida personal de manera acelerada, sin profundizar en ningún aspecto. Y con tanta prisa y tanta rutina repetida, llega un momento en el segundo acto que la historia se cae y tiene serias dificultades para remontar.
Como conclusión, la película no es tan aburrida como podría haber sido, en parte gracias a los momentos cómicos que funcionan bastante bien y rompen con la monotonía, y en parte porque la duración es la acertada. Pero el aire de conformismo que se respira en la cinta es lo que hace que una vez que termina, te olvides de ella.
Crítica: Verónica Ortego
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