Star Trek: La mayor Saga de la historia (I)

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Lo admito, si: Yo soy fan de Star Trek.  Llegué tarde puesto que esta saga está cerca de los 50 años de historia, pero sí, me enganché.

En 1990 Canal Sur decidió emitir una serie que tanto en Cataluña como en Madrid había encontrado su hueco.  Fue los domingos a las 12 del mediodía. Yo había leído  sobre la serie y hasta había visto alguna película sin que realmente me dijera nada, así que decidí echarle un vistazo. Esta era una serie de los 60 y, claro, para un preadolescente de los 90 eran irrisorios sus efectos especiales, sus decorados totalmente acartonados, su música camp y unos disfraces que alguna vez sobrepasaba el ridículo. Pero seguí viendo más allá del primer capítulo y lo que en un principio me daba hasta vergüenza poco a poco me fue enganchando, hasta el punto de que en un principio la veía sólo con mi hermano y terminé viéndola con mi hermano pequeño, mi hermana y hasta mi madre ocasionalmente.

Pero vayamos al grano, que hay 6 series realizadas, 1 sin realizar y 11 películas que comentar. Comenzaremos cronológicamente.

“Star Trek -”La conquista del espacio” (1966-1969)

Voy a comenzar la historia de Star Trek desde otro punto de vista, comentándolo desde el punto de vista del negocio que es esta franquicia.

Desilu era una productora de éxito en los 50 y 60 y habían tenido varias series con un éxito descomunal, entre ellas “Los intocables” (1959/63),  “Misión imposible” (1966/73) y sobre todo una serie de referencia en la historia de la televisión en EEUU: “Te quiero, Lucy” (1951/57). El nombre de la productora, Desilu, era la conjunción de los nombres del matrimonio dueño de la procutora, Desi Arnaz Jr.  y Lucille Ball, de hecho la Lucy de “Te quiero, Lucy”.

Hasta ellos llegó  Gene Roddenberry, quien quería hacer una serie del oeste que en la época tenían gran éxito, pero ya había demasiadas.  Se le ocurrió entonces a Roddenberry la feliz idea de retomar el esquema de forastero que llega a un pueblo, soluciona los problemas y se va -esquema típico del western clásico y de series como “El fugitivo” (1963/67), “El coche fantástico” (1982/86) o “El equipo A” (1983/87)- y lo llevó al espacio. En televisión se estaba aprovechando con éxito el tirón de la serie B de ciencia ficción con series de corte fantástico como eran “Dimensión desconocida” (1959/64) o “Rumbo a lo desconocido” (1963/65) pero la idea de Roddenberry era ciertamente audaz, al ser una serie totalmente en el espacio.

Tenía posibilidades para resultar un éxito y Desilu apostó por ello.

Se dio luz verde a un episodio piloto donde ya estaba el personaje de Spock interpretado por Leonard Nimoy y un decadente Jefrrey Hunter, quien ya andaba lejos de los días de gloria de “Centauros del desierto” (1956) o “Rey de reyes” (1961), como el protagonista, el capitán Christopher Pike.

Aquel episodio piloto no satisfizo a nadie. Visto hoy día, no se puede decir que fuera malo, pero sí demasiado poco estimulante como para comenzar una serie. Desilu sigue viendo posibilidades y hace lo impensable encargando un segundo piloto.

Todo se rehízo por completo. Guión, concepto de la serie -haciéndola más cercana y menos cerebral- y el reparto, serían revisados dejando únicamente al mencionado Nimoy como elemento físico del primer piloto. Sería aquí cuando se contrataría a un veterano del western, DeForest Kelley como el doctor  Leonard “bones” McCoy, a la afro-americana Nichelle Nicols como la oficial de comunicaciones de origen africano Niota Uhura, el japonés George Takei como Ikaru Sulu  a los que se le sumó en la segunda temporada Walter Koening haciendo del ruso Pavel Chekov, todos ellos para dar un toque racial e internacional a la serie. Finalmente se adhirió al reparto a los canadienses James Doohan como el ingeniero Montgomery Scott y a William Shatner como el icónico capitán James T. Kirk.

Se contrató a gente como el recientemente fallecido Richard Matheson para que escribieran unos muy cuidados guiones para la serie. Poco se dejó al aire en este segundo intento y aquí sí que salió adelante.

Ciertamente no todos los episodios eran igualmente buenos, pero tenían la diversión suficiente para enganchar al público, incluso aquel que no comulgaba con la ciencia ficción. Aunque fue su visión de un futuro de hermandad e igualdad, sin conflictos, lo que le pondría en la historia.

Fue una serie pionera en la historia de la televisión. Como buena pieza de ciencia ficción presentaba la realidad presente en forma de parábola. Así, por ejemplo el conflicto Federación/Klingon era un claro trasunto de la Guerra Fría, pero Spock y compañía hicieron historia tocando uno de los temas claves de la época, pudiendo entrar en temas que la censura de la época hubiera prohibido. Y es que el primer beso interracial de la historia de la televisión se dio en esta serie: el capitán Kirk debe besar a Uhura, forzosamente, si, pero la besa. Hay que decir que en la época de emisión de este episodio los afro-americanos no tenían derecho a voto. Su situación era totalmente marginal ya que incluso tenían que ceder su sitio en un bus si un blanco venía a sentarse.  Pues en Star Trek tocaron el tema, ya que el reparto viaja a un mundo donde la mitad de su población es blanca y negra y la otra negra y blanca. Es por detalles como este por lo que la serie ha persistido casi medio siglo.

A modo de anécdota decir que la actriz que interpretaba a la oficial de comunicaciones Niota Uhura, no le parecía que su personaje tuviera demasiada relevancia y estaba pensando en dejarlo. Lo consultó con Martin Luther King, quien le pidió que  no lo hiciera, porque su personaje era el primer personaje de color plenamente integrado en una serie, a modo de igual, no esclavo. De esta manera, el papel de Nicols pasó de ser irrelevante a ser pionera de los derechos raciales.

Otro dato curioso es que el actor del segundo episodio piloto, ya con el reparto antes comentado, Gary Lockwood, sería posteriormente contratado por Stanley Kubrick para otro hito de la ciencia ficción: “2001: una odisea del espacio” (1968). No será la última conexión con el mítico film.

Por la serie veríamos rostros conocidos, entre ellos un joven Joan Collins haciendo de misionera. Quién lo diría cuando llegó Dinastía.

Pero volvamos a los números. Aunque la primera temporada de la serie pasó sin pena ni gloria se decidió hacer una segunda temporada, cuyo resultado produjo un descenso de la audiencia. La cadena dio la orden de cancelar la serie, pero un movimiento masivo de fans de la serie la salvó in extremis. Se le dio una nueva oportunidad. Una tercera temporada vería la luz con menos presupuesto y los viernes, lo que es, aún hoy, el día-tumba para las series. Evidentemente su  audiencia fiel no consiguió levantar los ratings y la serie fue cancelada de forma definitiva.

Aquello parecía el final. Fue justo al año siguiente cuando se cambió el método de análisis de audiencia en EEUU, pasando de medir sólo el número de espectadores a medir la franja de edad. Esto se hace en función de beneficios. Evidentemente los que más consumen son los jóvenes de entre 14 a 35 años.  Una serie puede tener una gran cantidad de espectadores, pero si quien lo ve es una audiencia envejecida -jubilados vamos- al no comprar, no interesa a los anunciantes. Es por ello que series con muy buenas audiencias como fueron “Life” (2007/09) o “Harry’s Law” (2001/12) fueran canceladas.

Descubrieron entonces que Star Trek tenía uno de los mayores ratings por target -lo que viene siendo, espectadores preferidos por los anunciantes- de la historia.

Se decidió entonces reponerla en diferentes canales locales teniendo un éxito espectacular, ya que a cada nuevo pase, sus números subían, pero a estas alturas todos sus actores ya estaban trabajando en otros proyectos.

Varias propuestas se sucedieron, pero finalmente cristalizó la más decepcionante.

Reparto: William Shatner (Capitán James Tiberius Kirk),  Leonard Nimoy (Spock), DeForest Kelley (Dr. Leonard “Bones” McCoy),  Nichelle Nicols (Uhura),  James Doohan (Montgomery Scott “Scotty”),  George Takei (Ikkaru Sulu), Walter Koening (Pavel Chekov),  Majel Barret (Enfermera Christine Chapelle), Grace Lee Whitney (Janice Rand)

Director: Marc Daniels, Joseph Pevney y otros …

Guionista: Gene Roddenberry y otros…

Música: Alexander Courage.

 

“Star Trek: la serie animada” (1973/75)

Paramount adquirió Desilu y con ella un gran número de exitosas series. De entre ellas destaca la ya acabada Star Trek, pero da rabia ver cómo tienes una serie de éxito y no puedes aprovechar el tirón. Como ya dije, los actores estaban ocupados en otros proyectos, así que otra serie parecía inviable. Se le ocurrió a alguien entonces que, al ser una serie juvenil, se podría hacer una serie de animación y con las voces de los actores originales. Parecía la idea perfecta. Los actores graban sus voces en una jornada, por lo que no estorba a sus otros trabajos, los fans tenían su ración de Star Trek y la productora seguía ganando dinero. Paramount hacía presión a Gene Roddenberry para que siguiera con la saga por esta vía, pero Paramount era una empresa mucho más grande que Desilu, y el creador de la saga no las tenía todas consigo. Finalmente Paramount le da el control creativo total a Roddenberry.

Se barajan distintas productoras de animación y la que se lleva el gato al agua es Filmation.

Filmation es una compañía mítica para aquellos fans del fantástico, ya que son los responsables de  “Masters del universo”, pero aquí hicieron un trabajo muy pobre. Venían de tener varios éxitos con Batman y Sabrina, la bruja adolescente. El problema es que Filmation es una compañía de muy limitado presupuesto, así que su animación suele ser muy irregular, en la que se combinan momento de  calidad con una acción muy estática.

Los problemas de esta serie empiezan a surgir cuando dicen que sólo tienen presupuesto para contratar a los tres actores principales. Leonard Nimoy se negó en redondo y exigió la contratación del resto del reparto principal o él no participaba. Se llegó a un acuerdo por el cual volverían todos menos Walter Koening, alias Chekov, aunque esto no dejó fuera al intérprete, ya que escribió un episodio.

Lo bueno de la serie es que pudieron poner más personajes extraterrestres y permitirse alguna licencia más que no pudieron hacerse en la serie original. Los guiones eran buenos, pero en 20 minutos no podían llegar a equipararse con el desarrollo de los 50 de la serie.

En su contra, por desgracia, muchas cosas. La pobre animación, como ya dije antes y un problema de última hora, ya que pasó de ser un proyecto de prime time a un proyecto de sábados por la mañana, lo que conlleva un presupuesto más reducido. De hecho, para ahorrar, en todos los episodios James Doohan, aparte de hacer de “Scotty”, doblaba a gran cantidad de personajes.

Roddenberry veía esta serie como el quinto año de viaje del Enterprise en su origen, pero decepcionado con el resultado final, renegó de la serie y la “sacó” de la cronología oficial. Bueno, eso dijo, pero cosas como que la “T.” de James T. Kirk es de Tiberius salieron de esta serie.

Hoy en día queda como una curiosidad,  y un hallazgo para los fans, pero no aportó nada al mundo Trek.

Reparto: William Shatner (Capitán James Tiberius Kirk),  Leonard Nimoy (Spock), DeForest Kelley (Dr. Leonard “Bones” McCoy),  Nichelle Nicols (Uhura),  James Doohan (Montgomery Scott “Scotty”),  George Takei (Ikkaru Sulu),  Majel Barret (Enfermera Christine Chapelle), Lou Scheimer (varios)

Director: Hal Sutherland y Bil Reed

Guionista: Gene Roddenberry, Walter Koening y otros…

Música: Ray Ellis y Norm Prescott

“Star Trek: Phase II” (Proyecto)

A pesar de la fría acogida de la serie animada, los fans seguían sedientos de Star Trek. Desde 1975 se volvió a contratar a un reticente Gene Roddenberry para continuar su saga. No se sabía de qué manera, pero querían continuarla. Los directivos de Paramount cambiaban constantemente de idea. Primero una película que contó con un guión de Roddenberry y que sería desechado por ser demasiado religioso. No es este dato irrelevante, porque la idea se retomaría para “Star Trek V: la frontera final” que fue un gran descalabro.

Tras este intento decidieron que mejor era una serie de TV. Esta idea no cristalizó. Y así hasta que Paramount decidió lanzar su cuarto canal y se buscó a una franquicia estrella.

La serie se iba a llamar “Star Trek: Phase II”

Se ordenó la escritura de 13 episodios. Se contrató al reparto clásico menos a William Shatner y Leonard Nimoy. Nimoy en aquella época acababa de escribir su autobiografía titulada “No soy Spock”, donde dejaba claro su hastío por  ser identificado con el vulcaniano.  Entre esto y su desacuerdo constante con Gene Roddenberry,  ni se le consultó su colaboración en la serie.  Directamente se escribió un personaje vulcaniano puro: Xon, para sustituir a Nimoy, quien sólo aparecería en el episodio piloto. Por otro lado se consideró que William Shatner podría resultar demasiado caro. Se escribieron esos 13 episodios contando la historia de un maduro Kirk que se niega a aceptar a un nuevo capitán del Enterprise, Will Deker, quien tiene una historia de amor con la empática Illia.

Era una forma de focalizar otro triángulo de personajes en la vieja Enterprise ahora que el carismático Nimoy/Spock no se encontraba.

Se construyeron maquetas, decorados, vestuario, etc. para sacar adelante la serie, pero todo esto se quedó en suspenso, porque repentinamente una película de bajo presupuesto había pegado el pelotazo. Esta película era “La Guerra de las Galaxias”. Sólo en EEUU multiplicó por 23 su presupuesto original.  Poco después llega “Encuentros en la tercera fase” dejando claro que la ciencia-ficción es un negocio seguro y, claro, todos los grandes estudios querían  llevarse su tajada. En Paramount  hubo una reunión de emergencia. Se preguntaban si tenían algo similar y se escuchó una tímida voz diciendo: “Star Trek”. Y este sí que es el comienzo de lo que vino después.

Redacción: Juan Pablo Pérez Padial

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