«Sólo el viento». La dura realidad de los gitanos húngaros

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Título: Sólo el viento (Csak a szél) 

Director: Benedek Fliegauf

Guión: Benedek Fliegauf 

Reparto: Katalin Toldi , Gyöngyi Lendvai,

Lajos Sárkány, György Toldi , Gergely Kaszás 

Año: 2012

Duración: 85 minutos

País: Hungría

Género: Drama

Productora: Coproducción Alemania, Hungría y Francia

Distribuidora: Vértigo Films

Mari es una gitana que vive en una chabola con una única cama que comparte con su hija Anna y su hijo Rió, mientras que el enfermo abuelo duerme en un sillón. El padre de familia vive en Canadá donde el resto de familia va a intentar ir en breve. Mientras esto ocurre, Mari trabaja de sol a sol en varios trabajos.

La historia de “Sólo el viento” transcurre en un día y seguimos la lucha diaria de esta familia, con la que se supone que tenemos que empatizar. Esta historia está inspirada en hechos reales ocurridos entre 2008 y 2009 en Hungría, donde un grupo de Neo Nazis mataron impunemente a 55 gitanos.

El director ha declarado que no quiso caer en los tópicos gitanos, esto es, música y baile. Yo, al ver la película creo que ha caído en otros peores, que son el de convertir a los gitanos en borrachos, ladrones y vagos.

Al empezar el día nos enteramos que cerca de donde viven ellos han matado a otra familia gitana, trabajadora, nos recalcan. La familia protagonista también es una familia trabajadora, con su madre a la cabeza y una hija que estudia a pesar de las dificultades. Rió, el hijo, es quien, sin embargo, huye de las responsabilidades y se dedica a vagar sin rumbo fijo todo el día entre pequeños hurtos y cosas típicas de niños. En uno de esos hurtos entra en la casa de la familia asesinada y escucha una conversación de dos policías en donde se deja entrever que estos no hacen nada porque no ven con malos ojos esta limpieza.

Casi todos los planos del film están rodados con un aura de fatalidad constante, recalcada cada poco tiempo, para  que se sepa que el drama va a llegar en un momento u otro. Lo que en un principio podría ser una idea interesante va cargando toda la película en un tono plomizo que llega a resultar molesto. Por otro lado las interpretaciones, no profesionales, están forzadas y no terminan de ser creíbles. De hecho la constante cara de pena de la hija, Anna, llega a ser patética, pero no en el sentido de transmitir sentimiento, y eso es lo malo. A mi esa necesidad de poner cara de victima en todo momento me sacó de la película, sinceramente. Esta demasiado forzado, lo que impide que te pongas en el lugar de esta familia. El director, Benedek Fliegauf tiene incluso la necesidad de parar la narración a mitad de película con una muy forzada conversación de dos policías que aparecen de pronto y se van sin un por qué,  donde nos tiene que contar de qué va la película, no sé si pensando que el espectador es tonto o porque él mismo no confiaba en su mediocre labor.

Y es que “Sólo el viento” es una película de muy buenas intenciones y mediocres resultados. El realizador decide rodar todo con planos muy cortos, de la forma más sucia y feísta posible, para resaltar el constante agobio de la situación en la que se encuentra la familia y copiando el estilo documental con cámara temblorosa, cortes anárquicos para aligerar la acción y siguiendo a los actores pegados casi a su nuca. Es esta una decisión estética y narrativa válida, pero esta moda de realizar el cine del compromiso -algo que, a mí me empieza a cansar- choca frontalmente con la quietud o, siendo malos, el empanamiento de los actores, haciendo notar ese artificio.

Por otro lado el mensaje que quiere dar es que el racismo nos hace creer que todos los gitanos son un mal, cuando los hay que trabajan. Esto es en teoría, porque el guión muestra que los que se esmeran por seguir las normas de sociedad viven anestesiados, inmunes a los que ocurre a su alrededor, dejando que ocurran frente a ellos una agresión física y otra sexual. Por ello, estos personajes reciben su merecido, porque son precisamente quienes reciben su justo castigo por no actuar.  Y son los supervivientes  los problemáticos, los ladrones, los violentos…  porque el resto de gitanos que aparecen retratados aquí son pendencieros, peligrosos y alcohólicos, pero sobreviven. ¡Has de ser un lobo para sobrevivir en un mundo de lobos! ¿nos quiere decir que no seamos cómplices de una sociedad que nos adormece invitando a mirar a otro lado? Si, pero lo que propone en lugar de esta sociedad de esclavos adormecidos es que robemos, seamos violentos y que llevemos un arma en la mano por si las moscas.

Finalmente, cuando el fatal desenlace llega no nos muestra quienes son los culpables, haciéndonos a todos cómplices. Otra buena idea sobre el papel, que Fliegauf subraya con brocha gorda al mostrar una imagen pornográficamente violenta que deja en películas para niños a Rambo o lindezas similares.

No pienso que este sea el mejor camino para reivindicar a la comunidad gitana y el racismo global que le atenaza.

En resumen lo que nos presenta la película es un sin fin de tópicos en cuanto a personajes marginales y la forma de rodar sus vidas, con un montón de buenas ideas mal dirigidas y peor presentadas.

Como ya digo, el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones. No he visto la filmografía anterior del director, entre otras una película donde Eva Green decide clonar a su difunto marido, enfrentándose a una gran cantidad de dilemas morales.  Se ve la voluntad discursiva del autor, aunque, si ese discurso es tan ambiguo y tan pobremente presentado, creo que pocas películas más suyas llegarán a España.

Sus arriesgadas ideas le llevarían a una buena nota, pero seamos objetivos, una idea no hace un total y “Sólo el viento” más de un 4, no merece.

Redacción: Juan Pablo Pérez Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.