Paraíso: Amor; El auténtico ‘Sexo en Nueva York’ (bueno, en Kenia)

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paraiso-amor_85822Título: Trilogía Paraíso: Amor (Paradise. Liebe)

Director: Ulrich Seindl

Guión: Ulrich Seidl y Veronika Franz

Reparto: Maria Hofstätter, Margarete Tiesel, Inge Maux, Peter Kazungu, Gabriel Mwarua, Carlos Mkutano

Duración: 120 minutos

Año: 2012

País: Austria

Género: Drama

Productora: Coproducción Austria-Alemania-Francia / Société Parisienne de Production / Tatfilm

Distribuidora: Golem Distribución

 

Estamos muy mal acostumbrados los espectadores medios y cuando vemos una película con el título “amor” nos imaginamos a Julia Roberts o Sandra Bullock. En este caso nada más lejos de la realidad y por la realidad me refiero a una obra totalmente realista.

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Teresa (Margarete Tiesel) es una cincuentona austríaca –con la imagen típica de los bávaros, rubia, sobrepeso, cara bonachona…– divorciada que vive con su hija. Es una mujer ordenada, paciente, tranquila, sonriente, pero desde el primer momento Ulrich Seidl, el director, nos la muestra con una sonrisa impostada, triste. A Teresa le falta algo en su vida. Ella y una amiga (Inge Maux) deciden irse a Kenia. No sabemos muy bien si Teresa va buscando lo que su amiga tiene, un mantenido Keniata con el que darse unas cuantas alegrías, o simplemente se deja llevar, pero va a Kenia con ella, así que sabe lo que probablemente va a encontrar. En el hotel conoce a otras dos austríacas y las cuatro, divorciadas, forman una versión austríaca, pasada de peso y sobre todo, realista, de  “Sexo en Nueva York” (1998-2004). Lo que en la serie creada por Darren Star era pose y diálogos impostados aquí es desparpajo sin reservas. Las cuatro cincuentonas hablan sin tapujo alguno de sexo y comparten una noche de striptease con un soso lugareño que no consigue la erección deseada. Impagable escena que ya quisieran el grupo de Carrie Bradshaw. Pero esto es secundario. Hay que decir que Teresa es la  protagonista absoluta. De hecho, no llegamos ni a conocer el nombre de sus compañeras.

foto-paraiso-amor-6-509Pero me adelanto.  Antes de esta historia Teresa conoce a varios jóvenes que rondan el hotel. El primero sólo buscaba sexo y a Teresa le incomoda. El segundo, Munga (Peter Kazungu) es más cálido. Le lleva a conocer la zona, le trata con dulzura y finalmente da a Teresa las alegrías que necesitaba. Lo que ocurre es que lo que en un principio es algo cercano al amor que Teresa buscaba, se va convirtiendo en una relación en la que Munga cada vez pide más dinero y todo acaba de forma complicada.

Desde ese momento Teresa desencantada se convierte en una depredadora en busca de amor de una sola noche. Teresa, a pesar de su eterna sonrisa y reservada, no nos dice nada, pero está claro que desea encontrar el amor. Se ve en la primera parte claramente, pero a medida que avanza el metraje su necesidad de amor se va transformando en una obsesión por el amor rápido –sexo– olvidando la necesidad de compartir caricias y ternuras del comienzo a pedir de forma descarnada que le coman el co*o (¿qué le ha pasado al botón de la “ñ”?).

Aunque Teresa huye de la deprimente rutina austriaca se da cuenta de que el paradisíaco hotel es igual de deprimente que el lugar del que procede. Seidl muestra estas escenas con un planos abiertos, inmóviles y sin adornar nada, resaltando lo deprimente de la vida de esta rubensiana mujer. Sólo en los momentos de sexo los planos son cortos y en algún momento delicados, sólo en esos momentos ella es alguien, no una parte más del decorado. Por otro lado la estancia en el hotel se vuelve insoportable por lo aburrido del entretenimiento que se proporciona allí y lo patético de este. El epítome de esto es la canción que repiten los artistas locales con la evidente falta de gana y con horrible presentación.

Seidl hace un retrato de las ‘Sugar mama’ o europeas que pagan por mantener relaciones con los africanos. Lo que podría parecer terrible, ya que no deja de ser otro caso de prostitución, el director nos lo muestra con tanta delicadeza y simpatía que acabamos sintiéndonos tan desdichados como Teresa.

foto-paraiso-amor-5-511Vamos a ponerle pegas. Hay una cierta visión turística de Kenia. Aunque Teresa intenta entrar en ese mundo la visión en general es la de una europea que va a conseguir lo que busca y todos los  habitantes son personajes aprovechados, mentirosos y obsesionados con el sexo, un cliché en toda regla.

Quizá quiera subrayar la visión con la que llegamos los europeos allí y lo horrible de estos viajes, pero eso no queda nada claro. Por otro lado, la muy explícita sexualidad del film puede disgustar a muchos y puede hacer perder la objetividad del mensaje a otros. De todas formas, no considero que sean grandes pegas.

En definitiva, divertida, sarcástica, deprimente… como el amor mismo. Esta primera parte de la ‘trilogía paraíso’ de Ulrich Seidl me ha dejado con ganas de ver la continuación. Un 7,5. Ve a verla es muy recomendable.

Redacción: Juan Pablo Pérez Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.