«Pacific Rim»: La concepción de Guillermo del Toro

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De niño, Guillermo del Toro pintaba monstruos y robots en un cuaderno. Dibujaba cortes transversales de las gigantes máquinas para que se viese dónde dormían los pilotos del robot, dónde cocinaban, se relacionaban o manejaban los mandos. Solo estaba contento con la logística y la forma de funcionar de sus criaturas y artilugios imposibles si era capaz de ubicarlos dentro de una realidad tangible. Ya siendo adulto, sigue dibujando robots y monstruos en un cuaderno… la única diferencia es que el público al que atrapa ahora en su realidad es algo más numeroso.

Del Toro, de gran fama mundial gracias a películas de terror de tinte gótico e intimista como El espinazo del diablo, El laberinto del Fauno (ganadora de un Oscar), y las películas de la saga Hellboy,  se inicia en un ámbito creativo totalmente nuevo con la película de Warner Bros. Pictures y Legendary Pictures Pacific Rim. Esta aventura épica de ciencia ficción se desarrolla en un futuro cercano en el que la humanidad tiene que enfrentarse con monstruos gigantescos de otro mundo que surgen de una abertura en el suelo marino (denominada “La Brecha») para asaltar la costa desde Alaska hasta México, desde Japón hasta Australia. Amenazada por una extinción segura, la humanidad se une para construir los Jaeger, robots gigantescos controlados a través de la mente de sus pilotos que luchan cuerpo a cuerpo con estos monstruos, denominados Kaiju, en feroces batallas que devastan por completo ciudades enteras y ofrecen el tipo de espectáculo cinemático que caracteriza este estreno veraniego. Esta vez el protagonista de tus pesadillas no se esconde a la vuelta de la esquina o debajo de tu cama sino que mide cientos de metros más que cualquiera de nosotros y puede verse a varios kilómetros de distancia.

El eslógan de la película resume el concepto: Para combatir monstruos creamos monstruos.

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Charlie Hunnam caracterizado

Aunque el tiempo en los Estudios Pinewood de Toronto, cerca de la costa canadiense, es helador, en el plató de rodaje de Pacific Rim hace calor. El cineasta, conocido por su gran capacidad de imaginación, se muestra totalmente entusiasmado al hablar de los mejores juguetes con los que puede contar un director, ya sea un niño que pintarrajea en su libreta o un cineasta de prestigio mundial que pone las bases para filmar una película de tintes épicos. En un descanso entre toma y toma, Del Toro explica que su intención era realizar la versión adulta de aquello que le entusiasmaba de pequeño: Quería coger estos monstruos y convertirlos en algo extremadamente poderoso, algo con lo que no se puede llegar a ningún acuerdo o algo totalmente indestructible salvo que, literalmente, te metas dentro de un robot para hacerles frente.

Para hacer realidad los gigantescos y articulados seres ideados por Del Toro, la producción tomó todos y cada uno de los ocho platós insonorizados de Pinewood. Aquí, en el denominado “plató Jumbo”, Del Toro y su equipo ruedan la toma C276 en un set provisto de una avanzada tecnología llamado Loccent (base de operaciones de la fuerza Jaeger en Hong Kong) en el que hay ordenadores provistos de monitores enormes en los que aparecen mapas, pantallas de radares y libros técnicos, todo ello presidido por un reloj digital que marca la cuenta hasta el siguiente ataque Kaiju.

El ejército al completo de pilotos Jaeger enfundados en sus trajes, así como el equipo de apoyo, están preparados frente a Stacker Pentecost, interpretado por Idris Elba, quien lleva puesto el inmaculado traje gris oscuro de su personaje. En la escena de hoy, las operaciones de emergencia están en su máximo apogeo al haberse divisado dos Kaiju «Categoría 4» cerca de la costa de Hong Kong. Pentecost debe decidir si arriesgar los Jaeger que tienen en una batalla prácticamente imposible de ganar contra el gigantesco enemigo, o dar la ciudad por perdida. Del Toro se mueve entre la multitud dando indicaciones de última hora a los actores justo antes de indicar al equipo que está listo para rodar.

― ¡Acción!

―Evacuad la ciudad ―dice Pentecost―. Cerrad todos los puentes y muelles. Quiero a todos los habitantes de Hong Kong en un refugio ¡ahora mismo!

Charlie Hunnam y Rinko Kikuchi, que interpretan a los aspirantes a Jaeger Raleigh Becket y Mako Mori, salen de entre la muchedumbre para ponerse al frente, con una SteadiCam siguiéndoles a corta distancia. De pie, codo con codo con los pilotos expertos (el impresionante grupo ruso del Cherno Alpha; el Clan Wei-Tan, los trillizos chinos que pilotan el Crimson Typhoon; y los fieros y consumados australianos que dirigen el Striker Eureka) Raleigh considera que tanto él como Mako están listos para enfundarse el mono de trabajo y ponerse a los mandos del recién reparado Jaeger Gipsy Danger, en el cual el propio Raleigh vio morir a su hermano, piloto original.  Pentecost y los demás pilotos Jaeger no están tan convencidos.

― ¡Corten!

Pacific Rim comenzó como una idea surgida de la imaginación del guionista Travis Beacham (Furia de Titanes). Travis vendió la idea a Thomas Tull y a Jon Jashni, de Legendary Pictures, productores de la película junto a Del Toro y a la veterana Mary Parent. En poco tiempo dirigieron su atención hacia el único cineasta en quien confiaban para hacer realidad la historia. Pacific Rim “es la película más grande que ha hecho nunca Guillermo, en términos de alcance; teniendo en cuenta no solo el tamaño de la producción sino también el lienzo que había que crear y sobre el que había que pintar”―afirma Thomas Tull desde una oficina del complejo Pinewood―. “Otra cosa impresionante de esta película son sus fantásticos personajes. Es una historia con muchísimo corazón, una historia sobre cómo la humanidad logra superar sus diferencias y unirse para luchar contra un enemigo común. Al final todo se centra en un pequeño grupo de personas destinadas en Hong Kong y en los sacrificios que tienen que hacer para salvar el mundo. Eso es lo que más me gusta de esta película. El espectáculo no es lo único importante, los personajes encierran grandes historias y poseen un corazón de verdad.”

―Centrarlo todo en lo emocional y en los personajes es una de las mayores virtudes de Guillermo―indica Jon Jashni―. La idea era que estos seres gigantescos necesitan que humanos como nosotros los piloten, pero también esos humanos necesitan relacionarse sin ningún tipo de tapujos. De esta forma, personajes que normalmente no habrían estado en una película de este tipo han podido hacerse un hueco en ella y sorprenderse del coche que tenían, lo rápido que iba o hasta dónde podía llevarles.

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Ron Perlman caracterizado

Los personajes interpretados por Hunnam y Kikuchi, Raleigh Becket y Mako Mori, son dos ejemplos claros de esto. En palabras de Hunnam, estrella de la serie de televisión Hijos de la Anarquía: “Al principio de su carrera, Raleigh era joven y no tenía miedo a nada. Junto a su hermano pilotaba uno de los Jaeger de forma inmejorable, pero sus ansias por proteger a la humanidad acaban superándoles, desobedecen una orden y la situación acaba en la trágica muerte de su hermano. Así que esta historia es para Raleigh una forma de enmendar ese terrible fallo.”

Jashni añade: “Es evidente que Raleigh oculta conflictos internos pendientes de resolver respecto a la muerte de su hermano, cuando ambos pilotaban la versión anterior del Jaeger Gipsy Danger. Es muy bueno en ello, en su motivo de vivir. Así que es imposible no desear con todas tus ganas que logre regresar a ese mundo. Para conseguirlo va a tener la compañía de una chica joven, Mako, que también guarda entre sus recuerdos una tragedia que la ha marcado. La “deriva”, nombre que le hemos dado al enlace neuronal entre mentes, les permite establecer rápidamente una relación de igualdad entre ellos. Ambos tienen mucho que dejar atrás y, afortunadamente, según avanza la película también descubren que tienen mucho por lo que volver a esperanzarse, incluso a pesar de que el fin del mundo parezca próximo.”

Para Del Toro, el enlace neuronal crea una fuerza propulsora que conduce de forma natural las relaciones interpersonales de la película. “Lo más irresistible de Pacific Rim es el hecho de que, para controlar un robot, necesitas conectar a un nivel muy, muy profundo con cualquiera, en un solo instante” ―explica―. “Es algo así como necesitar una intimidad instantánea obligatoriamente para poder dirigir un robot, así que los pilotos son personas muy especiales que necesitan estar muy preparados tanto física como espiritualmente. Tienen que ser unos guerreros fantásticos pero, para ser capaces de manejar los robots, también necesitan tener una personalidad que permita que tanto sus virtudes como sus defectos sean detectados por cualquiera de forma instantánea sin sentirse avergonzados por ello.”

Pacific Rim es una propuesta fenomenal en las manos de un cineasta famoso por coger grandes ideas y hacer de ellas un relato en cierta forma intimista. Y en realidad la película ha estado a punto de no hacerse. Tal y como pasa con frecuencia en Hollywood, un golpe de mala suerte dio paso a una nueva oportunidad cuando el proyecto que Del Toro llevaba gestando mucho tiempo, la épica At the Mountains of Madness, basada en la novela homónima de H.P.Lovecraft, quedó estancado justo en el momento en que el guion de Pacific Rim de Beacham apareció en su mesa. Se abrió entonces de forma inmediata un camino claro entre director y material. “Fui a la reunión y no tardé ni un minuto en visionar el mundo de la historia” ―indica Del Toro.

PACIFIC RIMBeacham ha disfrutado la oportunidad de trabajar con Del Toro: “A la reunión llevé varias ideas sobre cómo funcionaba el mundo pero, aparte de eso, todos los detalles han surgido de las conversaciones que mantuvimos y de las cuestiones que nos hemos ido planteando el uno al otro” ―recuerda―. “Guillermo vibra cuando se inspira. Puede tener los golpes de lucidez más brillantes en cualquier momento y los trata, desde mi punto de vista, con una pasión pocas veces vista. Es imposible que el proyecto acabe siendo ni siquiera ligeramente distinto de como quiere que sea. Trabajar con él te hace sentirte como un niño con zapatos nuevos. Ambos somos grandes apasionados de las películas que tienen monstruos. Recuerdo perfectamente la primera vez que estuve en su casa, donde tiene todas sus cosas. Fue fantástico. Está repleta de recuerdos de todo tipo y de material gráfico inigualable. Tiene todo lo relacionado con monstruos que te puedas imaginar.”

Del Toro ha reformado una de sus viviendas, conocida como «The Bleak House» (La casa desolada), para que parezca una biblioteca barroca en la que puede admirarse el arte, las esculturas y figuras que ha ido recopilando a lo largo de su vida. También es donde se reúne con sus artistas para dar vida a sus ideas y convertirlas en todo aquello que caracteriza una pesadilla. Antes de que empezase el rodaje, la casa se convirtió en el epicentro creativo de Pacific Rim. Para crear todo un nuevo enfoque de monstruos y robots no hay mejor lugar que Bleak House, especialmente al haber llevado su dueño el amor por este género a un nivel completamente nuevo.

Rodearse de creadores con ideas tan similares a las suyas permitió a Del Toro perfeccionar la historia como él quería: “Una de las cosas que tuve claras desde el primer momento es que no quería hacer una película de guerra” ―recuerda―. “Quería hacer una película de aventuras. De pequeño, me fascinaban las películas de Alexander Korda, sus aventuras eran grandiosas, hermosas, exuberantes, llenas de color y drama. Soñaba con ser cowboy, pirata, político… Quería hacer una película de tal forma que, si la hubiese visto de pequeño habría querido ser un piloto Jaeger.”

El cineasta ha sido capaz de reunir para esta película todo el talento que quería, gracias al apoyo de Legendary y Warner Bros. No ha echado mano de aquellos que estaban libres en un momento determinado. Detrás de las cámaras, reunió al equipo creativo perfecto formado por los colaboradores favoritos de Del Toro, entre los que está el director de fotografía Guillermo Navarro, ganador de un Oscar® por otro de sus trabajos con Del Toro, El laberinto del Fauno, siendo Pacific Rim su sexto trabajo juntos. La conexión entre los dos Guillermos es similar al vínculo entre los pilotos Jaeger. Verles en el set de rodaje hace que uno se plantee si tienen algún tipo de enlace neuronal.

Por la forma en que el director se mueve por el set de rodaje Loccent, parece evidente que está viviendo uno de los mejores momentos de su vida. Su entusiasmo es contagioso. La energía sin igual de Del Toro ha transmitido una especie de vigor juvenil que puede notarse en todo el equipo: desde los actores hasta el equipo técnico. También es posible que este ambiente se deba al mero hecho de que Pacific Rim sea una creación completamente nueva, distinta, que no es secuela de nada anterior ni tampoco una adaptación de otro medio. Todo el mundo está deseoso de hacer algo totalmente novedoso.

”Creo que esta película va a ser toda una revolución cinematográfica a nivel narrativo y de detalles” ―afirma Idris Elba, cuyo personaje Stacker Pentecost es el autor de la ya famosa frase de la película sobre la «anulación del apocalipsis» hecho por la humanidad: “Hemos puesto suma atención en todos y cada uno de los detalles.”

PACIFIC RIMClifton Collins Jr., que interpreta al ingeniero de robótica Tendo Choi, refrenda las palabras de Elba: “Es el trabajo que nunca quieres que termine” ―admite―. “La mayoría de los actores conservamos nuestras fantasías de la infancia gracias a la interpretación, gracias a vivir a través de nuestros personajes, siendo constantemente personas distintas. Guillermo comparte esa misma opinión. Es un sueño hecho realidad. Tiene una gran sensibilidad a la hora de dirigir y domina totalmente el rodaje. Sabe qué es lo que quiere en cada momento. Es extremadamente meticuloso cuando dirige y le encanta divertirse. He trabajado con muchísimos directores a lo largo de mis 23 años en el mundo de la interpretación y esta es, sin lugar a dudas, la experiencia más gratificante que he tenido a nivel personal, creativo… a todos los niveles.”

Hunnam va aún más allá y considera que el director es una atracción solo equiparable a los gigantescos seres de la pantalla: “No me llamaba especialmente la atención hacer una película de robots gigantescos. Lo que quería era hacer una película con Guillermo del Toro” ―indica, sirviendo como muestra gráfica del ánimo y la honestidad que desprende todo el equipo―. “Es lo mejor de participar en esta película de Guillermo. No es una obligación, no es una película hecha por motivos económicos. De hecho, esta película es en realidad una creación artística a la que se le ha puesto la careta de una gran producción cinematográfica comercialmente viable. Así son las creaciones de Guillermo.”

Hunnam no es el único con esta opinión como tampoco es el único en pantalla. En palabras de Jashni: “El personaje que interpreta Elba, Stacker Pentecost, es el típico alto cargo militar imperturbable de mandíbula marcada. Si lo quieres ver así, es su propio reactor nuclear. Al comienzo de la película pierde todo el respaldo que tenía y no logra conservar la financiación del Programa Jaeger, pero su espíritu no le permite darse por vencido, igual que les pasa a los pilotos Jaeger, por lo que logran reunirse en Hong Kong, armar de nuevo los fantásticos Jaeger y, con suerte, dar lo mejor de sí y evitar el fin del mundo tal y como lo conocemos.”

Cuando surgen las criaturas y se pone en marcha el Programa Jaeger, un gran grupo de guerreros y personal de apoyo se une a Pentecost para ejercer de defensa de acero de la humanidad. En este ejército están Charlie Day (Cómo acabar con tu jefe) y el actor británico Burn Gorman (El caballero oscuro: La leyenda renace) en el papel de científicos cuyo profundo conocimiento de los Kaiju ayuda a preparar a los pilotos para hacerles frente.

Ron Perlman, actor básico para Del Toro, así como coprotagonista junto a Hunnam en Hijos de la Anarquía, interpreta a Hannibal Chau, personaje que ha hecho de la matanza un gran negocio al dedicarse al tráfico ilegal de piezas de Kaiju. Este papel es el típico del actor: un personaje que vive al margen de la sociedad y sabe a qué puertas llamar. Ninguna película de Guillermo del Toro en inglés sería lo mismo si no aparece Perlman interpretando a un desalmado, sea del tipo que sea. “Es bastante inflexible, pero le encantan sus criaturas” ―confirma el actor―. “Le encanta coleccionar las cosas más extrañas y exóticas. Por eso hace películas de este tipo, para el coleccionista de cosas raras. Y lo hace porque él mismo es uno de ellos. Es como un pirata, solo sigue sus deseos. En cierta forma, es un hedonista.”

Con todos estos coloridos personajes moviéndose de un lado para otro por el set de rodaje este activo miércoles de febrero, tenía que ser un actor conocido por interpretar tipos duros quien suavizase las cosas. Max Martini interpreta a Herc Hansen, mitad de un Jaeger realmente fuerte (la otra mitad es su hijo y copiloto Chuck, interpretado por Robert Kazinsky): “Mi personaje es realmente salvaje” ―reconoce Martini―. “Herc tiene un hijo que acaba de entrar en la veintena con el que no tiene la mejor de las relaciones, pero a lo largo de la película logran acercar posturas. Es una situación muy bonita.”

Uno de los aspectos más particulares de la película es el equilibrio entre las escenas de acción y las de gestión de la crisis. La película ahonda en los efectos secundarios derivados de la aparición de unas criaturas gigantes en la superficie terrestre y muestra la gran destrucción que ello provoca en todo el mundo, casi siempre de forma localizada. Por ello, el trabajo de los diseñadores de producción Carol Spier y Andrew Neskoromny fue tremendo. Sets de rodaje gigantescos, dentro de los que se incluye toda una calle devastada de Hong Kong que puede verse en el escenario nº 4, que contrastan con el set móvil Conn-Pod, de diseño intrincado y elegante, en el que los pilotos manejan los Jaeger a través de un “puente neuronal”.

Tull destaca: “Una de las primeras cosas que Guillermo dijo fue que el Conn-pod tenía que ser totalmente práctico. Los actores tienen que poder sentir cómo es estar dentro de un Jaeger e interactuar entre sí. Pero una cosa es que te digan eso y otra muy distinta entrar en un decorado en Toronto y ver un artilugio gigantesco construido por su equipo, que se mueve y se desplaza, al que los actores tiene que escalar, literalmente, para poder acceder a él. Ha creado una dimensión totalmente distinta en cuanto a realismo en términos de interpretación.”

Ver a dos actores unidos entre sí, enfundados en unos trajes gigantescos y mecanizados, subidos en este artilugio basta para darse cuenta del esfuerzo y la tecnología que ha hecho falta para conseguirlo, lo que muestra el delicado equilibrio necesario para aunar imagen y funcionalidad. Es asombrosa la atención que hay que poner hasta en el más mínimo detalle del proceso de funcionamiento de los Jaeger.

DF-04910.DNGAunque se han utilizado una gran cantidad de efectos especiales para crear el interior de los Jaeger, el más mínimo esfuerzo mecánico y de ingeniería hecho en el set de rodaje conlleva un extenuante efecto de ballet mientras dos actores realizan los movimientos de lucha de las gigantescas máquinas a la vez que están suspendidos en el aire, colgados de arneses. Es magia cinematográfica sustentada en un trabajo físico extremo. No es un trabajo sencillo, ni siquiera para un actor famoso por sus escenas de lucha y de acción subido en una moto. Ayer estuvimos rodando en el Conn-pod y fue un día agotador―recalca Hunnam―. Nos movían sin parar de un lado al otro.”

Hunnam forma equipo con la estrella japonesa Rinko Kikuchi en el Conn-pod de Gispy Danger, uno de los cuatro Jaeger más importantes de la película. Mientras rodaban estas escenas ambos notaron los efectos de pasar mucho tiempo con un traje de mucho peso encima, pero una voz se empeñaba en mantenerlos entretenidos a través de sus cascos. “Guillermo y yo hablábamos constantemente a través de los micrófonos. Nos pasábamos el día entero con el casco puesto hablando entre nosotros” ―recuerda Hunnam―. “Se nos fue de las manos. El equipo de rodaje no hacía más que estar a nuestro alrededor esperando a que recuperásemos la compostura después de tirarnos minutos y minutos muertos de la risa.”

La única actriz que logró pasar el test de Conn-pod de forma brillante fue Kikuchi, que entró por la puerta grande en el cine estadounidense al lograr una nominación al Oscar por su interpretación en la película de Alejandro González Iñárritu Babel. “He seguido un entrenamiento durante meses como si hubiese estado en un campo de entrenamiento militar: levantando peso, corriendo y nadando” ―indica―. “Ha sido muy duro. Nunca antes había hecho algo así aunque la verdad es que me siento física y mentalmente muy sana. Es divertido. Me encantan los retos.”

En opinión de Hunnam: “Kikuchi es maravillosa” ―afirma―. “Tiene un espíritu maravilloso. Me siento muy afortunado de haber tenido la oportunidad de trabajar con ella. Es muy valiente. No puedo imaginarme lo que debe haber pasado para aprender inglés y a la vez concentrarse en todas las responsabilidades que hemos tenido en esta película.”

El idioma y la nacionalidad no son barrera alguna cuando tienes enfrente un oponente de la talla de los Kaiju: criaturas son gigantescas, violentas e implacables. Los cuatro Jaeger disponibles representan varias de las naciones que han decidido unirse para defenderse de la monstruosa amenaza. Gipsy Danger representa a los Estados Unidos; Crimson Typhoon, a China; y también hay un Jaeger australiano, Striker Eureka, y uno ruso, Cherno Alpha, que completan el equipo.

PACIFIC RIMLa productora Mary Parent nos destaca la particularidad de cómo Pacific Rim trata el aspecto global del conflicto. “Es una de las cosas que Guillermo mejor ha hecho, cómo el mundo entero se pone de acuerdo” ―indica―. “No es la típica película de “aquí están los estadounidenses para salvar al mundo”, es el mundo entero quien se pone manos a la obra, todos a una. Es justo lo que ocurriría en caso de vernos ante una amenaza de este tipo, es lo lógico. Piensa en la aparición de estas criaturas, contra las que nuestro armamento tradicional es totalmente inútil, es un motivo más que justificado para que existan estos robots.”

”Esta película no trata de un país que salva al planeta y si no eres de ese país no puedes aportar nada” ―explica el director―. “Quería hacer una película en la que todos, unidos, salvásemos el planeta. Una aventura real en la que tienes a Idris Elba, Rinko, dos pilotos australianos, dos pilotos rusos… todos trabajando de forma conjunta para salvar la Tierra, no una acción heroica excluyente. También quería que todos los personajes tuviesen puntos débiles, no quería que fuesen perfectos y fantásticos. Todos son imperfectos porque así es la realidad en la que creo. Esa conjunción de imperfecciones es algo maravilloso y es a lo que todos deberíamos aspirar.”

PACIFIC RIM“Guillermo es verdaderamente único porque no es solo un cineasta con una calidad visual increíble, también es alguien que sabe cómo crear mundos y alguien con una gran alma” ―indica Parent―. “Si te fijas en cualquiera de sus películas, la parte visual no es lo único importante, también lo son los personajes y los temas que tratan. El núcleo de nuestra película es una historia muy humana y un grupo de gente muy dispar que se ha unido para, básicamente, salvar el mundo y, al hacerlo, acaban entendiendo cómo trabajar en equipo. El punto fundamental de la película es aprender a trabajar en equipo para afrontar amenazas inminentes y, en este caso, la amenaza es más inminente que nunca.”

Si se te olvida en algún momento que esta película tiene máquinas gigantescas y monstruos igualmente enormes, darte un paseo a través de la nieve de Toronto hasta el edificio en el que se encuentra el departamento artístico te lo recuerda de inmediato. A juzgar por la gran variedad de criaturas que adornan el lugar, los Jaeger esconden una gran labor creativa tras de sí. Los Kaiju son un grupo asombroso de monstruos y Del Toro ha reunido el mejor equipo de artistas para su diseño y para hacerlos realidad. Como comité de sabios, Del Toro ha reunido un equipo del máximo nivel: la casa de efectos especiales Industrial Light and Magic trabajando mano a mano con escogidos artistas del mundo del diseño.

La paredes estaban llenas de representaciones de los Kaiju, goliaths como reptiles con una infinidad de características diferentes que van desde brazos y alas múltiples hasta afiladas protuberancias. Inspirándose en una gran variedad de influencias, el equipo ha explorado todas las posibilidades anatómicas. El diseño de las criaturas se ha hecho teniendo en cuenta su funcionamiento como criaturas con vida, tanto interna como externamente. Cortes transversales de los monstruos hacen que parezcan seres reales de la naturaleza, lo que convierte su amenaza y dimensiones en algo mucho más impactante.

Aunque Pacific Rim se centra en la época posterior a la construcción de los Jaeger para combatir a los Kaiju, al comienzo de la película el público podrá ver momentos exquisitos de la destrucción provocada por los Kaiju. Además, el caos que provocan en distintos lugares las luchas entre máquinas y criaturas es impresionante incluso cuando solo estás ante unos bocetos colgados en las paredes del edificio del departamento de diseño.

Si el complejo e intrincado Conn-pod que acoge durante horas el rodaje de los actores principales es el cerebro de este proyecto, el departamento de diseño, con sus innumerables dibujos y modelos, es su corazón. Hace veinte años todas estas ilustraciones no habrían sido más que imágenes bidimensionales o se habrían hecho realidad gracias a actores enfundados en trajes de goma destruyendo ciudades en miniatura.

El término Kaiju evoca por sí mismo sinónimo una tradición japonesa, que cuenta ya con sesenta años a sus espaldas, iniciada en 1954 con Godzilla: un grupo de hombres disfrazados con trajes de monstruos que alimentan la imaginación de muchos de los mejores cineastas actuales. El Kaiju ha buscado siempre el éxito general y es ahora cuando la tecnología y el apetito del gran público se han puesto al día con este género.

Del Toro conoce perfectamente su Kaiju: “Por lo general, en lo que respecta a los Kaiju, hay distintos tipos”―indica, con el geek que lleva dentro saliendo a relucir―. “Está el Kaiju reptil, el que tiene forma de insecto y el de crustáceo. En ocasiones, aunque no demasiado a menudo, también aparecen el Kaiju con forma de cefalópodo y el de pulpo o calamar. Luego está el Kaiju todopoderoso. He intentado representar alguno de estos tipos de Kaiju en la película. He querido que las luchas que aparecen en la película se desarrollen siempre en entornos completamente diferentes de forma que ninguna batalla se parezca mínimamente a ninguna otra. Así se saca más provecho de la película.”

”Los monstruos son increíbles” ―afirma Parent―. “Se han creado a partir de formas que no podrías ni imaginarte. Tienen una inteligencia y una astucia sin igual. Cualquier deseo que un fan de este género haya podido tener, todo lo que puedas imaginar o querer de un monstruo, lo encontrarás en los monstruos de esta película.”

PACIFIC RIMDar vida tanto a los monstruos como a los Jaeger es el cometido de los supervisores de efectos especiales, Jamie Price y John Knoll, de ILM. Ya veterano en películas cargadas de efectos especiales, la tarea de este equipo es lograr que el meticuloso y profundamente creativo Del Toro consiga de sus gigantescos protagonistas justo lo que quiere. El equipo comenzó trabajando en sus oficinas, luego crearon esculturas en 3D, tanto de forma digital como con maquetas reales, y finalmente hicieron modelos de barro. “Queríamos tener a mano algo tangible, que pudiéramos ver desde distintas perspectivas y poder modificar” ―indica Price―. “Creo que ha sido una forma muy táctil de hacerlo, lo que creo que ha sido de gran importancia porque tomamos como base la escala de estas criaturas. Nos ayudó mucho el punto de realidad que da poder ponerte frente a algo y mirarlo directamente.”

Una vez construidos los distintos Kaiju, el equipo hizo lo que Del Toro ha denominado “El Operación Triunfo de los Kaijus” en el que a cada criatura se le dio su momento de gloria para posteriormente recibir críticas y elogios de todo tipo. Price deja escapar una sonrisa retorcida cuando recuerda el proceso de votación: “Fue super divertido” ―asegura.

Una vez diseñados los Jaeger y seleccionado el mejor Kaiju, dio comienzo el trabajo serio de preparar a los robots y a los monstruos para la gran pantalla. En una época en la que la tecnología avanza con extrema rapidez existe una gran variedad de técnicas distintas que los cineastas podían usar. También hay muchas posibilidades nuevas para hacer más creíbles en pantalla los robots y monstruos. Poco a poco fue haciéndose evidente que los efectos generados por ordenador eran la solución más flexible y la elección más lógica para dar vida a las gigantescas criaturas. Del Toro no estaba dispuesto a que hubiera diferencia alguna entre las intervenciones de los actores reales y las de los carísimos monstruos.

Industrial Light & Magic es la compañía de efectos especiales pionera y la más respetada en la historia del cine. Al tener a John Knoll, de ILM, supervisando los Kaiju y los Jaeger el punto de vista de Del Toro se respetó al máximo. “Piensas en el prestigio de ILM y todo lo que han hecho, desde Star Wars hasta Piratas del Caribe, y aún así es impresionante el entusiasmo que desprenden” ―indica Thomas Tull―. “Tanto John Knoll como todo el equipo de ILM estaban entusiasmados con la idea de hacer esta película. La primera vez que fui a San Francisco y vi alguna de las tomas definitivas fue impresionante. Hemos sido muy afortunados de poder contar con Guillermo del Toro y de poder unir su imaginación con la magia de ILM. Creo que los resultados lo dejan bastante claro.”

No hay mayor crítico de entidades fantásticas cinematográficas que Del Toro. “No confío en la alta tecnología, pero me fascinan los robots, las máquinas, los relojes… cosas de ese tipo” ―confiesa el cineasta―. “Quería que los robots destilaran nobleza de alguna manera, así que su diseño se ha hecho evocando esa nobleza de algunas máquinas, aquellas que conjuntan diseño y funcionalidad.”

SSD_0609.DNGEl propio director describe su relación con las máquinas como “primitiva”: “Ni siquiera tengo un coche despampanante” ―dice mientras sonríe―. “Sigo teniendo el mismo coche que me compré hace diez años, cuando pude comprarme mi primer coche grande, y lo adoro. En casa lo llamamos El Gato, el magnífico. No pienso deshacerme de él nunca porque lo adoro. Vivimos en una cultura en la que se hacen cosas para que estén obsoletas al año de comprarlas y no me gusta. Me gustan las máquinas que acaban formando parte de tus recuerdos: el coche que usaste en tu primera cita, la moto que tenías a los quince años… Las cosas adquieren una proporción totalmente diferente cuando les pones un nombre. Para mí, los robots de esta película son precisamente eso: cosas maravillosas que forman parte del presente colectivo de esa humanidad.”

Si esto es solo una muestra del gigantesco entretenimiento que Pacific Rim va a ofrecernos, será mejor prepararse para el festín que nos espera en agosto.

Fuente: Warner Bros. Spain

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