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Título: No se aceptan devoluciones
Director: Eugenio Derbez
Guión: Guillermo Ríos, Leticia López Margalli, Eugenio Derbez
Reparto: Eugenio Derbez, Loreto Peralta, Jessica Lindsey, Daniel Raymont, Alessandra Rosaldo, Hugo Stiglitz, Sammy Pérez, Arcelia Ramírez, Agustín Bernal, Karla Souza, Margarita Wynne, Arap Bethke, Roger Cudney, Ari Brickman, Jeannine Derbez, Jesús Ochoa, Franklin Ruehl, Julian Sedgwick, Laura Krystine, Jake Koenig, Richie Mestre, Melissa Temme, Sebastian Mitre, Ivan Salazar, Magda Brueggeman
Duración: 115 minutos
Año: 2013
País: México
Música: Herminio Gutiérrez
Fotografía: Martín Boege, Andrés León Becker
Género: Comedia dramática
Productora: Alebrije Cine y Video / Fulano, Mengano y Asociados
Distribuidora: Filmax
Valentín (Eugenio Derbez) es el soltero más mujeriego de Acapulco, hasta que un día, una mujer de su pasado deja un bebé en su puerta y desaparece. Valentín decide ir a Los Ángeles en su búsqueda, pero en vez de encontrar a la madre, encuentra un hogar para él y su hija Maggie (Loreto Peralta). Siendo un papá sin experiencia, educa a Maggie y a la vez se establece como uno de los mejores especialistas de Hollywood, con su hija como su mayor admiradora. Mientras ella crece, Valentín también se ve obligado a madurar, convirtiéndose en un verdadero hombre. Pero cuando la niña cumple 7 años y aparece la madre biológica de Maggie, Valentín se da cuenta de que está a punto de perder a su única familia y a su mejor amiga, su hija.
“No se aceptan devoluciones” es una de esas comedias que sin duda sorprenden al espectador prácticamente desde el inicio. De carácter muy fresco, lo cierto es que lo mejor de ella es la propia historia que cuenta en forma de comedia pero con toques muy estudiados de drama y que nos transmiten la naturalidad y la belleza de la misma realidad de una forma muy precisa.
Sin duda lo más destacable de la misma es la propia idea (y guión) en sí, pero que armoniza de una forma precisa con la calidad de sus imágenes y una producción muy cuidada.
Esta es sin duda una de esas películas que destacan por su innovación en todos los sentidos, en un primer término por lo más perceptible, como decíamos anteriormente, un guion fresco y diferente, con humor pero sin chistes o tópicos, un humor inteligente y basado en la personalidad de los propios personajes, mostrando con él sus apariencias psicológicas.
Desde luego otro punto a favor dentro del guión y la historia es ver el tratamiento que se hace de las diferencias de ambos idiomas de sus personajes, ya que esa discordia entre el inglés y el español es prácticamente un personaje más. Por cierto es muy recomendable para ello su visionado en V.O.
Y por supuesto todo lo referente a la imagen, o la propia película como elemento cinematográfico, como producto final. Se nota de una forma exquisita el peso de la producción en la obra, en la que podemos disfrutar de una manera natural de paisajes y escenografías cuidadas y detalladas, del peso del vestuario para la construcción de los propios personajes y una música ligera que acompaña las escenas de una forma muy sutil.
En definitiva es una obra de 10, en la que destacan ponderosamente Eugenio Derbez y Loreto Peralta, formando un tándem perfecto no solo como padre e hija sino como una amistad dulce llevada a los extremos de lo humorístico.
Eugenio Derbez, que participa en varios apartados del equipo técnico, logra conseguir una obra compacta y firme, de gran calidad.
Por último decir que personalmente esta cronista de debatió durante todo el visionado (en sinceridad) entre la risa y el llanto, pudiendo afirmar que cumple con muchas teorías sobre el séptimo arte, una de ellas, la de olvidarte de todo lo demás.
Es una obra por ello divina de comedia que hace que te metas en ella desde el principio, pasando a ser tu mismo un espectador que parece ver la historia de sus propios personajes como si pudieras estar ahí. Es por estos dos últimos motivos por los que no considero oportuno decir mucho más sobre ella, solo que es de las mejores películas del género en la actualidad y que desde luego ante la duda, si o si debe ser vista.
La precede un amplio éxito comercial y desde luego en este caso es inequívoco, hay que verla.
Crítica: Covadonga del Toro
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