«Le Week-End»: un paseo reviviendo el pasado

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Le-Weekend-poster_final.jpg_cmykTítulo: Le Week-End

Director: Roger Michell

Guión: Hanif Kureishi

Reparto: Jim Broadbent, Lindsay Duncan, Jeff Goldblum, Olly Alexander, Xavier De Guillebon,Brice Beaugier, Sébastien Siroux, Marie-France Alvarez, Charlotte Léo, Denis Sebbah, Lee Breton Michelsen

Duración: 93 minutos

Año: 2013

País: Reino Unido

Género: Drama

Productora: Film4 / Free Range Films

Distribuidora: A contracorriente Films

Roger Michel es un director que lo mismo vale para un roto que para un descosido. Lo mismo te hace “Notting Hill” (1999) que “El límite de la verdad” (2002) y todo lo afronta con gran profesionalidad marcándolo todo con su tempo y calma, dejando que sea el guión el que realmente dirija la trama. Esto, claro, da buenos resultados si hay alguien que sepa cómo contar una historia sobre el papel, como en el caso de la mencionada “Notting Hill” o llega a niveles de ridículo supino como en el caso de “Morning Glory” (2010). “Le Week-End” no es diferente, pero ¿a cuál de ambos lados de la balanza se irá?

Nick (Jim Broadbent) y Meg (Lindsay Duncan) son una pareja de excéntricos británicos que deciden irse de segunda luna de miel a París para rememorar los viejos tiempos… o reflotar un matrimonio seriamente dañado. Van dando bandazos por la ciudad de la luz entre peleas y juegos juveniles hasta que se encuentran con un antiguo compañero de clase de Nick interpretado por Jeff Goldblum que les hace ver qué es lo que realmente falla en su relación.

“Le Week-End” es una película de actores. A Jim Broadbent le hemos visto en infinidad de ocasiones dando vida a personajes manipuladores —“Moulin Rouge” (2001)–, calzonazos “El diario de Bridget Jones” (2001), en medio de la locura de “Brazil” (1983), siendo un profesor de Harry Potter  y hasta incluso en “Superman IV: en busca de la paz” (1987) y siempre ha defendido su personaje haciendo creíble lo que se proponga y es que Broadbent tiene un Oscar bien ganado y aquí lo demuestra.  Su personaje es uno de esos airados idealistas de finales de los 60 que soñaba con cambiar el mundo con la música de Bob Dylan de fondo y que se da cuenta que ahora es un ser gris, rutinario y amargado. Y está amargado no sólo por lo que vive –un hijo parásito, un injusto despido, un matrimonio que parece que se va a hacer puñetas– sino por lo que soñó ser. De pronto se da cuenta que la persona con la que quería compartir esa revolución, su pareja durante los últimos cuarenta años, quizá quiera abandonarle. El último resquicio de aquel sueño, también se puede ir. Su reflejo es, sin embargo, el también excelente Jeff Goldblum («Parque Jurásico», 1993), quien tan sólo siendo dos años menor, sigue siendo un hombre muy atractivo, acaba de publicar un libro con enorme éxito, vive con una joven y muy guapa chica francesa y parece sonreírle todo.

Es curioso cómo un hombre aparentemente fracasado se refleja a otro hombre aparentemente exitoso y se dan cuenta que uno anhela lo del otro, por un lado el éxito, por otro una gran y genial mente amén de una esposa fascinante.

Dicho así parece que estamos ante un guión excepcional, pero, por desgracia, no es así. El personaje de Lindsay Duncan («Ábrete de Orejas», 1987), que ella borda, tiene demasiados extremos. Convivir con una persona así, por muy calzonazos que sea Nick, tendría que ser una pesadilla. Pero esto son menudencias. La primera parte es un viaje divertido en el que los dos sesentones intentan revivir tiempos pasados. Evidentemente tiene que haber un suceso que cambie la trama y ese es Goldblum. Desde ese momento todo aquello que era lúdico da paso a un drama digno de “¿Quién teme a Virginia Woolf” (1966) y pasamos a una versión sexagenaria de “Eyes wide shut” (1999), pero a diferencia de estas dos, los diálogos son más barrocos que reales. Se pierden un bastante para contar algo que la excelente labor de los actores ya ha hecho.

Entonces, si he dicho que la labor del siempre un poco soso Michell depende del guión, ¿cómo valoro el film? Pues el guión es interesante, si; Simpático y con su punto de melancolía y reflexión, aunque a todas luces imperfecto. Mi nota sería un 7, porque aunque el guión sea irregular si Broadbent ha ganado la ‘Concha de plata en San Sebastián’ es por algo y eso es lo que le hace una película recomendable.

Crítica: Juan Pablo Pérez Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.