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Titulo: La venus de las pieles (La vénus a la fourrure)
Director: Roman Polanski
Guión: Roman Polanski, David Ives (Obra teatral: David Ives)
Reparto: Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner
Duración: 96 minutos
Año: 2013
País: Francia
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Pawel Edelman
Género: Comedia negra
Productora: R.P. Productions / Les Films Alain Sarde
Distribuidora: Wanda Visión
Después de un día de audiciones de actores para la obra que va a presentar, Thomas se lamenta de la mediocridad de los candidatos; ninguno tiene la talla necesaria para el papel principal. En ese momento llega Vanda, un torbellino de energía que encarna todo lo que Thomas detesta: es vulgar, atolondrada y no retrocedería ante nada para obtener el papel. Pero cuando Thomas la deja probar suerte, queda perplejo y cautivado por la metamorfosis que experimenta la mujer: comprende perfectamente el personaje y conoce el guión de memoria.
Después de ver «Un dios salvaje» (2011), la última adaptación de una obra de teatro que hizo Polanski, las expectativas son muy altas. Esperas encontrar otra obra maestra, otro guión inteligente. Leyendo las críticas de los entendidos en materia, reafirmas esta idea. Pocos votos negativos, muchos elogios. Sin embargo debo confesar que después de verla me quedé igual, no me aportó nada ni encontré nada interesante en los 96 minutos que dura. De hecho, me costó no dormirme durante el desarollo de la misma.
La película empieza de una manera estupenda, con la cámara a modo de primera persona entramos en el teatro acompañados de una música ta extravagante como agradable. Pasados este punto, transcurre como la obra de teatro, en un escenario casi fijo, tal y como veíamos en «Un dios salvaje». Sin embargo, aquí sí supone un problema. El guión no es suficiente para acaparar nuestra atención, no conseguimos meternos en la historia como bien pasaba en la anteriormente mencionada. No empatizas con los personajes. La realidad se mezcla con la ficción confundiéndonos. Lejos de lo que se pueda pensar, la historia no resulta nada erótica, nada que ver con los pequeños trozos que podíamos ver en el trailer.
Y, aunque al principio si parece que se mantiene el tema del sadomasoquismo de la obra, en cuanto se empieza a mezclar la realidad con la ficción es difícil ver a dónde quiere llegar. Todo esto acaba en un final apoteósico, que te deja totalmente perplejo en tu asiento (al menos en mi caso fue así) e incluso llega a dar vergüenza ajena.
Respecto a los actores, ambos hacen todo lo posible en un entorno tan reducido. Me sorprendió comprobar que Emmanuelle Seigner ya no es lo que era, atrás quedan sus escenas tipo «Lunas de hiel». El tiempo pasa para todos y, aunque sigue siendo atractiva, ha perdido mucho potencial en ese aspecto. Sin embargo, su personalidad arrolladora sigue estando presente. Por su parte, Mathieu Amalric, sufre una gran metamorfosis a lo largo de la película, muy bien interpretada.
En definitiva, es una película con grandes expectativas y algo decepcionante. De opiniones extremas, o te gusta o no te gusta, creo que no existe un término medio.
Crítica: Jennifer Mosquera
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