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Título: Grand Piano
Director: Eugenio Mira
Guión: Damien Chazelle
Reparto: Elijah Wood, John Cusack, Alex Winter, Kerry Bishé, Allen Leech, Tamsin Egerton,Dee Wallace, Mino Mackic
Duración: 90 minutos
Año: 2013
País: España
Música: Víctor Reyes
Género: Thriller
Productora: Nostromo Pictures / Antena 3 Films / Telefónica Producciones / Nostromo Canarias 1 AIE
Distribuidora: Paramount Pictures
Tengo que reconocer que soy muy fan del thriller clásico con películas como “Charada” (1963), “Niagara” (1953) o “La carta” (1940), pero sobre todo soy un tremendo admirador de Alfred Hitchcock entre las que me gustan especialmente “Con la muerte en los talones” (1959) y “La soga” (1948). Para los que no la conozcan –están en mi lista negra– “La soga” es una historia contada en tiempo real, en un sólo escenario y en sólo 10 planos. Todo ello provoca que la sensación de suspense se multiplique. Muchos son los que han intentado repetir la maestría de esa película y recuerdo, por ejemplo “A la hora señalada” (1995) donde el cada vez menos destacable John Badham intentó ponerse a la altura del director de “Rebeca” (1940), sin conseguir más allá del thiller interesante, pero no apasionante. Aunque si hablamos de herederos del título de maestro del suspense –con copias/plagios incluidos– tenemos que hablar de Brian De Palma. Su obra está llena de homenajes a Hitchcock con títulos como “Fascinación” (1976), “Vestida para matar” (1980) o “Doble cuerpo” (1984).
No me he perdido, sólo he dado un rodeo para decir que todo esto viene a que el guión de Grand Piano bebe directamente del thriller clásico, en especial del hecho por Hitchcock y aunque todo el mundo haga referencia al británico y a la película “Ultima llamada” (2002), de lo que está llena la película de Eugenio Mira es de infinidad de referencias a Brian De Palma.
Elijah Wood es Tom Selznick, un pianista que vuelve a los escenarios 5 años después de no poder interpretar una pieza, “La cinquete” compuesta por su mentor, quien murió hace un año. Tom va a interpretar varias piezas entre las que no se encuentra la mencionada obra, pero entre las partituras hay una amenaza: si Tom no toca esa pieza, su esposa morirá.
El guión de la película está muy bien hilvanado. Todas las piezas están perfectamente encajadas, aunque hay alguna pieza forzada para que encaje, entre ellos los personajes secundarios, como son la esposa de Tom, interpretada por la sosa Kerry Bishé y los amigos “Chonis” de la pareja a los que dan cuerpo los nada carismáticos Alleen Leech y Tamsin Egerton. En cuanto a la interpretación de Elijah Wood es más que correcta, con algún momento de sobreactuación. Quien está perfecto es el breve John Cusack, a quien sus años de interpretación en grandes films, le han dado unas tablas descomunales.
Pero no es en el apartado interpretativo en el que destaca la película. Tampoco lo busca. Lo interesante es que el guión está perfectamente ilustrado por la dirección de Eugenio Mira. Esta es totalmente dinámica, haciendo que el espectador se quede sentado a su butaca en los ochenta y tantos minutos que dura la cinta. Para ello se ha visto la filmografía entera de Brian De Palma. De hecho la música de la cabecera remite a la de “Los intocables” (1987), el plano secuencia de la entrada en el auditorio remite a la de “Snake eyes” (1998), hay multidud de referencias a “El fantasma del paraíso” (1974) y hasta está calcado el comienzo de “Atrapado por su pasado” (1993) con las camillas. Hay pantallas partidas, planos aberrados y en general, muchos de los trucos que el director de “Carrie” (1976) nos acostumbraba a usar. También hay varios planos homenaje a Hitch, no en vano toda la película es una correcta reinterpretación del concierto de “El hombre que sabía demasiado” (1956), con algunas gotas de “Vertigo: de entre los muertos” (1958). Además de una muy cuidada puesta en escena. Mira acepta el reto de hacer una película ajustada a la música que se interpreta y no a la inversa, que es lo habitual, por lo tanto el reto se multiplica.
Me gusta la película, me mantuvo enganchado durante todo el metraje, pero sí que le encuentro pegas. Más allá de que se pueda reconocer al doble de manos de Elijah Wood cuando vemos la interpretación al piano, hay varios elementos que no redondean la película. Por un lado los tres actores que he comentado antes, que son como inmensos agujeros negros dentro de una maquinaria que chirría en ese punto. Por otro lado esos mismos personajes son los más descuidados en la historia. Están resueltos con un brochazo gordísimo y en una trama tan cuidada, eso pesa. Finalmente aunque Eugenio Mira sabe perfectamente dónde poner la cámara y crear tensión, hay varios momentos donde la prisa la puede y hay algunos planos recurso bastante pobres que no parecen hechos por el mismo director.
Esto no empaña el hecho que sea una de los thrillers más divertidos de los últimos años.
Paso a ponerle nota. La película merece un gran 7,5. Una serie B sin más pretensiones que hacer pasar un rato muy grato.
Redacción: Juan Pablo Pérez Padial
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