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Director: Peter Webber
Guión: David Klass, Vera Blasi
Reparto: Tommy Lee Jones, Matthew Fox, Kaori Momoi, Eriko Hatsune, Aaron Jackson, Toshiyuki Nishida, Takatarô Kataoka, Masatô Ibu, William Wallace, Nic Sampson, Isao Natsuyagi, Gareth Ruck, Masatoshi Nakamura, Shôhei Hino
Duración: 105 minutos
Año: 2012
País: EE.UU.
Música: Alex Heffes
Género: Drama/Histórico
Productora: Krasnoff Foster Productions, Fellers Film, United Performers’ Studio
Distribuidora: A Contracorriente Films
Drama histórico que narra uno de los capítulos más importantes del Japón devastado una vez terminada la Segunda Guerra Mundial. El prestigioso general Douglas MacArthur, interpretado por Tommy Lee Jones (“No es país para viejos”, 2007), y un colega suyo, interpretado por Matthew Fox (“Guerra Mundial Z”, 2013), tendrán que decidir el destino del emperador japonés Hirohito.
A partir de una contrarreloj de diez días para determinar quién o quiénes fueron los culpables sobre determinadas acciones bélicas, el conocido actor por la serie ‘Perdidos’, tendrá que arreglárselas para averiguar todo lo que pueda. Fox se esfuerza, se nota y se agradece pero el personaje protagonista del film le viene grande. Esa figura heroico-detectivesca, con trauma romántico de por medio, no acaba de emerger nunca y al final acabas por no creértelo. Todo lo contrario sucede con Tommy Lee Jones que, aunque su metraje en el film no es muy alargado, borda a un personaje histórico rodeándolo de sutilezas interpretativas que hacen del general uno de los atractivos por los que justificar el visionado.
La trama principal es interesantísima, más aún si tenemos en cuenta que se trata de algo real e histórico. Está perfectamente estructurada y, a través de sus bien creadas causa-consecuencias, consigue que mantengamos el interés por saber hacia dónde van a ir las investigaciones del personaje que interpreta Matthew Fox. Lo malo es que para que nuestra empatía con el detective-soldado sea mayor existe una sub trama romántica creada a partir de flashbacks que, sin duda, es lo menos interesante del film. Únicamente logra captar nuestra atención cuando, en uno de los pasajes, aparece un personaje mucho más atrayente que la chica en cuestión, su tío. Siendo una verdadera lástima porque aparece cuando esa sub historia está prácticamente concluida.
El Japón destruido y devastado (aunque casi siempre suele enseñarse de noche) está creado de forma exquisita y la factura del film, entre clásica y contemporánea, es impecable. Sin embargo, la balanza sobre esta obra es dubitativa ya que tiene cosas que merecen bien la pena ser vistas pero otras que quizás podrían haberse resuelto de formas mucho más estimulantes.
Crítica: Antonio Garrido
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