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Anoche en los cines Kinépolis de Madrid se presentó la continuación de “El Hobbit: un viaje inesperado”, titulada “El Hobbit: la desolación de Smaug”. Quién es el desolado Smaug, para quien no lo sepa, al final. Pero antes hagamos un repaso a la saga de la Tierra Media en cine y qué es lo que vimos anoche.
Tras el apoteósico éxito de la saga de “El Señor de los Anillos” (2001/02/03) era evidente que el primer libro escrito por John Ronald Reuel Tolkien (J.R.R para los amigos) iba a ser llevado a la pantalla. El encargado de su traslación cinematográfica iba a ser Guillermo del Toro, pero se desentendió tras empezar la búsqueda de localizaciones. Para fortuna de quienes disfrutamos de la mítica trilogía finalmente fue el firmante de esta, Peter Jackson, quien tomaba las riendas. La primera determinación era convertir el sencillo “El Hobbit” en otra trilogía épica de 9 horas de duración. Evidentemente, algo de relleno hay y mucho de invención en esta nueva trilogía, pero la esencia no ha sido corrompida… hay diversión asegurada durante muchas horas.
El 14 de Diciembre del pasado año se estrenó a nivel mundial la esperada película. Con un presupuesto de 250 millones de dólares –recordar que cada película de la trilogía anterior costó unos 80 cada una– recaudó 303 en EEUU y otros 711 en el resto del mundo. 1014 millones de dólares son indicativo de que aún hay un alto interés por la saga. Y, si, anoche pude comprobarlo.
Warner ibérica y Atresmedia organizaron un festín para los fans de la saga. Para empezar se vio el primer capítulo de la nueva trilogía en un espectacular 3D a 48 fotogramas por segundo*.
Los cines Kinépolis estaban abarrotados de fans, muchos de ellos vestidos como sus ídolos de la Tierra Media, que acudían a ver de nuevo la película esperando alguna sorpresa. Y efectivamente, la hubo. Tras la proyección asistimos impacientes a la programada rueda de prensa vía satélite desde Nueva York, Los Ángeles, Londres y Wellington, donde los actores y el director comentaron acerca de la película para ocho ciudades del mundo, entre ellas Madrid. Así descubrimos que Orlando Bloom llama “Leggy” al personaje que le dio la fama, que Evangeline Lilly interpreta a Tauriel, no existente en la novela original, o que Andy Serkis vivió una inolvidable experiencia compartiendo la famosa escena de los acertijos entre Gollum y Bilbo Bolson con Martin Freeman. Terminamos la presentación con la pregunta de qué había sentido Peter Jackson al terminar esta segunda trilogía. “Tras seis películas y muchos años —decía Jackson— es una sensación agridulce, aunque realmente estaba tan centrado en el blog de rodaje que casi no tuve tiempo para pensarlo” dijo ante la defraudada expectativa de los fans a que indicara que sin más obra de Tolkien no podría vivir. Aunque queda por adaptar “El Silmarillion”, lo digo porque aún pueden quedar otras 3 películas (y 9 horas) en el futuro.
A pesar de algún pequeño problema técnico, no olvidemos que era una conexión vía satélite, y algunos problemas del doblaje simultáneo, fue una experiencia altamente satisfactoria para los presentes y aunque nos esperábamos algunos minutos del nuevo film la sorpresa fue mayúscula al descubrir tras el tema principal de la película ¡veinte minutazos de escenas exclusivas!, eso sí, es alto secreto lo que hemos visto, aunque desde aquí comento que, como era de esperar, sigue siendo altamente espectacular y ya se ve en qué dirección gira la trama desligándose en cierta forma del libro original. Evidentemente esto no me lo van a sacar ni torturándome. Sólo puedo decir que esos 20 minutos se me hicieron increíblemente cortos. Tal es la expectación que han creado.
Me voy a casa con los regalos de Warner Bros., que son una camiseta, un póster y un pin; y con muchísimas ganas de ver la película y sobre todo el enfrentamiento entre los dos protagonistas de la serie “Sherlock”, Benedict Cumberbacht y Martin Freeman que son Sherlock Holmes y John Watson en la serie y Smaug, el temible dragón que expulsó a los enanos de su tierra y ahora quieren volver, contra el hobbit Bilbo Bolsón en la película. Y si lo de la expulsión del pueblo enano y su vuelta a la tierra prometida le suena de algo… bueno, lo dejaremos para la crítica que podrás leer en Pandora Magazine a partir del 13 de Diciembre. Por si no puedes esperar estas 5 semanas, también decir que el próximo 12 de Noviembre saldrá la edición extendida de “El hobbit: un viaje inesperado”, con 13 minutos más, que te pueden ayudar a sobrellevar el trago de esperar aún más de un mes.
*Explico este tecnicismo para quien no lo sepa: desde 1904 se estableció que la velocidad de proyección en cine era de 24 fotogramas por segundo y hasta ahora ha sido así. Ha pasado más de un siglo y el cine ha evolucionado muchísimo. Una de esas evoluciones ha sido el 3D. Lo que ocurre es que a 24 fotogramas por segundo el 3D no es tan espectacular como se quisiera y se ha descubierto que a mayor velocidad de proyección, el efecto 3D es superior. Es por eso que Peter Jackson optó por esta opción, a pesar que las primeras críticas fueron muy negativas, porque daba aspecto de culebrón, ya que la imagen era “demasiado nítida”.
Crónica y fotografías: Juan Pablo Pérez Padial
