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Título: El gran cuaderno (A nagy füzet)
Dirección: János Szász
Guión: János Szász, András Szekér (Novela: Agota Kristof)
Reparto: András Gyémánt, László Gyémánt, Piroska Molnár, Ulrich Matthes, Ulrich Thomsen, János Derzsi, András Réthelyi, Orsolya Tóth, Péter Andorai, Krisztián Kovács
Duración: 109 minutos
Año: 2013
País: Hungria
Fotografía: Christian Berger
Género: Drama
Productora: Co-producción Hungría-Alemania-Francia-Austria; Hunnia Filmstúdió / Intuit Pictures GmbH / Amour Fou Filmproduktion / Dolce Vita Films
Distribuidora: Golem Distribución
«El gran cuaderno» es la adaptación cinematográfica de la novela superventas El gran cuaderno, publicada por primera vez, de la autora suiza nacida en Hungría Ágota Kristóf. Traducida a más de treinta idiomas, fue galardonada con el Premio Europeo de Literatura Francesa 1986. Asimismo, ganó el Premio Gottfried Keller 2001, en Suiza, y el Premio de Literatura Europea del Estado de Austria 2008.
«El gran cuaderno» nos traslada al último año de la IIª Guerra Mundial, contemplando la historia de dos gemelos acomodados a los que su madre decide abandonar con su abuela para que puedan sobrevivir. En ese abandono, los niños descubren un entorno rural desconocido y las dificultades de la supervivencia tanto por los infortunios de la época y el lugar como con la relación con su propia abuela, de tal modo que optan por endurecerse, aprendiendo a lidiar con el dolor físico y psicológico, el hambre y el frío.
“El gran cuaderno” nos ofrece una imagen descarnada de la brutal realidad que la gente más afectada por esta guerra vivía, siempre desde un punto de vista más psicológico que físico y un drama por la supervivencia en todos los sentidos.
En primer término, y de acuerdo a las labores técnicas, debemos destacar la pureza de la obra. El ambiente es precisamente recreado en el horror de la pobreza casi extrema de una aldea húngara con todo lujo de detalles, de forma que resulta en ocasiones demasiado real y precisa. Este mismo asunto ocurre en todos los apartados artísticos de la película, tanto en la caracterización de los personajes como en la construcción de sus identidades, creando un realismo sin precedentes.
Es este realismo precisamente una parte fundamental de la obra, ya que precisamente la importancia de la misma está en la identificación por parte del espectador en el cambio de inocencia a brutalidad de los niños protagonistas, y es sin duda positivo ver cómo se consigue desde principio a fin ver desde los mismos ojos de ellos, desde la ignorancia al horror.
Precisamente es esta la parte más complicada o más importante de la película. Es esa transición la que consigue enganchar al espectador, empezando por la supervivencia a través del dolor y el hambre y acabando en la lucha deshumanizada de los protagonistas por seguir adelante.
Francamente este es el punto caliente de la película; la deshumanización. Resulta curioso cómo se aborda que a través de un simple año los niños consigan despojarse al completo de su vida cómoda anterior para convertirse en una especie de autómatas por la vida.
En realidad se trata de una película muy dura, con imágenes sobre violencia y muerte en unos casos tan solo insinuadas y en otros, precisas, pero que dan la misma sensación, la del horror, imágenes sumamente hirientes, ya que claramente aunque no las hayamos vivido pueden darse por validas pero hacen pensar al espectador sobre toda esa dureza.
En definitiva se trata un argumento complejo y no deja de ser un ejemplo más a titulo individualista sobre los horrores de la guerra, y aunque el tratamiento de esta es real y veraz, lo cierto es que es esta realidad buscada de una manera tan precisa y natural que resulta un tanto traumatizadora para un espectador medio, y no por un uso de violencia gratuito (como ámbito físico) sino más bien por ver como poco a poco dos niños pierden todas las nociones de vida que hoy en día podrían verse como normales para dar pie a dos niños deshumanizados a los cuales la vida y la muerte parecen ver como dos cosas iguales.
Recomiendo esta película siempre desde el antecedente de su dureza visual y descarnada, ya que es una visión bastante precisa en cuanto a personajes y su bagaje de un estado a otro, pero repito, teniendo en cuenta que en ningún momento es una película dulce ni amable, sino más bien un ejercicio de reflexión personal, una demostración de la importancia del buen hacer de un actor y unas imágenes reflexivas (a la altura, mal comparado, de Novecento) con grandes puctums visuales y una visión distinta sobre la vida y la muerte.
Crítica: Covadonga del Toro
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