Crítica | «El congreso», Paprika europea

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El-Congreso-poster-españaTítulo: El Congreso (The Congress)

Dirección: Ari Folman

Guión: Ari Folman (Novela: Stanislaw Lem)

Reparto:  Robin Wright Penn, Harvey Keitel, Danny Huston, Paul Giamatti, Frances Fisher, Kodi Smit-McPhee, Michael Landes, Sami Gayle, Matthew Wolf, Jon Hamm, Michael Stahl-David

Género: Ciencia-Ficción, Drama

Duración: 120 minutos

Año: 2013

País: Israel

Música: Max Richter

Fotografía: Michal Englert

Productora: Liverpool, Paul Thiltges Distributions 

Distribuidora: Golem Distribuición

Crítica de «El Congreso» en Sitges 2013

Grandes intérpretes recorren nuestra mente para recordándonos aquellos personajes de nuestra infancia, pero, a muy a nuestro a pesar hay algunos que acaban en el olvido y acumulando polvo en nuestro particular desván de juguetes rotos. Quien no recuerda a la bella Buttercup de «La princesa prometida» o el gran amor de Forrest Gump, posiblemente mucha gente pero pocos se acordaran de la actriz que se encontraba detrás de estos personajes, Robin Wright.

EL_CONGRESO_54Con estos prolegómenos comienza el nuevo trabajo del israelí Ari Folman tras su aclamada “Vals con Bashir” (2008) porque no hay nada más aterrador que el ostracismo al que se ven algunos intérpretes cuando se apagan los focos. Para esta ocasión, Robin Wright se interpreta a sí misma, su carrera cinematográfica estaba siendo un camino de rosas  hasta que empezaron a cruzarse los primeros escollos, divorcios y malas decisiones acabaron por empedrar el camino para llevarla al ostracismo. Dos hijos, uno de ellos con una enfermedad degenerativa, la harán compañía en un hangar hasta que la inesperada llegada de su representante Al —Harvey Keitel— para ofrecerla una última oferta cuanto menos que sorprendente, ser digitalizada y abandonar la interpretación durante 20 años. Jeff Green de los estudios MiraMount –interpretado por Danny Huston— cuya visión para los negocios le hace ciego de sentimientos hacia los demás será el encargado de hacer de diablo en este nuevo negocio de mercadeo de almas estrelladas.

Las frivolizaciones con respecto a este tema dará conversaciones de lo más hilarantes entre Jeff y Robin sobre cuestiones éticas que vemos a diario, por ejemplo, nuestra protagonista ya se enfrentó a este dilema tras ser digitalizada precisamente para trabajar en «BeoWulf” (2008) y es que las princesas de cuento ya no buscan su príncipe azul, detrás de las cámaras tienen que optar entre el Botox o la inmortalidad digitalizada para seguir en el candelero. Su miedo a tomar malas decisiones ha llevado a nuestra protagonista por el camino de la amargura y esta vez tomara una decisión cuyas consecuencias veremos en el futuro.

EL_CONGRESO_62.tif_rgb (1024x576)20 años más tarde nos encontramos en un paradigma futurista donde las películas han sido reemplazadas por drogas y la gente ya no acude a las salas para evadirse de la realidad, Robin inhalara esta droga para teletransportarse a un mundo construido basado en sus pensamientos, su imaginación nos llevara a comprender mejor su vida y sus adversidades, seremos participe de sus alucinaciones en este periplo donde su temor a envejecer, sus fracasos amorosos o la aparición de  personas allegadas en forma de pesadillas acabaran por perturbarla en este placentero sueño de fantasía del que nunca querrá despertar.

Precisamente es en estos instantes cuando comenzamos a vislumbrar lo que Ari Folman tiene pensado para «Congreso de Futurología» de Stanislaw Lem, la sinopsis para arrancar la película se desvanecen por completo entre pinceles y pintura para dar cabida al escritor polaco, la animación hace acto de presencia con un inicio precioso y colorido, unos trazos gruesos que recuerdan a esa Walt Disney de los años 20 donde los personajes. El director y guionista ha introducido sus ideas en forma de remiendos, de tal forma que cuando te quieres dar cuenta estas metido en una obra de Stanisław en forma de película animada, con muchos descosidos, reinando el desconcierto, hasta en el más experimentado en estas lides.

"The Congress"Las adaptaciones libres permiten tomarse algunas concesiones pero el guión contiene tantos parches que acaban enmudeciendo el escrito original para hacerlo irreconocible en algunos tramos. Estamos una película bipolar donde a mitad de camino se bifurca en algo completamente diferente sin darte tiempo a asimilarlo hasta incluso para espectadores exigentes que vieran “Solaris” (1972) de Andréi Tarkovski en su día.

Pero dejemos esto al margen y centrémonos en los aciertos del film,  su encomiable trabajo fue premiado como mejor largometraje de animación en los Premios del Cine Europeo del 2013 además fue premiada por la crítica en el pasado Festival de Sitges. La relación amorosa que Robin tendrá con uno de los personajes fruto de su subconsciente dará algunos de los mejores momentos del film mostrándonos unos planos dalinianos que con la música de Max Richter serán difíciles de olvidar.

La sociedad que busca la inmediatez y parecerse a sus estrellas favoritas está resuelta con mucho atino cuando se celebra el congreso y es que hacia donde nos dirigiremos como seres humanos en un futuro tan volátil va ganando terreno en el tramo final. Esa ensoñación perfecta en la que toda elección es buena nos llevara a una disyuntiva entre volver al mundo real o seguir en este sueño alucinógeno bastante desolador.

EL_CONGRESO_46.jpg_cmyk (1024x680)En otro orden de cosas, es cuanto menos que sintomático ver las licencias que se permiten en los dibujos animados, sin ir más lejos, veremos gente famosa aparecer en escena posiblemente sin su consentimiento que levantaran alguna carcajada en el personal pero que a su vez dará más fuerza al debate de hasta dónde llegan los derechos de un actor como individuo en cuanto al uso indebido de su imagen.

En definitiva, es posible que nos recuerde a «Paprika» (2006) de Satoshi Kon, puede ser una temeridad por mi parte comparar ambas películas pero guardando las distancias está claro que la animación europea puede darnos ciertas alegrías de vez en cuando y esta combinación del mundo onírico de Stanisław aderezado con animación tradicional es más preferible que inhalar una droga futurista por muchas  ventajas que tenga dicho producto químico.

Lo mejor: Las escenas dalinianas junto al trabajo de animación, los momentos dramáticos con Robin Wright. Los papeles de Paul Giamatti y Harvey Keitel. Lo peor: La libertades tomadas por Folman en la adaptación del  “Congreso de la Futurología” de Stanisław Lem puede hacer zozobrar a los inexpertos en esta materia.

Crítica: Iván Heral

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.