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Título: En la flor de la vida (La fleur de l’âge)
Director: Nick Quinn
Guión: Andréïa Barbosa, Santiago Amigorena
Reparto: Pierre Arditi, Jean-Pierre Marielle, Julie Ferrier, Audrey Fleurot, Radivoje Bukvic, Pierre Vernier, Elisabeth Vitali, Cyril Guei, Laure Calamy
Duración: 83 minutos
Año: 2011
País: Francia
Música: Éric Neveux, We Were Evergreen
Género: Comedia
Productora: Gloria Films Production
Distribuidora: Emon Films
Gaspard Dassonville tiene 63 años, pero pesa a ser un afamado productor y presentador de televisión y haber dado toda su vida a una cadena de televisión, un joven empresario que toma las riendas de dicha cadena, pondrá su trabajo en entredicho por las audiencias. Si esto no fuera poco, su padre Hubert, un rebelde anciano, con el que mantiene una tensa y distante relación tiene un pequeño accidente, por lo que Gerard se verá ‘obligado’ a cuidar de él durante dos meses, mientras que la casa de su padre es acondicionada para su nuevo estado.
Hubert, detesta ser un estorbo, por lo que lo paga con las cuidadoras que le proporciona su hijo, hasta que entra en sus vidas Zana, una mujer un tanto peculiar que les hará darle a la vida un nuevo sentido, y les demostrará que la vida tiene un valor para los pequeños gestos cotidianos, sobre todo para aquellos que tenemos más cerca.
Esta película es una historia peculiar sobre la vejez, sobre una vejez precoz y sobre la vejez ya avanzada, aunque por ello no le resta el amor que se puede llegar a sentir a esas edades. “En la flor de la vida” nos presenta a dos personajes, que aunque no lo parezca, tienen muchas cosas en común, como puede ser la soledad.
Por un lado tenemos a Hubert, que lo interpreta magníficamente el octogenario Jean-Pierre Marielle (“La petite Lily”, 2003), es un anciano autosuficiente y solitario. Ha aprendido a vivir su vida en soledad desde que su esposa falleció 15 años atrás. Pero un pequeño accidente hace que tenga que depender de alguien para poder hasta andar. Esto no le hace vulnerable, sino todo lo contario, le hace un gruñón que al final encontrará la horma de su zapato en Zana.
Gerard, interpretado por Pierre Arditi (“Mélo”, 1986), es un sesentón que no quiere abandonar su juventud, pero a su vez es un solitario, ya que nunca se ha casado y prefiere vivir sólo, como un hombre joven y que no acepta la idea de ser de la 3ª edad. La ‘obligación’ de atender a su padre durante los dos meses que durará la reforma de la casa de Hubert, le hará darse cuenta de muchas cosas… sobre todo a afrontar su futura vejez.
La tercera en discordia de la película es Zana Kotnic, interpretada por Julie Ferrier (“Los seductores”, 2010) es una especie de Mary Poppins que llega para poner rumbo a las vidas de Gerard y Hubert. La actuación de Julie me ha parecido fantástica, no es muy habladora, pero te hace sacar alguna que otra sonrisa y a la vez te da congoja y pena su vida… aunque al final acabas comprendiéndola en muchos sentidos. Aunque al principio pueda parecer extravagante, ridícula e incluso algo ficticio demás, al final acabas amoldándote a su personalidad y te gustará su actuación.
Nick Quinn es el director del filme y “En la flor de la vida” es su ópera prima, ya que es conocido sobre todo por la elaboración de grandes documentales, como es “Karaoke Angels” (2000), según él “El documental es una escuela formidable: se nos pide entrar en la vida de gentes a las que no conocemos y a interrogarles acerca de los motivos que les llevan a actuar como lo hacen. Se hace preciso saber mirarles con humanidad y ternura, y también con cierta crueldad; estar en condiciones de decirles: «Esto es lo que yo veo». Se aprende a captar lo real”.
En cuanto a los detalles técnicos de la película son secundarios, ya que tampoco es algo en lo que me he fijado, los planos son sencillos, con una fotografía correcta y una banda sonora adecuada. Pueden haber destellos de mucho que podría haber sido y no fue, pero prefiero no meterme con ello, porque es una ópera prima y además se nota que está hecha con buenas intenciones.
Algo negativo que decir es la edad de los actores… a mi no me dan el pego de padre e hijo. Por muy mayor que pueda ser el Jean-Pierre Marielle, que tiene 81 años, el actor que da vida al hijo no se queda atrás, tiene 69 años. Yo hubiera optado por un actor para el rol de Gerard más joven y cuidado, un estilo Pierce Brosnan, mayor pero con estilo, porque de los 83 minutos que dura la película no se me ha ido en uno sólo la proximidad que tienen ambos actores.
La película en general, no tiene nada nuevo que expresar. Esta historia está mascada una y otra vez en comedias americanas, españolas, francesas, inglesas… etcétera, lo que pasa es que es un tema de los que por muchos que hayas visto, pues no te importa ver uno más… por si acaso es el pelotazo del año, cosa que a mí me pasó con la película de “El postre de la alegría”, parece la típica historia de vejez amargada y luego resulta bastante divertida.
Para mí la película es de 6. Entretenida para pasar el tarde, pero no es una película con pretensiones, por lo que disfrutarán de algunas escenas cómicas al más puro estilo inglés, agitadas con un estilo francés y una sombrillita de actores con muy buenas tablas.
Crítica: María José Díaz-Maroto García
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