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Título: Dolor y dinero (Pain & Gain)
Director: Michael Bay
Guión: Christopher Markus, Stephen McFeely (Art. Pete Collins)
Reparto: Mark Wahlberg, Dwayne ‘The Rock’ Johnson, Anthony Mackie, Ed Harris, Tony Shalhoub, Rebel Wilson, Ken Jeong, Rob Corddry, William Haze, Bar Paly
Duración: 130 minutos
Año: 2013
Música: Steve Jablonsky
País: EE.UU.
Género: Acción / Comedia
Productora: Paramount Pictures / Platinum Dunes / De Line Pictures
Distribuidora: Paramount Pictures
Desde el estreno y éxito de “Fargo” (1996) varios son los ejemplos de cine negro inspirados en sucesos reales protagonizados por personas realmente estúpidas, como son “Domino” (2005) o el film que nos ocupa. Es complicado comentar “Dolor y dinero” porque no sé muy bien por dónde empezar, si por la labor de Michael “Transformers” Bay, si por el guión o por sus muy esforzados intérpretes, ya que dada la trayectoria del director es interesante analizar cada punto.
Empecemos por el guión. La trama es tan disparatada que llegando a cierto punto el director tiene que indicar en pantalla que “sigue estando basado en hechos reales”, pero ocurrió realmente mientras el director Michael Bay estaba en Miami Rodando “Dos policías rebeldes” (1995). Daniel Lugo es un treintañero de pocas luces obsesionado con ser más y más grande en el gimnasio, con aparentar y ser uno de esos estúpidos protagonistas de las estúpidas series donde todo es perfecto. De pronto ve la luz. El sueño americano es secuestrar a alguien, robar todo lo que tenga y vivir de esa persona. Para ello lía a dos pardillos aún más estúpidos, Paul Doyle un ex-convicto grande como una montaña que ha visto la luz religiosa y por otro lado Adrian Doorbal un culturista de color obsesionado con ser más grande, su “pito” y la chicas gordas y blancas. Los tres son Mark Whalberg, Dwayne Johnson y Anthony Mackie perfectamente secundados por unos sobresalientes Tony Shalhoub y Ed Harris y unos efectivos Ken Jeong, Rob Corddry, Bar Paly y Rebel Wilson.
El guión destila mala baba por todas partes y sólo hay un personaje positivo en las dos horas de película, todos los demás son egoistas, mentirosos, traicioneros y muy estúpidos. Es curioso que Michael Bay cargue tan salvajemente contra el público potencial de la mayoría de sus films, esto es, el que ve “Mujeres, hombres y Viceversa”, cuyas máximas aspiraciones son músculos, tetas, cochazos, grandes casas y conseguir dinero sin dar golpe. Bueno, dar golpe si, un buen golpe. Las influencias del Daniel Lugo son sobre todo mafiosos, como el Tony Montana de “El precio del Poder” (1983) o “El padrino” (1972), no en vano, su primera frase es “Yo creo en el Fitness”, corrupción del “creo en América” que da comienzo a la película de Coppola.
El problema está en que la película no sabe en quién focalizar la trama. Michael Bay toma prestada la voz narrativa de las películas de género de los 30 y 40, pero él es cualquier cosa menos sutil. Todo ha de ser más y mas grande y aquí son cuatro los narradores. Si bien en “Casino” (1996) funciona, violencia exacerbada incluida, Bay mete todo a presión y lo que queda es un batiburrillo que no termina de cuajar.
En cuanto a las interpretaciones, Ed Harrys y Tony Shalhoub bordan sus papeles robando plano casi sin esfuerzo. El resto de secundarios están correctos sin más, pero vamos con el trio de gilipoll… protagonista. Anthony Mackie es dentro de los tres protagonistas el más desnortado. No te lo terminas de creer del todo al poner cara de “estoy en una comedia en la que hago de bobo”, aunque se esfuerza. Mark Whalberg, muy correcto como actor, está equivocado como Daniel Lugo, ya que en ningún momento te lo crees como un perdedor, que es la cara que sí tenía el Daniel Lugo real (y que vemos al final del film). Su perfecta sonrisa americana y su belleza de ex-modelo hace que en todo momento te pongas de su parte por muy salvaje y/o estúpido que sea lo que haga y lo que para la taquilla puede ser bueno, para la comprensión del film no lo es tanto. Pero lo que sin duda es el plato fuerte de “Dolor y dinero” es Dwayne Johnson. Su carisma engancha en todo momento. Es un ex-convicto reconvertido en religioso radical, reconvertido en cocainómano adicto al sexo. Su vis cómica es monumental. Llega donde Arnold Schwarzennegger se quedaba a medias. No digo que se merezca un oscar, pero este tío, vale y te mete de lleno en la corriente emocional de este tío tan complicado. Muy bueno.
Y vamos a por Bay. Tras tres horrendas películas (aunque muchos dirán que todas) que es la saga de Transformers, Bay rebaja presupuesto y sube ambiciones autorales. Narrada con bastante mejor pulso que las tres películas anteriores y con amplia solvencia, se le nota, sin embargo cierta atrofia en la realización. Quiere el director de “Armageddon” ser el director que hizo en 1995 su ópera prima con Will Smith, pero demasiados millones y productores vigilando su inversión en películas pasadas hacen que sólo sea una sombra del que fue. Quizá el fallecido Tony Scott le hubiera dado ese toque desquiciado que buscaba Bay, aunque este no hubiera sido capaz de sacar la comedia como queda patente en la fallida película comentada antes “Domino”. Buen intento, pero todo desequilibrado por que es incapaz de rebajar esa actitud del más y más. Si es que, por más que Michael Bay quiera hacer un homenaje a “Fargo” dándole un breve papel a Peter Stormare, los Cohen son únicos.
Dolor y Dinero y Michael Bay queriendo redimirse se merecen un 6. Y oye, me ha gustado, pero no es un plato para todos los públicos.
Redacción: Juan Pablo Pérez-Padial
