Crítica | «Reparar a los vivos», el cruce de dos caminos

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Ficha técnica | Título: Réparer Les Vivants. Director: Katell Quillévéré. Guión: Katell Quillévéré, Gilles Taurand. Reparto: Gabriel Verdet, Tahar Rahim, Emmanuelle Seigner, Anne Dorval. Género:Drama. Duración: 103 minutos. Año: 2016. País: Francia. Fotografía: Tom Harari. Música: Alexandre Desplat. Productora: France 2 Cinéma, Mars Films, Frakas Productions. Distribuidora: Caramel Films España.

Simon y sus amigos viajan a la costa para surfear un poco, pero el mar está embravecido. Horas más tarde, en el camino de vuelta a casa, los jóvenes sufren un trágico accidente. La vida de Simon se consume en el hospital de Havre al mismo tiempo que, en París, una mujer espera el deseado trasplante de corazón que le podría salvar la vida.

Lo más importante que leeréis en esta crítica es que estoy a favor de lo que esta película se propone: Dar un discurso de apoyo a la donación de órganos. Porque al final, de eso va la cinta y su mensaje. Y no me parece en absoluto mal, ya os digo que me parece incluso necesario. Pero eso también acarrea que se noten dos mitades impares en la cinta.

Dirigida por la francesa oriunda de Costa de Marfil, Katell Quillévéré, estamos ante una historia de dos camino que se cruzan. Con una primera mitad con cierta alma, muy cuidada, y de sensaciones reales y casi poéticas…todo eso va decayendo con la segunda parte del film. Y aunque queda justificada esa división por lo que se procura contar y enfocar, supone el punto negativo principal a tratar de esta historia.

A pesar de que no es mal guión. La directora junto a Gilles Taurand –autor de más de 30 guiones de largometrajes entre otras cosas– se encargan del libreto. Y aunque no es perfecta, me parece una bonita historia; algo real que podría pasarle a cualquiera de nosotros, claro que ligeramente adornado para que dé para película. Y normalmente me satisface más una película con un objetivo final, algo más… tangible. Pero en este caso me parece adecuado que simplemente trate de contar esa historia. Sin más.

Y el reparto mantiene un nivel coral durante la cinta que ayuda bastante a dicho propósito. Quizá con algún altibajo concreto, pero en general bastante satisfecho. Tahar Rahim (Thomas Remige), Anne Dorval (Claire), Kool Shen (Vincent)… buenos personajes principales. Aunque sabe mal que quien más protagonista parece por tráilers y tal pueda lucirse más bien poco. Ya entenderéis por qué digo eso de Gabriel Verdet (Simon).

Hay muchos personajes que aportan su granito de arena al argumento, a pesar de no poder contar con una construcción y evolución que tampoco son realmente necesarias.

Pero hoy no me enrollo más con lo mismo que digo siempre. Me parece que lo que tengo que tratar en esta crítica es lo comentado al principio. No es algo corriente. No es un viaje del héroe, ni un drama de andar por casa. Y eso no la hace mejor. Pero tampoco peor. Y creo que es importante. Porque se siente real, cercana. Un trasplante de órganos puede involucrarte a ti, que estás leyendo esto. O a alguien que conoces. Y tiene que ser durísimo, y eso sí se percibe en lo hecho por este equipo francés.

Pero es de esas ocasiones en las que creo que es mejor que no diga mucho. Es algo que tenéis que ver por vosotros mismos. Las valoraciones pueden ser muy dispares. Porque, evidentemente podemos tratar aspectos técnicos, y en eso es una película decente, notable y poco más. Y puedo daros mi impresión. Pero con que simplemente conectéis con la parte emocional de todo esto, ya no tendrá nada que ver. Así que dadle una oportunidad y contadme.

Crítica: Dani Pereira

Sobre Dani Pereira

20 años, aficionado a todo lo que sea escribir, con vocación al cine, las series, los cómics, los videojuegos, la música y el baloncesto.