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Título: French Women (Sous les jupes des filles)
Dirección: Audrey Dana
Guión: Audrey Dana, Murielle Magellan, Cécile Sellam, Raphaëlle Valbrune
Reparto: Isabelle Adjani, Alice Belaïdi, Laetitia Casta, Audrey Dana, Julie Ferrier, Audrey Fleurot, Marina Hands, Géraldine Nakache, Vanessa Paradis, Alice Gaglioni, Sylvie Testud
Género: Comedia
Duración: 116 minutos
Año: 2014
País: Francia
Fotografía: Giovanni Fiore Coltellacci
Productora: Fidélité Films
Distribuidora: Vértigo Films
Las etapas por las que pasamos como la niñez, la juventud o la tan temida vejez, son un fiel reflejo de esos pequeños altibajos a los que nos tenemos que enfrentar en la vida. Lamentablemente con el transcurrir de los años, han sido las mujeres las que han tenido que sobrellevar un peso mayor sobre sus espaldas, para solventar estas dificultades en la vida. Este peregrinaje de ellas, en muchas ocasiones, acaba convirtiéndose en un vía crucis, nos lleva a ponerlas sobre un pedestal por su bendita paciencia ante tanta idiosincrasia. Audrey Dana nos propone una película coral formado por actrices en roles muy diferentes pero que en parte representan pequeños momentos que cualquier mujer ha vivido o que acabara sufriendo en sus propias carnes, una enfermedad inesperada, un amor no correspondido o una infidelidad entre otros.
Es evidente recalcar –si no lo he comentado previamente– que es una película dirigida, protagonizada y pensada expresamente para féminas y esto puede hacer que cualquier hombre pueda verla con cierto recelo o se sienta desplazado ante este exhausto popurrí de escenas repletas de feromonas femeninas. Tengo que destacar que en el peor de los casos, es posible que a algunos espectadores les transmita una imagen demasiado opaca de los personajes masculinos, trasladándolos a un segundo plano, esto a algunos les puede chirriar en algunos momentos, aunque eso ya es harina de otro costal, aunque supongo que eso va en la percepción que nos dé a cada uno de nosotros.
Vamos a realizar un símil futbolístico para enterarnos todos de la situación. Para empezar, en la alineación nos encontramos como guardameta a Audrey Dana que apuntaba maneras tras su nominación a los Premios César a mejor actriz revelación en 2008, pero que con los años ha pasado a la capitanía del equipo para acabar dirigiendo lo que es hasta ahora su segunda incursión como directora. Está claro que quien reparte se queda con la mejor parte y es por eso que su personaje, es el que atesora mayor carga dramática y la permite mayor lucimiento, una ninfómana cuyas malas relaciones con los chicos se amontonan como goles encajados.
En la defensa tenemos a Marina Hands y Audrey Fleurot, unas veteranas completamente compenetradas sin secretos entre las dos, su amistad perdura desde la más tierna infancia, pero es puesta a prueba constantemente por las contras del rival, que intentarán corromper la defensa tan férrea en forma de infidelidades. Aproximándonos a las bandas tenemos al tándem constituido por Laetitia Casta y Julie Ferrier, una tímida con ciertas manías y una maniática extrovertida respectivamente, son las laterales encargadas con sus quiebros y filigranas de entretener a la hinchada y esta se lo agradece con vítores y aplausos en los momentos puntuales del partido.
Cuando apenas quedan escasos minutos para que finalice el primer tiempo la pobre Sylvie Testud sufre una lesión que la impide lucirse más tiempo relegándola al banquillo, la vida es un partido y en su caso la llevara a tomarse las cosas con más calma y mayor sosiego, quedan muchos partidos por jugar. Debido a este percance el entrenador se ve obligado a introducir al campo a la veterana Isabelle Adjani cuyo personaje representa esa vejez fruto de la menopausia, con reminiscencias hacia su juventud que evocaran un ligero canto de esperanza.
Centrándonos en la columna vertebral del equipo tenemos a la pareja centrocampista liderada Géraldine Nakache e Alice Taglioni, una madre cuya relación con la niñera de sus hijos tornara en algo más que lo meramente profesional y que la conducirá a una vida encubierta de segundas oportunidades. Ya para finalizar tenemos a Vanessa Paradis, una mediapunta como jugador atacante, una trabajadora nata pero carente de empatía entre los de su propio equipo, ha triunfado a nivel mundial en lo profesional pero se encuentra vacía y carente de amigos de verdad, para ello la alevín del grupo, Alice Belaïdi, intentara integrarla con sus compañeros como buenamente puede aportando un contraste divertido entre inexperiencia y experiencia.
Las cosas como son, Audrey Dana ha creado un equipo espectacular de grandes estrellas del celuloide, que aportan sus mayores virtudes, pero que como conjunto se fundamentan en individualidades con escasas jugadas dignas de ser comentadas por el locutor deportivo. Son pequeñas historias que por separado y con más tiempo funcionarían como un reloj, pero ensambladas como pequeños engranajes hacen que perdamos el enfoque de lo que en verdad nos quieren contar. Finalmente ganaron el partido, el confeti y el champan fluyen a borbotones entre las protagonistas literalmente, todo es alegría y diversión. Futbolísticamente el resultado es lo que prima y en este caso estamos ante una victoria por la mínima que podría no contentar a todo el mundo.
Lo mejor: Las historias de Marina Hands, Audrey Fleurot y Vanessa Paradis. Lo peor: El ostracismo al que se ven abocados los intérpretes masculinos y la falta de unión de todas las historias, los nexos de unión están muy forzados.
Crítica: Iván Heral
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