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Ficha técnica | Título original: Asesinos Inocentes. Director: Gonzalo Bendala. Guión: J.M. Asensio, Gonzalo Bendala. Reparto: Maxi Iglesias, Aura Garrido, Lucho Fernández, Manolo Solo, Miguel Ángel Solá. Género: Thriller. Duración: 95 minutos. Año: 2015. País: España. Fotografía: Álvaro Gutiérrez. Música: Pablo Cervantes. Productora: Canal Sur Televisión, ICAA, Junta de Andalucía. Distribuidora: Filmax.
Llevar a cabo un primer largometraje no es tarea fácil. No lo ha sido nunca ni lo es ahora con la situación en la que nos encontramos por lo que conseguir sacar adelante un proyecto de cierta envergadura como es “Asesinos Inocentes” ya es una primera victoria. Gonzalo Bendala dirige este thriller con toques humorísticos ambientado en la ciudad de Sevilla. Un joven estudiante (Maxi Iglesias) tiene que llevar a cabo una tarea extra para aprobar la última asignatura y licenciarse; asesinar al profesor Espinoza (Miguel Ángel Solá), mejor dicho, ayudar a su suicidio.
Sobre dicha premisa inicial se inicia un juego de enredos en los que el joven estudiante se debate entre lo moralmente correcto e incorrecto y entre el beneficio propio o el de los demás. La historia se volverá más compleja a medida que sus amigos de facultad van conociendo el trabajo y discuten si se debe o no llevar a cabo dicho suicidio asistido o asesinato asistido (según cómo se mire). El punto de partida se vuelve difícil de sostener en el momento en que el grupo de amigos opta por ayudar a Garralda (Maxi). Su implicación en el conflicto deriva tan sólo de una conversación de apenas unos minutos en medio de un ambiente etílico. Sorprende la facilidad con la que un grupo de estudiantes acepta acabar con la vida de su profesor (bueno, mirando la educación española quizás no sorprenda tanto). Tan solo la idiotez de algunos personajes permite que se mantenga cierta verosimilitud ante la cohesión del grupo.
A partir de ahí la historia pierde cualquier enlace con lo verosímil y las situaciones se suceden una tras otra para encajar con la trama. Aparecen personajes relacionados con el Profesor Espinoza como el de Nuria (Aura Garrido) que se está terminando su tesis a pesar de haber terminado hace apenas unas semanas la carrera y además tiene una cierta relación con Garralda. La tensión se construye sobre situaciones imprevisibles para el espectador por contar con una falta completa de información lo que permite rellenar estos huecos de manera “imprevisible” con afán de sorprender. Sin embargo, el espectador queda más sorprendido de la salida por la tangente que presenta el guión que por el hecho en sí.
A pesar de esa cierta desconexión con lo verosímil y de partir de una premisa tan endeble (o como hemos dicho antes de un primer punto de inflexión tan flojo) la cinta llega a desarrollar ciertos momentos en los que la fórmula funciona. Ciertas escenas grupales en las que se enfrentan a la posibilidad de real de cometer el asesinato (o incluso un intento del mismo) rozan un buen nivel de equilibrio entre la comedia y la tensión que recuerda a cierto cine de comedia de enredo. Sin embargo, estos momentos son los menos y se llegan a perder entre diálogos poco ágiles y rígidos y algunas subtramas, que si bien sostienen la justificación de Garralda para llevar a cabo el asesinato, quedan muy lejos de una realidad reconocible y pueden sacar al espectador.
Gonzalo Bendala defiende la película aunque en momentos determinados parece intentar suplir la falta de tensión del guión a través de un lenguaje de cámara que queda forzado. Sin tratar de destapar parte de la trama creo que se nota en momentos como el del ascensor de casa de Espinoza donde su juego de cámara trata de compensar la no tensión (aunque debiera) del momento. Quizás por esa necesidad de añadir tensión al momento la gramática de la cámara se desdibuja demasiado y el artificio queda al descubierto y deja entrever ciertas carencias. Carencias que, debo decir, creo que serán pulidas con el tiempo ya que nos encontramos ante el primer largometraje de un realizador mantiene el tipo a lo largo de la película y que trata de tapar ciertas carencias con un irregular resultado.
01Debo destacar la presencia de Miguel Ángel Solá que se alza como el mejor intérprete de todo el plantel de actores de la película aunque disminuye de calidad en los momentos de ebriedad. El resto de actores, las caras más reconocibles del panorama juvenil actual, mantienen el tipo y quizás sea Alvar Gordejuela quien sobresale entre sus compañeros de reparto a pesar de tener en sus manos el personaje más despreciable de todos ellos . La mayor pena es la presencia de Aura Garrido en un personaje, el único femenino de toda la trama, que no tiene más peso que un cero a la izquierda y que no funciona ni como motivación para el protagonista a través de una posible relación ni como apoyo o antagonista del objetivo de los jóvenes. Su presencia en los carteles y en los créditos (por delante de otros compañeros de reparto) parece responder más a marketing por parte de la distribución para aprovechar su fama tras ‘El Ministerio del Tiempo’ que otra cosa.
En definitiva “Asesinos Inocentes” es mejor debut que muchos otros, con ciertas muestras de un futurible buen hacer, pero que denota todavía la necesidad de cierto tiempo de cocción.
Crítica: Carlos G. Gurpegui
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