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Título: 300: El origen del imperio (300: Rise of an Empire)
Director: Noam Murro
Guión: Zack Snyder, Kurt Johnstad (Novela gráfica: Frank Miller)
Reparto: Sullivan Stapleton, Eva Green, Rodrigo Santoro, Lena Headey, Jack O’Connell, Andrew Tiernan, David Wenham, Callan Mulvey, Andrew Pleavin, Yigal Naor, Ashraf Barhom, Vincent Walsh, Steven Cree, Trayan Milenov-Troy, Andrei Claude, Peter Ferdinando, Mark Killeen
Duración: 102 minutos
Año: 2014
País: EE.UU.
Música: Junkie XL
Fotografía: Simon Duggan
Género: Acción
Productora: Atmosphere Entertainment MM / Cruel & Unusual Films / Hollywood Gang Productions / Legendary Pictures / Warner Bros. Pictures
Distribuidora: Warner Bros. Pictures Spain
Frank Miller es un tío con una visión muy particular de todo y es por eso que tiene gran afición por re-contar historias según él ve las cosas. Así reinterpretó el origen de Batman, de Daredevil, del género negro (con “Sin city”) y hasta quiso reinventar un icono del cómic como es “The Spirit”, pero sobre este último mejor correr un tupido velo. Es por eso que tuvo la necesidad de relatarnos de nuevo la historia de una película que le fascinó de niño, “El león de Esparta” (1962) y para eso hizo una miniserie que fue aclamada por crítica y público y que posteriormente sería llevada al cine de la mano de Zack Snyder en la exitosa “300”, que lo petó igualmente. Ahora bien, si aquello arrasó, lo lógico sería que se continuara la historia pero, ¿cómo hacerlo tras el trágico final de la película de 2006?
Leónidas se está enfrentando a Jerjes (Rodrigo Santoro) con sus 300 kamikazes. Mientras tanto Temístocles (Sullivan Stapleton), un general que quiere unir a toda Grecia para hacer frente al Rey-Dios, se enfrenta a Artemisa (Eva Green), la muy despiadada mano derecha de Jerjes, en una batalla marítima tan desigual como la que está teniendo en tierra el rey de Esparta. Precisamente la reina de este estado, Gorgo (Lena Headey), es la única que se niega a ayudar a Temístocles, aun a sabiendas que es la única oportunidad de vencer a los persas.
No sé si la sinopsis ha quedado muy clara, pero es que tampoco la historia de “300: el origen de un imperio” lo es. “300” era una historia simple, buenos contra malos, muchas peleas y varias frases icónicas para flipar al personal. Lo importante era la imponente manera visual de lo que se nos contó y Snyder encontró la forma.
Una película rodada frente a una pantalla verde en su totalidad era una locura hace una década, pero en Hollywood creían que eran capaces de hacer el experimento. Así llegaron “Sky Capitán y el mundo del mañana” (2004) se la había pegado y “Sin city” (2005) –también sobre una obra de Miller– había tenido una tibia acogida en taquilla pero buena valoración crítica. Pero estas películas estaban financiadas por pequeñas empresas. Le tocaba a una major apostar por el invento y fue Warner quien lo hizo. Aprovechando el éxito de “Gladiator” (2000) y “Troya” (2004), Warner apostó por la adaptación de un cómic con éxito… bueno, que no comento más, que esa es la historia de la película anterior, no de esta.
Básicamente Snyder consiguió triunfar y era lógico que la productora de Bugs Bunny quisiera sacar más dividendos del invento, así que hablaron con Frank Miller para que hiciera una historia que pudiera continuar la estela del éxito protagonizado por Gerard Butler, pero estaba claro que iba a ser difícil dado el final de la misma.
A Miller se le ocurrió que podría relatar la historia completa de lo que ocurrió en Grecia y no sólo la batalla de las Termópilas. Esta idea puso cachondos a los de Warner, porque, claro, era más grande y ambiciosa, pero había un problema, que Miller quería escribir la historia y publicar el cómic antes. Bueno, pues han pasado 8 años y Miller no ha terminado todavía el cómic, así que la productora ha decidido tirar para adelante y estrenar la adaptación al cómic antes de la publicación del propio cómic.
Para que quedara claro que es un Spin-off/continuación de “300” han metido con calzador muchas referencias de la película anterior, alguna de ellas hace que la trama se resienta, e incluso retoman personajes e imágenes para que la gente tenga claro lo que está viendo. La historia es más grande y más espectacular en términos de producción, tanto que no se han molestado en refinar un guión al que le sobran arengas militares y le falta carisma en algunos personajes. Pero es tan espectacular de por sí, como ya digo, como sólo podían ser los peplums clásicos, como “Ben-Hur” (1959) o “Cleopatra” (1963) y esa es la baza que juega su director, Noam Murro, quien se desmarca un tanto de los aparatosos –y deliberadamente cantosos– efectos hiperbólicos del primer film para hacer más realistas los salpicones de sangre, las batallas y en general, los ambientes.
No es Murro un mal narrador, pero le falta el carisma de Snyder y la sensación de viaje impactante que nos dejó el film anterior no se encuentra aquí. Eso sí, la idea del polvo entre dos personajes equiparando con la batalla en sí es muy buena.
En cuanto a los actores, como en la película anterior, no son tan importantes como trasfondo en sí. La única estrella que se ha contratado en esta ocasión es Eva Green. Precisamente es ella el punto más endeble de la película, ya que aunque está esforzada y tiene ese morbo que requiere el personaje, no desprende la maldad que debería y es demasiado recatada en sus gestos, como para que la creamos como letal asesina.
Valoremos. Tras 8 años de la sorpresa que supuso “300” nos han llegado la serie “Spartacus: sangre y arena” (2010-13) e “Immortals” (2011) expoliando sus logros por lo que, claro, la sorpresa se ha diluido, así que tenían que potenciar el guión, pero como digo tendrían que haberle dado un último repaso. Si la película se Snyder tiene una buena nota en el subconsciente colectivo, su continuación no lo va a tener tanto. Un 6, porque sigue siendo una película interesante y un gran espectáculo, pero no llega a ser ese placer visual que era la anterior, por mucho que le pongan un terrible 3D.
Crítica: Juan Pablo Pérez Padial
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