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Título: Vivir es fácil con los ojos cerrados
Director: David Trueba
Guión: David Trueba
Reparto: Javier Cámara, Natalia de Molina, Francesc Colomer, Ariadna Gil, Jorge Sanz,Ramon Fontserè
Duración: 108 minutos
Año: 2013
País: España
Género: Drama
Productora: Canal+ España / Fernando Trueba Producciones Cinematográficas / Televisión Española (TVE)
Distribuidora: Universal Pictures
España, años 60. John Lenon se encuentra en Almería rodando una película. Antonio, profesor de inglés y amante de los Beatles emprende el viaje por carretera para entregarle un importante mensaje. Por el camino recogerá a Belén, una joven embarazada y a Juanjo, un adolescente que ha huido de casa.
Para quienes no estuvimos allí, de los años 60 nos ha quedado una imagen bastante amable o al menos, entrañable de nuestro país, debido al aperturismo y/o relajación de la segunda etapa del régimen franquista. Como si los malos tiempos ya hubieran quedado atrás, aunque en realidad, los aspectos más oscuros y vergonzosos de la sociedad y sus tradiciones seguían vigentes. El cine y la televisión se han encargado de recrear esta imagen tan nostálgica de los pobrecitos Españoles que asistíamos atónitos a las innovaciones de un mundo exterior, mucho más desarrollado.
No obstante, en esta película y aprovechando el fenómeno de la época, los Beatles, el polifacético David Trueba se encarga de reivindicar la figura de aquellos que sin actos heroicos ni reivindicaciones idealistas, cambiaron la sociedad con pequeños gestos como la del humilde profesor empeñado en ver a Lenon para un “regañarle” o los jóvenes que emprenden una torpe huida del yugo de sus familias. Y es que así son los héroes de nuestro país, modestos, torpes, un tanto ridículos pero al fin y al cabo, conseguimos sacar adelante nuestra sociedad.
El tema de la rebeldía, tratado ya en múltiples obras desde la reivindicación ideológica a la épica y el drama, cobra en esta película la dimensión modesta, insignificante pero optimista y luminosa, de aquellos que esperan que, con el tiempo pequeñas acciones se transformen en grandes cambios.
Destaca el personaje de Antonio, interpretado por un solvente y carismático Javier Cámara, que nos trae una figura hasta ahora desconocida en el cine de la época. Su “bitelmaniaco” profesor no deja de ser el españolito del “landismo”, torpe, mediocre, y al mismo tiempo entrañable. Esta vez, el antihéroe gana la dimensión de la cultura y la inteligencia aplicada al más modesto e insignificante de los fines, conseguir que los Beatles pusieran la letra de las canciones en sus discos para que los seguidores españoles pudieran entenderlas.
Bañada por el sol y los colores pastel tan propios de los 60, la película se impregna de esas belleza tan nuestra, que solo con la condescendencia de ser de la Tierra encontramos en los paisajes de la mancha, de Almería, de los pueblos y de nuestras gentes.
Además del gran Cámara, aciertan en sus papeles los jóvenes Natalia de Molina, Fracesc Colomer, merito añadido el de ella al ser su primera película. Para rematar, la guitarra del genial Pat Metheny acompaña a la perfección las imágenes al emplear un instrumento nuestro en un registro innovador, alejado del folclore Español.
En definitiva, gracias a su tono comedido y toda una sucesión de escenas y diálogos entrañables, la película resulta perfectamente disfrutable, sin llegar ni pretender a ser grandilocuente en sentimientos o mensajes. Disfrutemos de la idiosincrasia de nuestra tierra, cultura e historia sin caer en tópicos ya manidos, y si podemos, recordemos y reflexionemos sobre otras épocas y lo bueno (y malo) que nos queda de ellas.
Redacción: Daniel Álvarez González