“La espuma de los días” El Arte por el Arte

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posterTítulo: La espuma de los días (L’ecume des jours)

Director: Michel Gondry

Guión: Luc Bossi (Novela: Boris Vian)

Reparto: Romain Duris, Audrey Tautou, Gad Elmaleh, Omar Sy, Aïssa Maïga, Charlotte Lebon, Sacha Bourdo, Philippe Torreton, Vincent Rottiers, Laurent Lafitte, Natacha Régnier, Zinedine Soualem, Alain Chabat, Michel Gondry

Duración: 125 minutos

Año: 2013

País: Francia

Música: Étienne Charry

Género: Fantástico. Drama.

Productora: Co-producción Bélgica-Francia

Distribuidora: Vértigo Films

En una peculiar casa de París vive Colin (Romain Duris), un joven inventor, triste por no encontrar el amor que sus dos mejores amigos si han logrado. Dispuesto a enamorarse, Colin conoce a la bella Chloé (Audrey Tautou). Ambos inician un feliz romance y acaban casándose. Todo es perfecto hasta que Chloé contrae una rara enfermedad, cuyo único tratamiento consiste en estar en todo momento rodeada de flores frescas.

El señor Michael Gondry cuenta con una filmografía bastante irregular entre las que figuran películas de culto (“Olvídate de mí” 2004) y fracasos estrepitosos (“The Green Hornet” 2011). Lo que seguro no hay duda es que se trata del director que, con más libertad e importancia trata a la Dirección Artística de todo el panorama cinematográfico internacional.  Antes de seguir la crítica, debo decir que un servidor trabaja en el mundo del cine en este departamento y por lo tanto, su opinión al respecto está totalmente sesgada.

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Dicho esto, para quienes gusten del cine de Gondry… o tengan un especial interés en el Arte en el cine, no pueden encontrar una película con la que disfrutar más. Incluyo en este grupo a todos aquellos que además les guste lo absurdo, excesivo y alocado. “La Espuma de los Días” es sin duda la película más disparatada y original en mucho tiempo, debido a la total libertad creativa que permite su autor, que trata a sus escenarios y atrezzo con un mimo y trascendencia únicos en el mundo del cine, como si en verdad, el guión o los personajes fueran meras escusas para poder plasmar todas y cada una de las locuras que se le van ocurriendo. Hay un toque ecléctico en la película similar a los cuadros surrealistas y simbolistas, donde llenar el lienzo –o en este caso, el plano– de todo tipo de objetos y trastos empleando para ello infinidad de técnicas y materiales.

Desde los primeros minutos queda claro que el autentico protagonista de la historia es la creatividad de los elementos de decorado, los efectos visuales en stop motión y la inmensa imaginación del director, capaz de llenar cada plano, cada escena de infinitos detalles visuales, artilugios disparatados, bromas, exageraciones. Un disfrute visual sin que la fotografía en si mismo (color, encuadre, iluminación) tengan un particular interés. El arte, sin embargo, lo inunda todo, con ese toque artesanal, casi amateur, que su autor otorga a sus películas, aunque esta vez, todo se multiplica por cuatro. Cada plano, cada escenografía y cada efecto están cuidados al detalle con ese toque estudiadamente casero, artesanal e incluso chapucero. La lista de técnicas es infinita, con mención especial a la primera incursión del mundo del ganchillo y el punto en los efectos especiales cinematográficos. No puede resumirse… hay que verlo. Todo ello sin perder nunca el toque y la estética de sus películas –a pesar de trabajar por primera vez con el director de Arte Pierre Renson… lo que nos dice la implicación personal de Gondry en este apartado–.

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La historia (basada en una novela de éxito de Borin Vian) es bastante sencilla, dado que entre la sobrecarga de elementos visuales y los diálogos rápidos, la narración ya esta bastante recargada. Por si fuera poco, tenemos el montaje alocado de Gondry, con cortes constantes, cambios de eje y saltos temporales. Además, cuarenta minutos fueron eliminados del metraje, y… siendo justos, se echan de menos en el desarrollo del guión, donde los personajes y sus relaciones no acaban hilar o resultar creíble. Pero la credibilidad e incluso la empatía emocional con el espectador importa poco al director. Se permite incluso los gags más disparatados en los momentos más crudos o dramáticos, como si no quisiera dejar de divertirse con sus travesuras ni cuando la cosa se pone seria. Una visión tan personal del cine dependerá del gusto de cada espectador.

En resumen, una película original, peculiar y disparatada, donde el disfrute está en adentrarte en el mundo mágico y artesanal de su Director, en sus cachivaches, bromas, ironías, efectos especiales chapuceros y en general, todo el diseño de Arte, de una de las mejores películas de los últimos años en este apartado. Y aunque no seas un fan de este departamento, podrás reírte y sorprenderte con todo el espectáculo, siempre y cuando tengas una mentalidad abierta a saber que en realidad…hay que estar loco para hacer cine en estos tiempos.

Redacción: Daniel Álvarez González

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.