Si alguno de vosotros conoce este nombre y ha visto E3, sabrá que la compañía DICE planea hacer un nuevo Battlefront. No será exactamente una tercera entrega, sino más bien su propia versión del juego, añadiendo algunos toques personales. Han afirmado, eso sí, que no harán que sea una especie de “Battlefield en el espacio” y conservarán aspectos característicos de la saga Battlefront. A mi esta noticia me ha encantado, además de despertarme una vena nostálgica que ronda por mi cuerpo, así que os voy a hablar de la segunda entrega con la cual pasé un montón de buenos momentos.
Star Wars: Battlefront 2 (o “II“, si sois más de números romanos, ea ) es un fuego desarrollado por “Pandemic Studios” y distribuido por “Lucas Arts” (como con casi cualquier otro juego de Star Wars) en el 2005. Es un FPS en tercera persona para PS2, Xbox o PC. Ahora que lo pienso, queda raro usar el término “FPS en tercera persona”, es decir, juego de tiros en primera persona en tercera persona…. Pues a partir de ahora los de tercera persona los llamare TPS y todos contentos, para no tener que andar por las ramas. Aunque es verdad que podías alternar entre tercera y primera, tercera siempre me pareció más divertida en este juego.
Dejando a un lado mis desvaríos sobre la correcta mención categórica de los juegos, Battlefront 2 (o dos palitos) fue realmente divertido y bien hecho. Contaba con una campaña medianamente sencilla, las partidas eran bastante parecidas a una partida on-line, pero divertidas al fin y al cabo. Tus compañeros y los enemigos tenían una IA medianamente aceptable para la época, aunque su dominio de los vehículos dejaba bastante que desear. En la campaña, eso sí, seguías el desarrollo de la compañía 501, desde ser soldados de la republica a ser ejecutada la orden 66 (la de matar jedis) y volverse de los malos. ¡Incluso hay una misión en la que vas a un templo jedi a cargarte a todos los que queden!
Pero lo que hizo a Battlefront dos palitos (o 2) ser lo que fue era el modo on-line. Allí me resultó muy difícil, si no imposible, jugar una partida y no disfrutarla. Como en muchos juegos multijugador, quedáis divididos en dos equipos, buenos y malos. Podréis escoger que tipo de soldado queréis entre, si mal no recuerdo, 4 o 5 personajes disponibles, cada uno con su equipación característica, como un vanguardia con lanzamisiles o un francotirador de toda la vida. Cada equipo tiene un número limitado de refuerzos, y estos se van reduciendo según vaya muriendo gente. El que se quede sin refuerzos pierde, claro está. Los combates en sí mismos me resultaron sorprendentemente equilibrados: la mayoría de personajes estaban en igualdad de condiciones y no se sabía quién podría morir una vez empezarais a meter tiros.
Pero en la infantería no acaba la cosa, ya que tenemos a los queridos vehículos. Motos, cosas parecidas a tanques y otras delicias harán de la partida una divertida masacre. Son el componente vital de cada equipo si se quiere avanzar hacia un punto utilizando su apoyo, y sin vehículos posiblemente no ganarás. Hay una parte de ellos que me gustaría resaltar, y es su rol en un mapa concreto, en Hoth (ese sitio todo nevado). Allí de medio de transporte tienes a los bichos blancos esos que parecen llamas con manos, feas y peludas, AT-AT para el bando imperial (las cosas gigantes de 4 patas) y pequeñas naves para los rebeldes. Los AT-AT son poderosísimos, y se requieren para destruir un generador para completar la misión. Lo curioso es la interacción de las naves rebeldes, que pueden destruir a los AT-AT de una manera que os puede resultar conocida: hay un piloto y un copiloto, y éste último dispara un cable a las piernas del AT-AT para que el piloto de vueltas alrededor, lo enrede, y éste caiga, al igual que en la película. Ese detalle me pareció bien cuidado y resultaba muy divertido, contigo dando vueltas al AT-AT como un moscardón cansino esperando que tu copiloto le acertara de una vez. O al revés, le clavabas el cable al AT-AT y tu piloto daba vueltas y se estrellaba contra los morros del puñetero bicho. Total, que más te valía que tú y tu compañero supierais que narices hacíais.
Así que ya he hablado de la interacción de infantería y vehículos, ¿verdad? Pues aún quedan cosas. Algo bastante característico del Battlefront 2 eran las unidades especiales. ¿Qué era eso? Pues bien, en medio de una partida, un jugador de cada equipo es seleccionado al azar para volverse en la unidad especial característica de ese bando en ese mapa. Adoraba ver el mensajito amarillo que me lo comunicaba. ¡La cuestión es que te vuelves uno de los personajes de la saga! Es decir, si estabas en el bando imperial y en un mapa concreto te podía tocar jugar de Darh Maul, o Darth Vader, o el Emperador. También teníamos a Bobba Fett, Jango Fett, Yoda, Obi-Wan, 2 jedis que no conozco, Windu, el General Grievous, Dooku… Total, que dependiendo del mapa te tocaba uno determinado. Y eran brutales. Los jedis lanzando su sable o usando sus poderes o lo que fuera repartían caña de manera increíble por el campo de batalla. La unidad especial era temida, y más valía al otro equipo matarlos rápido antes de que revienten más vehículos y soldados. Cuando veías a la unidad especial del equipo contrario corriendo hacia ti con una velocidad mucho mayor, le disparabas mientras huías como una nena esperando a que se cargara a tus compañeros y a ti no. Si estabas en un vehículos probabas a poner cara de pared a ver si no te notaba (no funcionaba.) Había un modo concreto que solo se jugaba en un mapa, que era un duelo por equipos de héroes vs villanos. Nada de unidades de infantería, sólo unidades especiales. Era curioso realizar esos combates con unidades tan poderosas y el daño que se hacían unos a otros. Definitivamente divertido.
Para finalizar, mencionaré otro modo que me encantó del juego: batallas espaciales. Equipo A tiene una nave gigante, equipo B también. Dentro de las naves gigantes hay cazas y bombarderos, y las unidades de cada equipo se suben, se lanzan al espacio y revientan cazas enemigos o partes de la nave enemiga. Se podía conseguir la victoria directamente si te apañabas para entrar en la nave enemiga, buscar el núcleo de energía y reventarlo. Aunque así descrito pueda sonar un tanto soso, jugado era uno de los mayores placeres que me he podido echar en cara.
Resumiendo:
Pros:
– Por si no se ha notado ya, en el juego había mucha variedad y una atención al detalle muy destacable
– Jugabilidad dinámica y divertida
– Se las apañó para ser jugado durante mucho tiempo pese a lo antiguo que era
– Modos de juego divertidos y cantidad considerable de mapas
Contras:
– Los gráficos son, bueno, material de la época, no son la caña, claro está.
– Quizá tanto rollo Star Wars no es tu estilo (yo ni me he visto las pelis, para ser sincero).
– La campaña está bastante bien, pero el jugo está en el on-line. No internet, no fun, al más puro estilo “no Martini, no party”.
– Ni estoy seguro de si aun hay servidores, pero diría que no.
En definitiva, Battlefront 2 es un juego que posiblemente ya está muerto, pero en su época fue una obra maestra. Me encantó, y conservo buenos recuerdos de cantidad de partidas. Si estuviera en el mercado os pediría que lo comprarais aunque tuvierais que donar un órgano para hacerlo. Esperemos que DICE se luzca con su versión de Battlefront, y crucemos los dedos por que sea tan épico como sus predecesores.
Redacción: Adrián Soria Bonilla
Deja una respuesta