Dark Souls

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Dark Souls es un juego de rol y  sucesor espiritual del videojuego Demon’s Souls, desarrollado por “From Software” y distribuido por “Namco Bandai”. Fue lanzado el  7 de octubre de 2011 en Europa.

Tanto este juego como su predecesor llamaron la atención de cierto sector del público el cual presentaba tendencias masoquistas con una sutil pretensión a la frustración tras constantes y severos castigos dictaminados por una entidad superior de carácter sádico y “joputoide”. Así resumido, llamó la atención de los gamers “hardcore” debido a la dificultad que presentaba.

Para los que no estén familiarizados con el término, permitidme aclararlo. Para los que no, pues oye, sáltate el párrafo que viene y sigue leyendo, que enseñar cosas a la gente que ya sabe queda feo.

La comunidad gamer se puede dividir en dos sectores: los “casual” y los “hardcore”. Los jugadores casual son aquellos que juegan, pues  eso,   de forma casual y por lo tanto no suelen ser demasiado constantes y tienen de media a poca experiencia con los videojuegos. Los jugadores hardcore son aquellos que están muy involucrados en el mundo de los videojuegos y por lo tanto tienen bastante más habilidad.

El motivo por el que tanto Dark Souls como Demon’s Souls recibieron una considerable aclamación es debido a cierto problema en el mundo gamer actual: las desarrolladoras optan por hacer los videojuegos más cercanos al sector “casual” puesto que es más amplio. A raíz de esto, la dificultad de los videojuegos se ve mermada y los jugadores hardcore , que necesitan un desafío apto para sus habilidades, quedan marginados de esta reciente moda. Dark Souls y Demon’s Souls rompían con esto,teniendo como lema “Prepárate para morir”. Prometían dificultad, y eso es lo que llamó la atención de los jugadores más exigentes.

Tras este (¿breve?) paréntesis, dejo de perder el tiempo y me meto en el juego en sí.

Dark Souls nos sitúa en una época fantástica, típico en los juegos de rol, dentro de un reino en cierta manera corrompido y sumido en la oscuridad. Una especie de mundo apocalíptico en la edad media. El reino ha sido invadido por demonios, De humanos quedan pocos y la mayoría de los que hay son considerados “no muertos”, unos seres que se encuentran en el limbo entre la vida y la muerte, algunos cuerdos y otros no tanto. Tú resultas ser uno de ellos. Eres una especie de elegido para restaurar “la llama” (el fuego es un elemento muy importante, en cierta manera símbolo de vida en este mundo oscuro) y te embarcas por el reino a recuperarla a partir de las almas de 4 seres mayores que recibieron 4 fragmentos de la llama original (a mí que me expliquen quién fue el campeón capaz de fragmentar una llama, pero oye, yo ahí no me meto)

El trasfondo tras los lugares o algunos jefes es de hecho poco complejo, y aunque aparentemente no te dan nada de información sobre ningún personaje o lugar, lo puedes descubrir tu mismo a raíz de conversaciones (principalmente con mercaderes) o a través de las descripciones de los objetos, que añaden información extra. La historia y el trasfondo me parecen sublimes, pero hay que esforzarse para hallarlos.

El juego es medianamente linear; empiezas en el punto A y en el punto B hay un jefe que matas. Luego prosigues hasta el siguiente. Lo que no te cuenta el juego es que no tienes mapa y por lo tanto te encuentras con varios caminos. Pongamos por ejemplo que te encuentras con tres: pues uno de ellos te acercará un poco más al jefe del punto B, otro te lleva a un callejón sin salida pero con algún objeto interesante y el tercer camino te lleva a una nueva zona en la que puedes llegar al punto C donde hay otro jefe. Zona para la cual no estás preparado. Y algún que otro señor que ronda esa zona te lo recuerda mediante la yoya más grande de tu vida.  He de remarcar que en cualquier momento puedes volver atrás, así que es imposible que te dejes algo atrás y no lo puedas volver a recuperar jamás.

No sólo eso, sino que además el camino está lleno de enemigos e incluso el más débil puede matarte con facilidad si te despistas. También hay trampas o emboscadas en algunas zonas, por lo que siempre hay que tener cuidado.

Ahora,dos factores característicos: la economía (¿otra vez?) y el modo on-line.

Los objetos que compras, reparar tu equipamiento  o “subir de nivel” (en realidad solo subes un punto alguno de tus atributos) cuestan almas. Dichas almas las consigues matando monstruos. Hasta aquí todo bien. El problema surge cuando mueres: pierdes TODAS las almas. Eso sí, te dan una segunda oportunidad. Si consigues llegar hasta donde moriste la última vez las recuperas todas. Sin embargo, si mueres antes de alcanzarlas esas se pierden y se repite el ciclo. Por ejemplo (y perdón por tanto ejemplificar pero la mecánica del juego es extensa y he de intentar hacerla bastante sencilla): si tienes 50.000 almas y mueres puedes ir a recuperarlas. En el camino hacia ahí recoges 2150 almas y mueres. Las 50.000 almas que te esperaban donde habías muerto desaparecen y si quieres puedes ir a recuperar las 2150. Así constantemente.

Como podéis intuir, el sistema es puñetero de narices y en ocasiones mascullarás insultos nunca antes oídos por la raza humana porque estabas a punto de recuperar tus tropecientas mil almas para subir un punto un atributo para poder equiparte un escudo que te facilitará matar a un enemigo fuerte que defiende el camino hacia un casco que te irá muy bien para tus conjuros. Más o menos así va la cosa.

 

Ahora, la modalidad online.

 

El juego siempre intenta darte una sensación de soledad, y lo consigue, incluso cuando consigues encontrar alguna persona on-line. Y cuando lo haces, la interacción es muy limitada. Hay distintos tipos de interacciones: Mensajes, aliados y enemigos, por llamaros de alguna forma.

Mensajes: El juego siempre hace cabriolas aprovechando tu desconocimiento, pero los mensajes de otros jugadores pueden ayudarte. Cada jugador tiene un objeto que  permite colocar un mensaje en el suelo. Te dan pautas determinadas y tu lo construyes, como “Cuidado con…” “Emboscada” “Más adelante”. Estos mensajes, que los demás jugadores podrán ver en sus mundos, les permitirá estar informados sobre la localización de un objeto o qué peligro les aguarda en la esquina. Eso sí, algunos pueden mentirte y decirte “Salta” al borde de un barranco o decir cosas inútiles, así que en ocasiones es peligroso fiarse

Aliados: Un jugador puede usar un objeto para dejar una marca blanca en el suelo, parecido a como ocurre con los mensajes, mostrados en naranja. Otro jugador puede ver esa marca en su mundo y convocarle para que le ayude. Dicho aliado permanecerá con él hasta que muera alguno de los dos o maten a un jefe, tras lo cual desaparecerá. Como se puede comprobar, nunca puedes entablar una relación muy estrecha con tu aliado, así que en parte todos son desconocidos para ti en ese solitario mundo.

Enemigos: Puedes o convocar a uno mediante una marca roja que hayan dejado en el suelo (como con la marca blanca del aliado), o puedes ser invadido por un jugador sin tu permiso si se cumplen unas condiciones (otra mecánica del juego, pero no entraré en detalle ya que me mataría a explicar cosas). Evidentemente, cuando estás en medio de un combate y te aparece en la pantalla “ X ha invadido tu mundo” es posible que mucha gracia no te haga.

 

 

 Resumiendo:

 

Pros:

 

–        Ambientación cuidada y bella a pesar de la destrucción

–        Banda sonora adecuada para cada situación y jefe, vale la pena tenerla

–        Por fin un reto para los jugadores hardcore

–        Trasfondo misterioso y pegadizo, en especial sobre el origen de algún jefe (si algún lector ya ha jugado, quizá entienda si hurgo en la herida sobre la palabra “Lobo”)

 

Contras:

–        Frustrante a más no poder, no recomendado si no se tiene paciencia

–        En ocasiones el juego puede parecer (o ser) injusto

–        Hay alguna que otra zona que odiaréis a más no poder (Tumba de los Gigantes en Dark Souls y Valley of Defilement en Demon’s Souls. Ya lo entenderéis.)

–        La historia es bastante básica. Pese a que no influye en la jugabilidad, no presenta demasiado detalle

 

En definitiva, este juego fue para mí muy divertido a la par que frustrante, pero pese a ello lo disfruté mucho. No sólo eso, sino que me duró mucho tiempo a causa de la dificultad. También he de mencionar que la satisfacción al matar a un jefe que “tenías cruzado” es inigualable. Pese a ello, va dirigido a un público bastante específico, y lo advierto: es difícil, o como mínimo, bastante castigador. Si no te gustan los juegos difíciles ni pienses en acercarte, pero si buscas un desafío este puede ser aquel juego que haga que te suden las manos en ocasiones.

 

Redacción: Adrián Soria Bonilla

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