Tú no eres de aquí ¿Verdad?

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No sé si a vosotros os habrá pasado lo mismo que a mí, pero en ocasiones por las noches he mirado hacia las estrellas y ante la inmensidad de ese manto negro repleto de lucecitas, me he preguntado si realmente estaremos solos en el universo, si somos únicos e irrepetibles  y si lo nuestro es fruto del azar.

Yo creo que si hay vida más allá de nuestro más acá. Pero no de la misma manera que lo ve una tal Anne Germain,-que lo único sobrenatural que ve es lo que refleja su espejo cada mañana– sino a través del convencimiento de que por cálculo de posibilidades y por ínfima que pueda haberla, ahíla. Otra cosa es que sea vida inteligente, pero eso tampoco importa porque aquí tampoco se ha encontrado.

Un amplio sector de la población opina que sí, que son inteligentes y nos visitan en platillos volantes. Numerosas pruebas gráficas y documentales dan fe de ello. Yo los creo. Es más, puedo afirmar con total rotundidad en la existencia de los platillos volantes porque los he visto volar. Y no sólo eso, también vasillos volantes, y sartencillas, cacerolillas… ¡no os podéis imaginar cómo son las discusiones en casa!

De hecho, parece que la comunidad científica ha encontrado un planeta que reúne las características apropiadas para ser habitable. El citado planeta y junto a otros cuatro se encuentra en la órbita de la estrella Tau Ceti, y forma parte de la  constelación de la ballena o Cetus. Los expertos apuntan que su proximidad a nuestro sol es lo que propicia que su temperatura no sea ni demasiado alta, ni demasiado baja. Es por ello que albergan la esperanza de que en su superficie se encuentre agua en estado líquido y por lo tanto, vida.

Aunque discrepo un tanto de los expertos en lo que se refiere a su percepción de lo que es la proximidad. Yo entiendo que próximo es el bazar chino que tengo debajo de mi casa o el mercado municipal, pero de ahí a decir que próximo son 12 años luz pues no sé…eso es algo más que un paseo. Dicho de manera breve eso es un mogollón de kilómetros, pero para los amantes de los números –especie en extinción, pero los hay– y para hacerse una idea de la distancia habría que multiplicar primero 299.792.458 x3.600. La primera cifra corresponde a la velocidad de la luz/segundo. La otra cifra es la cantidad de segundos de una hora.

Ya tenemos el primer dato, y son los kilómetros que ha recorrido la luz en una hora ¿Seguís con la calculadora? Vale, pues ahora se multiplica ese valor por 24, que son las horas del día y ya tenemos lo que recorre en un día. Volved a multiplicar ese otro resultado por 365,25 días y tendremos lo que recorre al año. Y finalmente multiplicamos por 12 y… la calculadora la puedes tirar porque estará echando humo. Ya te lo digo yo: 113.528.765.670.969.600 kilómetros de distancia más o menos, ya que dependerá si tiras el desvío por Murcia o por los Urales, con lo que te ahorras la autopista de Urano pero das más rodeos.

Supongamos entonces de que si hay vida. E inteligente ¿no os pica la curiosidad de saber cómo son? ¿Serán bajitos verdes y cabezones o altos y viscosos escupe-ácidos? Que sean repulsivos es lo de menos, porque ya estamos acostumbrados a ver gente así y no nos viene de nuevo ¡Que maravilloso intercambio cultural! Ellos nos enseñaran su avanzada tecnología espacial, y nosotros les enseñaremos como cargarse los recursos de un planeta en una generación. Ellos nos enseñaran a construir naves para atravesar el espacio, y nosotros les enseñaremos como evitar los radares y la guardia civil. Ellos nos enseñaran como crear una sociedad justa y avanzada en donde todos somos iguales, y la clase política  los devolverán de una patada a su planeta para que no les quiten el chollo.

Luego nos mezclaremos, tendremos hijos con hembras extraterrestres y seremos más multiculturales. Yo no le hago ascos a eso eh, porque ya de por si son raras las mujeres y estas no creo que sean mucho peor que nuestras terrícolas. Vista una, vista todas (señoras, hagan cola para sacarme los ojos) lo de los hijos no lo tengo tan claro, porque al igual nace reventando intestinos como un Alíen y deja el quirófano hecho un asco. Ahí yo paso, no es que no me gusten los niños pero no quisiera ponérmelo al hombro para que me haga un eructito, y que me acabase vomitando el gato que había desaparecido de casa.

Lo que  mola es que si dijeran los suegros de venir a visitar a sus nietos, les puedes responder que vale, que les esperas aquí sentado hasta dentro de doce años luz, pero que la gasolina la paguen ellos, que con la crisis los españoles no estamos  para muchos gastos.

Pensándolo bien… mejor que se queden todos en su planeta y que no venga aquí ninguno, porque si durante todos estos siglos no hemos podido llevarnos de manera civilizada con otras personas de piel blanca negra o amarilla, dudo que unos de color verde vayan a mejorar mucho la convivencia.

 

 

Autor: Miguel Soria López

 

 

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