Saloufest

 Esta semana es noticia Salou, ya que desde el lunes 2 de abril se está celebrando un nuevo certamen del ya clásico y habitual Saloufest. A no ser que sean […]
Print Friendly, PDF & Email
0 Votos obtenidos¡Vótame!

 Esta semana es noticia Salou, ya que desde el lunes 2 de abril se está celebrando un nuevo certamen del ya clásico y habitual Saloufest.

A no ser que sean vecinos de esta localidad, doy por supuesto que no están familiarizados con este controvertido acercamiento cultural. Se supone que la Saloufest es un encuentro de carácter deportivo. No, no me miren con esa cara, ya que tengo entendido que el comité olímpico de Londres 2012 ha solicitado oficialmente al comité olímpico internacional (COI) que el levantamiento de cubata, el lanzamiento de orina y los cien vómitos libres sean   considerados disciplina deportiva olímpica para sus juegos. Normal, el arraigo cultural que tienen los jóvenes de Gran Bretaña con dichas actividades es sobradamente conocida en toda la costa mediterránea.

En un principio, se estimaba que la invasión de jóvenes sedientos de alcohol y sexo desde la pérfida Albión rondarían los cinco mil miembros. De las chicas que llegaran no han aportado información, pero probablemente volverán a las islas más gente de la que en un principio llegaron. Aunque eso no lo sabremos a ciencia cierta hasta dentro de nueve meses.

Pero dicen que este año ha sido diferente, que han sido más buenos, que se han portado bien y que han ido los domingos a misa…pero no ha sido por voluntad propia, más bien por la colaboración de monitores que los han acompañado para vigilar que cumplan con las normas más básicas de civismo y convivencia.

Si bueno…eso dicen…

Para controlarlos, los monitores pensaron en llevarlos a todos desde las islas atados por la cintura a una maroma o cuerda. Igual que a los niños de guardería. Enseguida se dieron cuenta de que no era una buena idea, ya que probablemente al bajar del autobús, los vecinos de Salou les pondrían la soga por la que iban atados alrededor de otro sitio más apropiado. También consideraron la posibilidad de que fueran cogidos de la mano como los citados niños. Pero también se desechó, ya que cuando beben  se encargan ellos solitos de darse las manos y las hostias que hagan falta para intercambiar opiniones y pareceres con sus semejantes.

Otra de las costumbres es la de venir disfrazados. Entre los chicos el disfraz al uso no admite discusión: travesti con peluca de colores, minifalda ceñida y piernas peludas. Los escoceses ya están acostumbrados a las faldas, o mejor dicho el tradicional Kilt. La única cosa que da grima es que debajo no llevan nada. Aunque casi prefiero que vayan así, y no como su vecino inglés de la minifalda con la tirilla del tanga apretándole el escroto…lo estoy visualizando y se me está poniendo mal cuerpo.

Y pasa lo que pasa, que con tanto despiporre acaban utilizando las papeleras de vomitorios y las paredes pintadas de amarillo. Amarillo de orines, por supuesto. A todo esto ¿Qué pasa con el descanso de los vecinos? Bueno, descansar lo que se dice descansar lo harán bien poco, pero si se quiere evitar el infierno por el que van a pasar yo les recomiendo dos consejos caseros que son mano de santo.

El primero es cortarse las orejas. Al reducir de manera tal salvaje los pabellones auditivos disminuye la posibilidad de captar ruidos. Se puede hacer de manera rápida y limpia, pero prefiero el remedio de la abuela que consiste en meterse dos azucarillos dentro de ellas y esperar a que se las coma el perro a bocados. Es algo más doloroso, pero la hemorragia resultante hará olvidarte de cualquier ruido.

La segunda opción es derretir dos velas y verter la cera caliente por dentro de los oídos y esperar que se enfríe dentro. Igual parece una tontería, pero es importante escoger el tamaño adecuado de las velas. No es lo mismo coger un cirio vela que un cirio pascual. Un exceso taponaría las narices y la apariencia de llevar las candelas colgando de la nariz hace feo para la gente muy escrupulosa.

La cuestión no es buscar soluciones a los ruidos, peleas, sexo y alcohol en la calle que se ven en nuestras costas en las etapas estivales. ¿Realmente necesitamos este tipo de turismo? ¿Se tienen que joder 30.000 vecinos para que se diviertan 5.000 turistas durante una semana?

Esto me recuerda a una película de Pedro Lazaga que rodó en 1968 titulada “El turismo es un gran invento”.  Pues sí lo es, pero para unos pocos…

 

Autor: Miguel Soria López

Etiquetas:

Sobre pandoramgzn