¿Papá, falta mucho?

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Si esto era algo que se veía venir. Cuando una empresa se mete en demandas y litigios contra otra empresa, más le vale tenerlo todo atado y bien atado para no hacer el ridículo. Y eso es justamente lo que le ha pasado a Apple con su aplicación cartográfica tras eliminar de su actualización IOS 6, al auténtico navegador por excelencia: Google Maps.

Esto me hace retroceder en el tiempo y volver a la época en la que me decía mi madre “Migueeeel, estate quieeeeto, no te subas por ahí  que te vas a hostiar…” y yo ni caso, intentando trepar la tapia del tío Venancio para demostrar mis habilidades. Hasta que sí, conseguía demostrar mis habilidades en abrirme la frente, desollarme las rodillas o enganchar los dientes a una piedra.

De un tiempo a esta parte, Apple ha llevado ante los tribunales por cuestiones de patentes a los fabricantes de móviles HTC y Samsung, además de mantener una disputa abierta con Google porque siempre consideró que esta había copiado IOS para lanzar su sistema  Android. Para demostrar los de Cupertino que ellos se valían solitos, han creado sus propios mapas y cartografía. A decir verdad resultaba muy vistosos pero poco prácticos. Y sino, que se lo digan a estos ciudadanos australianos que se perdieron por el parque nacional de Murray Sunset siguiendo sus indicaciones. Ha sido tal el despropósito, que las autoridades australianas han pedido que no se utilicen los mapas de Apple debido al gran número de errores que acumulan. Incluso el consejero delegado de la compañía, Tim Cook, ha tenido que pedir disculpas públicamente.

A esto ya estábamos nosotros acostumbrados. No a las disculpas de un cargo público o privado –eso no lo veremos en esta vida, ni en la otra– sino a perdernos por ahí. Es cierto que ahora con los navegadores actuales eso no pasa, porque te indican la distancia recorrida y la que queda por recorrer, a la hora que vas a llegar, la gasolinera más cercana, donde están los radares, el resultado de ONCE, cuando le baja la regla a tu mujer… todo, todo, todo.

¡Ah, qué tiempos aquellos! Es una verdadera pena, porque se ha perdido la esencia del viaje, cuando uno sabía cuándo salía, pero no cuando llegaba. Ni a dónde llegaba, todo hay que decirlo, que uno arrancaba con destino a Lleida y aparecía en Cuenca, o en vez de ir a Logroño, se acababa en el quinto coñ… pino. Eso a pesar de contar con aquellos maravillosos y enormes mapas desplegables escala 1:1 repleto de flechas y señales que no entendíamos la mitad de los mortales. Lo peor no era eso, sino volver a guardarlos en su posición original ¿alguno lo consiguió alguna vez? Que no se tire nadie el moco, que no soy el primero que ha dejado el mapa hecho un ovillo eeeh. Para los torpes o que no gustaban de usar ese tipo de mapas podía comprar la guía Campsa (o Repsol), la Michelín o la del MOPU en donde los mapas venían divididos por zonas.

El problema era que si la carretera que se debía seguir para llegar a tu destino estaba por ejemplo en el mapa de la página 12 y se había de continuar por otra página, no penséis que seguiría por la página 13. Eso sería demasiado sencillo. El mapa seguiría por la página 24, pero como la carretera se adentra por Tomelloso, había que coger el mapa de la página 16  sin perder de vista el de la página 17 porque tiraríamos para Albacete, pero como queríamos ir hacia Murcia… ¡joder, que no se sabía ya ni a donde mirar!

¿Y viajar con la familia? ¡Qué cosa más maravillosa! Salir de vacaciones al pueblo a visitar a los abuelos, y darse cuenta al cabo de unas horas que estás perdido en medio de los Monegros y con la coletilla de la mujer al lado:

– Pepe, creo que te has perdido…

– Calla Maruja, que esto es un atajo

– ¿Un atajo? Hace cinco horas que teníamos que haber llegado al pueblo. Si al menos hubieras preguntado en el último pueblo que pasamos, podríamos saber…

– ¡Que yo no pregunto a nadie, leches! Te digo que es por aquí y punto

– Tenías que haber girado por aquel cruce como te dije…

– ¡Papá, papá, tengo pipi!

– Aguanta Luisito, que queda poco

– Eso le dijiste hace una hora Pepe

– Papá, papáaaaaa ¿falta mucho, faltamucho, faltamucho faltamuchooooooo?

-¡Maruja, dile a la niña que se calle, que no respondo!

– ¡Guau, guau, guau!

– ¡HAZ QUE SE CALLE EL PERRO!

– Pepe, reconoce que te has perdido de una vez…

-¡QUE NO, QUE NO Y QUE NOOOOO!

 

¿Quién no echa de menos estos tiempos?

Por cierto, en la última actualización, en la Apple Store ya está disponible la nueva aplicación de mapas de Google Maps. Serán orgullosos, pero no tontos.

 

  Autor: Miguel Soria López

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