¡Lo he parido yo!

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Son tantas las veces que he oído repetir a las mujeres que los hombres somos unos quejicas, que ya perdí la cuenta. Primero se lo escuchaba decir a mi madre, después a mi mujer y ahora se lo escucho a todas. Da igual que te hayas metido un golpe en la cabeza y tengas los sesos colgando, que a la que empieces a quejarte te miraran con cara entre desprecio y desdén y te dirán aquello de “¿Dolor?, vosotros no sabéis lo que es el dolor… ¡vosotros no sabéis lo que es parir un hijo!”.

Si vaaaaale, yaaaa, yaaaaa…no sabemos lo que es parir un hijo porque no tenemos las cosas esas que tenéis vosotras y que dan origen al maravilloso e increíble milagro de la vida. Peeeero vosotras no tenéis cataplines y no imagináis lo doloroso que puede llegar a ser recibir una patada en la bolsa del escroto. Tener un hijo duele cierto, pero que te incapaciten para concebirlos también duele. Y mucho.

Pero realmente ¿Los hombres somos tan quejicas como dicen ellas? El dolor es algo muy subjetivo y no sé cómo lo pasaran otros hombres pero lo que es yo, cuando pillo un gripazo me los paso en cama con fiebre entre agónicos gemidos y lamentos. Mi mujer cuando pilla la gripe solo saca mocos. Y ya está. Yo le digo que claro, que sus resfriados no son tan fuertes como los míos y por eso no lo pasa tan mal… ¿sabéis lo que me contesta?…claro que lo sabéis:” ¡Ains Miguel si tuvieras que parir tú!”

Una vez le dije a mi mujer que sentía envidia de ella, porque nunca podría sentir como padre, lo que sentía ella como madre al ver nacer a su hijo. Nuestro hijo. Eso sí, los dolores se los puede quedar para ella sola, y más después de ver cómo reacciona un hombre sufriendo las contracciones de un parto. Un  reportero de la radio Newstalk en Dublín, Henry McKean, quiso sentir en sus propias carnes lo que siente una mujer cuando esta de parto, y para ello los médicos le conectaron unos electrodos alrededor del abdomen que simulaba dichas contracciones. Solo pudo aguantar dos horas.

Pero vayamos al supuesto de que los hombres nos podemos quedar embarazados ¿seremos igual o peor que ellas? La creencia popular dice que las mujeres aguantan más el dolor ¡y me lo creo! Son muchos años que llevan de práctica con sus tratamientos de belleza a base de echarse porquerías por la cara, de tirarse de los pelos con el cepillo para alisarse el pelo, ponerse rulos, tintes con amoniaco y depilaciones a la cera de piernas, axilas, cejas, pubis, perineo…yo jamás usaría cera por esa zona, más que nada porque me da miedo que al tirar enérgicamente de la cera mis huevecillos se queden enganchados a ella.

El primer problema que pienso que nos vamos a encontrar, es distinguir entre los que estén embarazados y los que no. La barriga cervecera de algunos puede ser engañosa, y uno ya no sabe a quién ha de cederle el asiento en el bus o en el metro. O peor aún: alguien de barriga cervecera se queda embarazado y a la hora del parto ¿romperá aguas o botellines de cerveza? ¿Padeceremos antojos a las cuatro de la mañana? Me imagino a la sufrida esposa buscando a esas horas una tapa de bravas o de boquerones en vinagre…

Y lo peor está por venir, porque en el paritorio tendrán que sustituir a la comadrona por la señora de los gelocatiles, ya que entre tanto grito de parturiente los médicos tendrán jaquecas continuas.

¿Qué por qué? Pues porque los hombres SI que somos unos quejicas. Está en nuestra naturaleza de la misma manera que la vuestra es parir hijos.

La lástima es que los hombres no nos parezcamos más a las mujeres…todavía estoy intentando averiguar cuál es el sexo débil.

 

 

Redacción: Miguel Soria López

 

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