Uno de los fetiches más recurrentes entre los hombres es la ropa interior de las mujeres. No hay hombre que ante la vista de lencería femenina –con la mujer dentro, por supuesto- que no
sienta deseos impuros o se le ensucie la mente con ideas difíciles de expresar moralmente aquí. La oferta de lencería es tan amplia como mujeres hay en el mundo, pero desde mi punto de vista más personal, creo que los colores estrella son el blanco, el negro y el rojo y que los precios de la lencería son inversamente proporcionales al tamaño de las prendas. Es decir, que cuanto más minúsculo es el conjunto, más dinero cuesta.
Pero parece que no conformes con esto los diseñadores, han decidido dar un paso más allá y ahora lo que se lleva es lencería con dispositivos electrónicos. Concretamente uno que se abre mediante aplausos. Tal y como suena. Parece ser que el ingeniero norteamericano, Randy Sarafán estaba harto de pelearse con la hebilla del sujetador de su mujer y para ahorrar tiempo decidió crear uno que le facilitara las cosas ¿os suena creíble esta hipótesis? ¡Pues no tengo otra! porque como a la mujer en cuestión se le ocurra acudir a un concierto o a un teatro, la situación puede llegar a ser bastante incómoda…
¡Ah, pero esto no queda aquí! También han inventado un sujetador con mando a distancia. Aunque francamente no le veo la ventaja por ninguna parte, porque si lo usa la pareja porque le da pereza quitárselo con sus propias manos, dudo mucho que luego le apetezca levantarse del sofá para quitarle el resto de la ropa. Los gadgets electrónicos también han llegado a la prenda inferior de las mujeres y en el mismo artículo de La Vanguardia citan unas bragas musicales que hacen furor en Oriente Medio. Esta información no la he podido contrastar con otras fuentes, ni en castellano ni en inglés y desconozco que tipo de dispositivo lleva, pero me imagino que no sería correcto entrar en un centro comercial en Dubai y preguntar a la dependienta de donde sale la música cuando no ves por ninguna parte los altavoces…lo más probable es que salga del interior de sus orejas.
Como andamos suponiendo y suponiendo ¿necesitaran esas bragas un cargador similar al que usamos con nuestro MP3? ¿Durará la batería igual que un móvil? ¿Se podrán lavar las bragas o el agua afectará a su funcionamiento? ¿Existirá una tienda de aplicaciones, al igual que los Iphones y Androids? Espero que esto último no, porque ya me dirán ustedes para que sirven unas bragas con el Google Maps. Si ya jode que te diga la mujer hacia donde debes tirar porque te has equivocado de ruta… ¡no imagino lo humillante que debe ser que lo hagan sus bragas!
Todo esto pensando en la mujer ¿Y los hombres, que? Hasta ahora lo más moderno que se ha visto en un slip masculino es el paquete de tabaco y el mechero metidos en la gomilla de la cadera -y no cuenta porque se trata de un bañador- y desde aquí y ahora, reclamo nuestro derecho a tener unos calzoncillos con hueveras refrigeradas en verano y calentador en verano, con radio y música descargable por USB que se enchufe a…bueno…ya miraríamos en donde enchufamos el USB.
Me dirán ustedes que todo esto son tonterías. Posiblemente. Pero dentro de unos años nos volvemos a citar aquí y hablamos de cómo es nuestra ropa interior…
¿Vale?
Redacción: Miguel Soria López
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