Hannibal Lecter. Saca el caníbal que hay dentro de ti (I)

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Especial Halloween 2013

Ya que estamos estudiando Sagas en Pandora Magazine, y este hoy es Halloween, voy a aprovechar para unir ambas cosas en esta ocasión. Para ello tomo el que es para mí el último gran personaje iconográfico dentro del terror (si, más que Samara de “The ring”): Hannibal Lecter.

Lecter Vs. Lecktor

reddragon1e2ad422293f335a5c0d83668bc32f037Thomas Harris es un novelista que se ha hecho famoso gracias a su personaje literario Hannibal Lecter. Este es un culto, refinado, seductor y sibarita Psiquiatra que tiene una particularidad: Si no le caes bien no te insulta… te devora. El cine, claro, no podía dejar pasar un personaje tan interesante y son cinco los largometrajes inspirados en Lecter, una serie y un episodio de “Corrupción en Miami”. Si, esto último choca, pero ahora lo comento.

Aunque la más conocida de las adaptaciones de la saga de Harris es “El silencio de los corderos” (1991), no es la primera ni en ser adaptada, ni siguiendo la línea vital del personaje.

manhunter1Recapitulemos. El 15 de Agosto de 1986 el productor italiano Dino De Laurentiis puso el dinero para que el hoy reputado director Michael Mann dirigiera “Hunter”, basado en la primera novela inspirada en el personaje, “El Dragón rojo”, con el excelente actor Brian Cox como el doctor Hannibal Lecktor (sic!). La película fue un sonoro fracaso. Curiosamente, para celebrar los 50 capítulos de la serie que Michel Mann creó y produjo, “Corrupción en Miami” (1984/90) y aprovechando la festividad de Halloween, se hizo un homenaje al largometraje de Mann estrenado el 31 de Octubre de 1986, en el que se seguía libremente la estructura del film, con lo que tenemos un Lecter apócrifo.

Cinco años más tarde Jonathan Demme aceptó el encargo de una película de suspense, que creía que no le iba a reportar mucho. Se equivocó, ya que la película hizo el pleno con cinco Oscars, a mejor película, Jonathan Demme al mejor director, Mejor actor para Anthony Hopkins deleitándonos en su primera encarnación del caníbal, mejor actriz fue Jodie Foster por hacer de Clarice Starling y mejor guión adaptado. Un clásico.

Tras una década Ridley Scott recogería el testigo de Demme y con la producción nuevamente de De Laurentiis rodaría la magnífica “Hannibal” (2001), de nuevo con Hopkins como Lecter, pero esta vez con Julianne Moore como Clarice Starling. Aunque esta película marque el final de la historia de Lecter por ahora, aún se hicieron dos películas más, pero volviendo a los orígenes del personaje. “El dragón rojo” (2002) era el remake de “Hunter” pero esta vez con Hopkins como Lecter y con un montón de estrellas secundándole. Y aún habría una película más “Hannibal: el origen del mal” (2007) donde se nos narraba el por qué de la pequeña afición de Lecter, esta vez interpretado por el bello, pero nada perturbador Gaspard Uliel. Aún queda un último Lecter, que yo no voy a comentar aquí, que es el interpretado por el danés Mads Mikelsen en la serie creada por Bryan Fuller, creador de “Tan muertos como yo” y “Criando malvas” y titulada también “Hannibal”.

De esta manera es complicado empezar por algún lado. ¿Por dónde empiezo? pues por la controversia; voy a comparar “El dragón Rojo”, “Hunter” y el episodio 6 de la tercera temporada de “Corrupción en Miami”, titulado ‘Una sombra en la oscuridad’. Me gusta ponérmelo difícil.

7370_004Michael Mann es hoy día un reputado director con  un saldo más que positivo en su cuenta de películas entre las que destacan “Asesinos públicos” (2009), “El dilema” (1999), “El último Mohicano” (1992) y sobre todo su obra maestra que es la inconmensurable “Heat” (1995), pero en 1986 venía de hacer unas cuantas cosas en tv y dos películas que pasaron con más pena que gloria. Eso sí, venía con as bajo la manga, que era la serie de TV “Corrupción en Miami”. Él definió la estética de la serie, en cuanto a imagen, ritmo, guiones etc. Cuando hablamos de “Corrupción en Miami” estamos hablando de una serie con un éxito similar a lo que pueda tener hoy día “Juego de tronos”, es decir, todo el mundo pendiente de las aventuras de Sonny Crockett y Ricardo Tubbs. Esto es lo que vio Dino de Laurentiis cuando compró los derechos de la novela “El dragón rojo”.

Mann es un director autor en el sentido total de la palabra, ya que todos los protagonistas de sus historias tratan de un hombre (siempre es un hombre) comprometido con un trabajo o con una misión (como “El último Mohicano”) hasta el punto de una obsesión que puede ser fatal. Este es el caso de Will Graham (William Petersen), antiguo agente del FBI retirado por las heridas infligidas por el psiquiatra Hannibal Lecktor (nadie sabe muy bien por qué el cambio del nombre). El superior de Graham, Jack Crawford (Dennis Farina), le pide que le ayude en el caso de un Psicópata que ha matado a dos familias completas, porque nadie tiene la capacidad de Graham para meterse en la mente del asesino. Aunque insiste en que está recuperado, Will Graham sigue emocionalmente tocado porque la última vez que se metió en la mente de un asesino, Hannibal Lecktor, este le apuñaló. Es por esto que, a sugerencia de Crawford, decide enfrentarse a Lecktor para intentar meterse (o salir) de la mente del segundo psicópata y así poder evitar más asesinatos.

Esta es también la premisa de “El dragón rojo”, pero encarnado a Lecktor/Lecter  por tercera vez tenemos a Anthony Hopkins y al sobrevalorado y siempre conflictivo Edward Norton como el agente Will Graham. Esta vez el foco no gira en la necesidad de Graham en salir del trauma que le atenaza, sino el juego a tres entre Lecter y Will Graham y el psicópata Francis Dollarhyde (Ralph Fiennes) al que conocen como el hada dentona (o el ratoncito Pérez en la versión de Mann, que en la cultura anglosajona es el mismo)

¿Cuáles son las diferencias entre ambas versiones?

ph1.jpg-r_640_600-b_1_D6D6D6-f_jpg-q_x-xxyxxEn la película dirigida por el siempre intrascendente Brett Ratner en 2003 tenemos un prólogo inexistente en la de Mann, en el que se nos relata la captura de Lecter por Graham. Lecter es un colaborador habitual del FBI, pero con la particularidad de que se va comiendo a aquellos que tiene el mal gusto de atentar contra el arte y la sabiduría. Ambos se atacan cuando quedan al descubierto los gustos del doctor y es por ello que Lecter puede ser llevado a prisión. Este es el primer cambio. Por otro lado se les da más presencia a los villanos en función dada la elevada talla interpretativa tanto de Anthony Hopkins como de Ralph Fiennes. Si en la película de 1986 Mann esperaba a mitad de película para introducir al asesino de familias, en la película de 2003 al cuarto de hora ya sabemos quién es el responsable y por qué. No sé si esta opción es un intento de hacer un homenaje a “Psicosis” (1960) o porque realmente no sabían reconducir la trama, aunque, también hay que decirlo, en los primeros 45 minutos hay diálogos literalmente calcados de una versión a otra.  A partir de mitad de película Ratner va introduciendo una serie de cambios (y suavizando otros) que conllevan a un pirotécnico final.

Analizando  ambos films he de decir que en “Hunter” la banda sonora es digna de una mala película pornográfica, por muy redundante que esto sea. En la de Rattner tenemos una BSO compuesta por un Danny Elfman que se autoplagia haciendo un popurrí de temas usados en las películas de su compadre Tim Burton. Su trabajo es correcto con tendencia al golpe fácil. Saldría ganando en este duelo “El dragón rojo”.

En el aspecto visual “Hunter” parece una continuación de “Corrupción en Miami”, ya que todo son edificaciones modernas, blancas, luminosas, con grandes ventanales y mucho efectos de luz, mientras que “El dragón rojo” optó por parecerse más a “El silencio de los corderos” con edificaciones mas plomizas y oscuras,  de piedra, con lo que se da sensación de pesadez y en general ese tono american góthic que sería muy seguido por los thriller con temática de Psicópata en los 90. Esto se hizo así porque tras el delirio visual de Ridley Scott en “Hannibal”, mucha gente quedó insatisfecha argumentando que se había perdido la esencia. Lo que ocurre es que mientras en “El silencio de los corderos” todo ese entorno era real, aquí se tiró la casa por la ventana y se construyó en decorados a lo grande. No es malo, pero queda artificioso. Ya es cuestión de gustos, pero esto deja claro la visión de autor de Michael Mann, Jonathan Demme y Ridley Scott y la condición de artesano de Rattner.

05Y siguiendo con el director comparamos el trabajo tras las cámaras de Rattner y Mann. Rattner en el film de 2003 se apoya en un muy conocido reparto, pero comete un gran error de casting. Así tenemos al atractivo, aunque perturbador Ralph Fiennes como Francis Dolarhyde, el psicópata de horribles facciones, que es rehuido por las mujeres. Perdón, pero aunque Ralph Fiennes tenga un labio leporino sigue siendo un tío muy atractivo. No me lo creo. Tiene que tirar entonces de recursos actorales, afortunadamente había ahí un intérprete soberbio, y de muchos efectos de guión y voces internas para explicar la actitud trastornada del personaje. En contraposición tenemos a un villano que asusta en la película de Mann, ya que el actor que lo interpreta, Tom Noonan, es un hombre de dos metros, con duras facciones y cara de muy mala hostia. Te crees el rechazo sin tener que acudir a gratuidades efectistas, porque el tono general de “El dragón rojo” es de buscar el susto, el shock para conseguir perturbar, ya que su plana realización no aporta ese tono insano de la película de Demme. La de Mann está algunos enteros por arriba, pero en su búsqueda por evitar que se compare film con la serie “Corrupción en Miami”, hace algunas composiciones de planos realmente rebuscadas, que pueden llegar a sacar de la historia. Por otro lado, su afición por lo cinético presente en todo su cine, comienza aquí en pequeñas dosis, pero lo que más adelante resultaría magistral en “Collateral” (2004) por ejemplo, aquí es aún rudimentario, con zooms o movimientos de cámara muy bruscos que dan un tono en ocasiones feista. Me gusta mucho Mann, pero aquí aún le queda mucho para llegar a ser el director que admiro.

Como decía antes tenemos a un Rattner sólido, pero insustancial, que se limita a seguir de forma sosa el trabajo de previo de Jonathan Demme y por otro tenemos a un director, Michael Mann, que se tira a la piscina sin mirar si había agua o no. Me decanto por Mann con sus imperfecciones pero que sabe mantenerte incómodo durante el metraje que por Rattner. En cuanto a dirección “Hunter” gana.

Por ahora vamos 1 para «El dragón rojo» y otro para «Hunter», empate. Analicemos a los actores.

hannibal_lecter_by_erevis-d4dxzfdVoy a la película de Rattner. Como ya he dicho Ralph Fiennes, aunque excelente actor, es un error de casting absoluto. Por otro lado Edward Norton interpreta a Will Graham con una desgana abrumadora, mientras espera que le entreguen el cheque. Estos mismos personajes en la de Mann están interpretados con convicción por Petersen pre “CSI”, en el que me parece uno de los mejores trabajos de su carrera y Tom Noonan, quien de verdad acojona. El agente Jack Crawford está interpretado en el film del 86 por el recientemente fallecido Dennis Farina, sólido actor de reparto que no tiene nada que hacer ante esa bestia interpretativa que es Harvey Keitel. Aquí Keitel, por poco que haga le gana con soltura. El papel de la ciega Reba McClane, que es el deseo sexual de Dollarhyde, está igualmente bien interpretado en ambos largometrajes por Joan Allen en 1986 y por Emily Watson en la versión de 2002. Y no, no me he olvidado de Lecter, pero aquí, por muy buen actor que sea Brian Cox (que lo es, y mucho) no tiene nada que hacer al lado de Sir Anthony Hopkins, quien, a pesar de los 5 kilos de pote que le ponen para parecer 15 años menor, se come con patatas a quien se le ponga por delante… en sentido metafórico y real.  Y no solo por la labor como actor de Cox, que en “Hunter” no pasa de ser, como en el libro original, más que un secundario, en contraposición con la adaptación del 2002, donde se potencia al máximo la aparición de Lecter/Hopkins a sabiendas que el público a quien quiere ver es a ese monstruo que representa y que, en el fondo, queremos ser.

En cuanto a las películas en sí, ninguna de ellas es una gran película. Ambas son imperfectas, por diferentes motivos.  A Mann se le escapó de las manos su “Hunter”, de hecho hay un director’s Cut con hasta 17 secuencias diferentes y aunque esté todo bien trazado y enlazado, “el Dragón rojo” de la novela no pasa de mero apunte anecdótico. Eso sí, el estudio de Will Graham, agente torturado por su pasado, que ha de revisitar a la persona que le destruyó para impedir que vuelva  a repetirse su destrucción metafórica, enfrentándose a sus miedos es excelente.

10Por otro lado tenemos la versión de Rattner que puede satisfacer al espectador menos exigente, puesto que, como diría un buen amigo mío, “Con buena p*lla también se f*lla” y es que con mucho dinero, se hacen productos solventes, pero en este caso, falta de alma.  Aunque los británicos están que se salen, tanto Hopkins como Fiennes, no basta con su participación para salvar una película de la atonía en la que nos sumerge el director, por más giros de guión que quiera darle. Tengo que reconocer que lo que más me molesta no es su falta de ambición, sino el apunte semi cómico del estúpido Dr. Chilton, aquí casi deficiente mental, que además está maquilladísimo para parecer más joven. Cuando uno se fija en esas cosas, es que realmente algo no va bien. También es sintomático que tengan que tirar del recuerdo de “El silencio de los corderos” para crear la atención del espectador, metiendo con calzador la icónica máscara que identifica al personaje y presentando, sin decir su nombre ni verla en pantalla, a la agente especial Clarice Starling. Si para que funcione tu película tienes que tirar del recuerdo de otra, entonces no es que no vaya algo bien, sino que realmente, tu película está coja.

Y dirás, ‘pero, ¿no ibas a comparar ambas películas con el episodio de “Corrupción en Miami” donde también se adaptaba “El dragón rojo?”’  Pues sí. Y sale perdiendo. La serie que en los 80 rompió esquemas por su cuidada estética y realización, con historias duras y tocando el tema de las drogas, pero no se atrevieron a tocar al asesino en serie. Por lo demás la historia carece de mucho sentido y está cogida con alfileres. Como curiosidad se podría ver, pero, nada más.

La decisión final de la comparación es la siguiente:

Para el capítulo ‘Una sombra en la oscuridad’ de «Corrupción en Miami», le doy un 4, ya que es un despropósito como adaptación. Aunque para pasar el rato no estaría mal.

Para «El dragón rojo»… un 6 y muy a mi pesar, ya que su director no termina de cuajar con la película, pero Anthony Hopkins está soberbio.

Para «ManHunter» un 6,5, ya que es un buen intento aunque fallido, se nota que hay alguien detrás muy interesante.

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Hannibal Lecter, la serie

Los números

Me gusta siempre comentar los números en las sagas, así podemos hacernos una idea de los aspectos generales de la película.

“Hunter” costó 15 millones de dólares y recaudó en USA 8,6 millones. Poco más de la mitad, lo que hizo que De Laurentiis cediera los derechos de la saga.  No tenemos noticias de los números internacionales, pero tampoco creo que fueran muy espectaculares. Si “Hunter” se hubiera hecho hoy hubiera costado 32 millones de dólares, una cifra no muy alta, la verdad, y hubiera recaudado 18,5 millones.

Por otro lado “El dragón rojo” costó 78 millones de dólares, recaudó 92 en EE.UU. y 206 en todo el mundo. Teniendo en cuenta que tan sólo un año antes “Hannnibal” había recaudado 350 millones, era evidente que la explotación de la figura de Hannibal Lecter estaba tocando techo.  A día de hoy la película habría costado 108 millones de dólares, habría recaudado 127 en EE.UU. y 285 millones en todo el mundo.

Una última cosa. Si quieres ver “Hunter” te alabaré el gusto, pero por favor, tienes que verla en versión original, porque el doblaje es uno de los peores que he escuchado en una película no redoblada. Falto de dinámica, plano y comiéndose matices, destroza la película, haciendo insufrible su visión.

Redacción: Juan Pablo Pérez Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.