GRAN PREMIO DE HUNGRÍA 2013. El circuito donde nunca pasa nada.

Print Friendly, PDF & Email
1 Votos obtenidos¡Vótame!

 

Hungaroring es un circuito inaugurado cuando todavía un telón de acero dividía Europa, y no se ha modificado desde entonces. Siendo un circuito permanente, tampoco suele utilizarse durante el año, así que cuando la Fórmula Uno llega a él siempre está sucio y polvoriento, lo que, unido a su trazado ratonil, hace muy difícil adelantar. Eso supone pensar que las carreras aquí son muy aburridas pero, curiosamente, nunca lo son. Hace 10 años, un joven llamado Fernando Alonso ganaba aquí su primera carrera. Tres años después, corría la que probablemente ha sido una de las mejores de su vida, una furia azul en pleno diluvio, doblando al gran Michael Schumacher al que persiguió ferozmente sobre el revirado trazado húngaro hecho un espejo. Todo para acabar en una escapatoria con una rueda mal puesta.

No es Hungaroring un circuito que se le dé bien a Ferrari en general, pero este año en particular, llegaba aquí con serios problemas de tracción trasera, por lo que se decidieron por la jugada contraria a Nürburing: exprimir el coche en calificación por las dificultades de adelantar en carrera. No fue tan mal: quintos muy cerca de Rosberg y por delante de Raikkonen, si bien es verdad que gracias a la sempiterna mala suerte de Webber, un tipo al que da algo de miedo darle la mano. Por si no estuviera todo completo, se estropeó el motor de la bomba de agua de Alonso y supo poco antes de empezar que iba a tener que enfrentarse al feroz verano centroeuropeo sin agua y embutido en un coche sin refrigeración.

Hamilton logró la pole, Vettel se quedó por el lado sucio y tenía nada menos que a Grosjean a su izquierda. Se esperaba mucho de la salida. Alonso incluso dijo que trataría de adelantar a Vettel en la misma, obviando que la recta de Budapest no es tan larga como la de Barcelona. Lo cierto es que Vettel salió muy bien y fue a tapar a Grosjean, asumiendo tal vez demasiado riesgo aunque es cierto que el francés está mucho más suave desde que sabe que pueden dejarlo sin correr y levantó el pie. En el movimiento, Vettel bloqueó a Alonso, encerró a Rosberg y dejó escapar a Hamilton. Alonso, viejo zorro, alargó frenada en la curva dos y buscó el exterior, para evitar toques y para tener medio hecho el adelantamiento a Rosberg; llegó incluso a estar emparejado con Grosjean, aunque el Lotus solventó el problema. Massa llegó a la altura de Rosberg y se las tuvieron hasta que el alemán fue por fuera de la pista y el brasileño perdió un endplate, una pieza del alerón delantero.

Las primeras vueltas fueron una serie de amagos de Grosjean sobre Vettel, Fernando perdiendo algo de ritmo, tal vez queriendo estirar algo el primer stint y Hamilton haciendo vueltas rápidas con el depósito lleno. Entró en la novena y salió por detrás de su excompañero de equipo, Jenson Button, con ruedas duras, al que se merendó unas curvas después. En la once paraba Vettel, que también salía por detrás de Button… pero no lo adelantaba, mientras Hamilton se iba. Ahí empezaron a cruzársele los cables al alemán, poco acostumbrado a rodar detrás de otro coche. Fernando paraba una vuelta después y salía por detrás de Button y Vettel, aunque más cerca que antes de la parada. En Lotus se esperaron para hacer un doble cambio en la catorce, logrando meter a Grosjean por detrás de Fernando y dejando a Kimi por detrás. Y fue entonces cuando a Vettel le dio el repente: se acercó tanto, tantísimo a Button, esperando tal vez que este fallase solo, sin recordar que es un piloto finísimo y campeón del mundo, que el coche se recalentó hasta el punto que desde el muro le empezaron a gritar COOL THE CAR!, por lo que tuvo que apagar el kers. Tanto se había acercado que se había dejado parte del alerón delantero; no importa: como es sabido, ni siquiera Harry Callaghan podría parar un red bull con su magnum 44, la mejor pistola del mundo, etc, etc… Ni por esas; el otrora arrojado Grosjean no lograba adelantarlo, ni le echaba encima el coche, mientras Fernando hacía la goma con el francés para refrigerar su coche y a él mismo, que en ese momento ya debería ir cocido. Al final Vettel y su trenecito pasaron a Button, pero el momento Grosjean no podía faltar: toque con Button que tuvo que entrar corriendo.

Pasados los momentos de angustia para Vettel, en gran parte culpa suya, siguió una fase de relajación en la carrera, todos viendo hasta dónde podían llegar con los duros y preparándose para la segunda parada –algunos, como Kimi, pensando en no hacer otra. En esas, Grosjean adelanta a Massa de manera legal y a los comisarios se les cruzan los cables y los sancionan. A ver, el único que puede adelantar hasta con las cuatro ruedas por fuera es Vettel. A Grosjean le cayó un drive trouhg que fue el primer regalo de cumpleaños que recibió Alonso. Hasta el adelantado, Massa, no se cortó para decir que el adelantamiento había sido legal. Por si fuera poco, el francés tuvo que parar en la veintiocho para un nuevo cambio de ruedas. En la treinta y dos entraba Hamilton, haciendo una de las carreras de su vida y tirando por tierra los argumentos de los que pensábamos que Mercedes no había mejorado tanto. Advierto, queridos lectores y lectoras, que no soy ingeniero, sino un simple aficionado, así que no se me deben de tener muy en cuenta los comentarios técnicos. Para cuando salieron Vettel y Alonso, la carrera seguía igual. A veintisiete del final, paraba Raikkonen, dispuesto a probar la locura de hacer todas esas vueltas con las mismas ruedas. Grosjean se pegaba a Alonso que continuaba con su labor de picapedrero: tratar de llevar el coche lo más adelante posible, peleando con coches entre 4 y 6 décimas más rápidos por vueltas. Hay que decir que en la conducción defensiva Fernando se mueve como nadie. En el último cambio, Vettel y Alonso entraban casi juntos y Hamilton se regalaba entrar una vuelta después, salir justo por detrás de Webber y adelantarlo en una espectacular maniobra que al australiano le sentó como una patada en los huevos. Pero el que había pillado cacho era Vettel: por detrás de Raikkonen que no pensaba volver a parar.  A Webber le calzaron gomas blandas y empezó a volar, con lo que la en ese momento plaza de podio de Vettel en teoría peligraba; hasta pusieron imágenes de un cariacontecido Helmut Marko en el box de Red Bull. Hasta que un curioso mensaje sobre sensores a ambos pilotos acabó con la posibilidad. Ya sabemos que las órdenes de equipo son otra de esas cosas que Red Bull no utiliza.

En estas que a Vettel se le vuelve a cruzar el cable: no contento con un tercer puesto que aumenta su ventaja con Alonso, después de una carrera difícil, tal vez preocupado por el nuevo formidable adversario que puede encontrarse a la vuelta de vacaciones, Lewis Hamilton subido en un coche casi tan rápido como el suyo, a Vettel se le pone entre ceja y ceja adelantar a Raikkonen, que, perro viejo, le enseña en una de las curvas lo cerca que pueden estar los muros. Entonces Vettel llama a mamá, es decir, a Charlie Withing, para vergüenza de cualquiera que vea carreras de coches. Su cara después en el podio lo decía todo, mientras Kimi se cachondeaba un poco. El que estaba para pocas risas era Alonso, que criticó a Ferrari y se ganó un tirón de orejas de Montezemolo, cosa nada extraña, pues fue capaz de dejar en la calle a todo un Alain Prost por decir que el coche que llevaba entonces era un camión. Sí, ganó Hamilton, Brawn estaba sonriente… Y eso que el año que viene no seguirá en el equipo. Ahora quedan sólo -¡SÓLO!- cuatro semanas para la próxima carrera. Disfrutadlas.

 

Redacción: Jerónimo Fernández Duarte

Sobre pandoramgzn