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Título: Noé (Noah)
Director: Darren Aronofsky
Guión: Darren Aronofsky, Ari Handel
Reparto: Russell Crowe, Jennifer Connelly, Emma Watson, Anthony Hopkins, Ray Winstone, Logan Lerman, Marton Csokas, Dakota Goyo, Douglas Booth
Duración: 137 minutos
Año: 2014
País: EE.UU.
Música: Clint Mansell
Fotografía: Matthew Libatique
Género: Aventuras, Drama, Fantástico
Productora: Paramount Pictures / New Regency
Distribuidora: Paramount Pictures Spain
En sus primeros tiempos, toda la humanidad está corrompida por el Pecado, a excepción de Noé y su familia, los últimos descendientes de Set (Hermano de Caín y Abel). Noé recibe en sueños el aviso del Creador, que se dispone a asolar la tierra con una gran Inundación que la purgará de los pecadores. Noé será el encargado de construir un Arca en la que salvar a los Inocentes (los Animales) que habrán de repoblar la tierra tras el Diluvio. Cuando comienzan las lluvias, Tubal-Caín, Rey de los descendientes de Caín, intentará arrebatársela a Noé.
Llega el momento en la carrera de todo director “independiente y trasgresor” que haya logrado el éxito en que alguien llaman a tu puerta, les ofrecen un montón de pasta y te da total libertad para que hagas con ella lo que quieras. Es entonces cuando las mentes creadoras de estos “genios” entran en efervescencia y se descubre si de verdad están hechos para jugar en la primera división de la industria cinematográfica. Sobra decir que son pocos los que salen con vida de esta experiencia, puesto que el aunar los conceptos “de autor” y «blockbuster» solo está al alcance de los mejores.
En esta ocasión, el timbre que sonó fue el de Darren Aronofsky, director de culto por sus primeras películas “Pí” y “Requiem por un Sueño” que desde siempre a sido especial objeto de críticas y burla por parte del mundo del cine, al menos hasta “Cisne Negro”, que sin ser ni de lejos su mejor película, obtuvo el reconocimiento del público y por tanto, de la Industria.
Tras este éxito, teniendo como digo mucha pasta y total libertad gastarla, Aronofsky dejó plantada la secuela de “Lobezno” para meterse en un mega-proyecto personal que de primeras sonaba a cachondeo. Nada más y nada menos que la historia bíblica de El Arca de Noé, protagonizada por Russell Crowe. Desde el primer momento los fans de Aronofsky (a la cabeza de los cuales estoy y estaré siempre) ya nos temíamos la catástrofe, alentada por los primeros tráilers de la película y que ahora, se consagra aunque, todo hay que decirlo, de una forma sorprendente.
“Noé” no es una superproducción de aventuras al uso y ni un recreación bíblico-religiosa. De hecho, llegado el caso, puede resultar bastante herética para los más aprensivos. Como dice el propio director, el pasaje de “Noé” en sí tiene tan poca “chicha” que han tenido que desarrollar la historia al margen lo estrictamente bíblico. Y es de agradecer que Aronofsky no nos cuele un sermón y que realice su propia interpretación del “mito” para tratar temas universales como la corrupción del ser Humano y la lucha entre el destino y la voluntad, en una pequeña familia casi intimista. Pero… entonces… ¿era necesario todo el tema del Arca y los Animales? ¿El derroche de efectos especiales, sonido y agua?
Desde el primer momento deja claro que no se trata de una recreación histórica realista, puesto que en seguida vemos milagros, magia, etc… y que habrá tortas por mucho hombre de Dios que sea Noé. Los personajes pasan sin pena ni gloria excepto Noé claro. Un poco de historia bíblica, unos cuantos retoques fantasiosos en forma de efectos especiales y todo para contarnos lo que en realidad ya sabíamos desde el principio.
Todo la trama de la construcción del Arca pasa en un parpadeo y durante un buen rato todo el conflicto gira en torno a la falta de esposas para los hijos de Noé una vez se hayan ahogado los pecadores (esto es tan tronchante como cierto). Así que entre tramas insulsas y alguna que otra batalla gratuita, la película transcurre aburrida hasta un tramo final en que por unos segundos si se masca un poco de tensión, tragedia y hasta buenos personajes e interpretaciones. Pero ni aún así el “Arca” de Aronofsky sale a flote.
Estéticamente, la película contiene los rasgos estilísticos de Aronofsky, visualmente muy similar a “La fuente de la Vida” en cuanto a música, escenas de contraluz y muchas muuuuchas plantas creciendo solas por arte de magia (de verdad… a este hombre le obsesiona ese efecto). Momentos de stop-motion, innovación y montaje picado (su marca de estilo propia) con imágenes sugerentes y poderosas… que sin embargo se ven engorronadas peñas, gigantes de piedra y explosiones de lo más convencional, que nos hacen recordar lo ya visto mil veces en otras películas
El reparto realmente flojo, empezando por la apatía de Russell Crowe, que desde hace años parece que hace sus papeles con la monotonía de quien va cada mañana a la oficina. Emma Watson se encarga de que nos creamos un poco menos todo el espectáculo y el pobre Anthony Hopkins se deja ver con más pena que gloria.
En definitiva, el batacazo previsible. No hay ninguna de las virtudes de la película que no hayamos podido ver ya en las anteriores películas de Aronofsky y si en general, una sensación de absurdo en general con momentos puntuales de auténtica hilaridad que sacaran la carcajada al público. Con un poco de suerte, la película recaudará lo suficiente para que Aronofsky no aparezca muerto en una cuneta y sus productores le permitan retirarse al campo donde envejecer haciendo películas independientes y con un montaje picado de ese que tanto nos ha gustado siempre.
Crítica: Daniel Álvarez González
