Título: La librería encantada
Autor: Christopher Morley
Editorial: Periférica
ISBN: 978-84-92865-70-3
Páginas: 320
PVP: 18’75€
Puedes comprarlo aquí
Sinopsis: Los entrañables Roger y Helen Mifflin han dejado de recorrer los campos y pueblos con su librería ambulante y se han instalado en pleno Brooklyn, como siempre soñara Roger. Ambos regentan La Librería Encantada, un «parnaso en casa» al que acuden, de un lado u otro de Nueva York, todo tipo de personajes singulares, incluidos jóvenes publicistas, farmacéuticos alemanes y guapísimas herederas; por no hablar de sus amigos libreros, que se reúnen allí cada poco para disfrutar la tarta de chocolate de Helen y los discursos incendiarios, y a la vez llenos de sensatez, del pequeño gran Roger. Parece que todo está en calma en esa librería y en las vidas de estos personajes insólitos… pero no es así: nos encontramos justo al final de la Primera Guerra Mundial, en medio de una época convulsa, llena de avances técnicos, emociones contradictorias y mucho suspense.
<< (…) Un libro te sigue y te sigue y te sigue hasta que te arrincona y te obliga a leerlo. Hay un libro raro y viejo que me ha perseguido por años: Vida y opiniones de John Buncle. He intentado escaparme de él, pero tarde o temprano siempre asoma la cabeza en un lugar inesperado. Algún día me atrapará y entonces me veré forzado a leerlo. Diez mil al año me asedió de la misma manera y al final tuve que rendirme. Las palabras no bastan para describir la astucia de algunos libros. Justo cuando uno cree haberse librado, aparece, cualquier día, un cliente que empieza a hablar ingenuamente del libro y entonces uno sabe que se trata de un agente involuntario del destino. A veces viene por aquí un viejo capitán de barco, una viva encarnación de las novelas del Capitán Marryat. Ese hombre me ha sometido a una especie de hechizo: sé que no podré morirme sin leer Peter Simple, sólo por el amor que este hombre le profesa. Por eso el negocio se llama La Librería Encantada. Encantada por los fantasmas de los libros que no he leído. Pobres espíritus inquietos, caminan y caminan a mi alrededor. Y sólo existe una forma de poner a descansar el fantasma de un libro: leyéndolo>>.
El dicho popular dice que “segundas partes nunca fueron buenas”, algo que normalmente –y muy a nuestro pesar- se hace realidad. Pero en este caso en concreto la “profecía” no se cumple.
La librería ambulante es una novela tan maravillosa, divertida, original y bonita que una segunda parte difícilmente la superaría. O no. Con el acaparador éxito de su primera parte, Christopher Morley escribió en 1917 La librería encantada, una secuela sobre las aventuras de Roger Mifflin y Helen McGill, ya felizmente casados y asentados en Brooklyn y disfrutando de las maravillas de vender libros en una especie de Parnaso en casa, mientras que el señor Mifflin escribe sus memorias en sus ratos libres.
En esta nueva entrega los Mifflin disfrutarán de la compañía de otros libreros -los miembros del Club de la Mazorca- que se reúnen de vez en cuando para hablar de sus amores los libros y del oficio de recomendar lecturas idóneas a sus clientes lectores.
También aparecen dos nuevos personajes la mar de encantadores: Titania, la nueva ayudante de la librería, -que no es más que la hija del señor Chapman, un importante empresario y miembro del Club de la Mazorca- y Aubrey Gilbert, un joven publicista que queda prendado de la joven Titania nada más verla.
Y eso sin mencionar a un insólito farmacéutico alemán y a un personaje mucho más misterioso de identidad desconocida, cuyas enigmáticas presencias traerán de cabeza a los Mifflin y a sus nuevos amigos, que se verán envueltos en una enigmática trama de misterio y espionaje.
Históricamente nos situamos justo al final de la Primera Guerra Mundial, época convulsa y difícil, fuente de inspiración para los ya conocidos monólogos del señor Mifflin que, a pesar de ser algo densos en algunos momentos, sus palabras encierran indignación y tristeza haciendo inteligentes críticas y denunciando los hechos y las causas que provocaron esos crueles y difíciles años de la primera mitad del siglo XX.
<<Creo que cualquier hombre que no dedique todos sus esfuerzos a tratar de impedir la guerra en el futuro puede considerarse un traidor a la humanidad>>.
Personajes sospechosos, un enigma por resolver, un libro fantasma que aparece y desaparece de las estanterías de varias las librerías… Esta vez el misterio y el suspense plagarán las páginas y las vidas aparentemente tranquilas de nuestros viejos amigos los Mifflin.
A pesar de ser una novela original, divertida y entretenida a partes iguales, La librería encantada no consigue arrebatarle ese primer puesto del que hace gala su predecesora La librería ambulante. Pero eso no significa que la historia sea inferior, mediocre o pésima. Más bien todo lo contrario. Supongamos que si la primera parte tuviese una nota de 9’5, esta segunda tendría un 8. Así que como lectora y fan de esta preciosa saga librera, recomiendo a todos los lectores que ya leyeron en su día La librería ambulante -pero que no se atrevieron a leer la secuela porque no las tenían todas consigo- que se animen a coger el libro y simplemente disfruten de la lectura que, sin duda alguna, merecerá la pena.
Sobre el autor
Nació en Haverford, Pensilvania y estudió en Harverford College, donde su padre trabajaba como profesor de matemáticas. Posteriormente, se matricularía en la universidad inglesa de Oxford para estudiar historia moderna durante tres años (época que contaría en su novela autobiográfica de 1931 John Mistletoe). En 1913, de vuelta en Estados Unidos, se instaló en Nueva York y comenzó a trabajar en la editorial Doubleday. Pocos años después se convertiría, recorriendo Estados Unidos como columnista y reportero, en uno de los periodistas más prestigiosos de su época.
Su primera novela, La librería ambulante (Periférica 2012), fue publicada en 1917; en 1919 apareció su continuación, La librería encantada. Una de sus obras más conocidas, Kitty Foyle, fue publicada en 1939 y trasladada al cine con el mismo título (en España como Espejismo de amor); su protagonista, Ginger Rogers, obtuvo un Oscar por su papel como Kitty.
Inteligente, lúcido y sofisticado, fue un escritor de éxito y al mismo tiempo un escritor de culto. Se ha dicho de él, comparándolo con Noel Coward, que su refinamiento era indudablemente británico. Sutil humorista, dijo de sí mismo que amaba tanto a Shakespeare como al Conan Doyle de las aventuras de Sherlock Holmes. Sin embargo, sus dos grandes maestros fueron compatriotas suyos: Walt Whitman y Mark Twain. El eco de su obra se encuentra en escritores de distintos países y generaciones: de Kingsley Amis a Tom Wolfe.
Redacción: Mariona Rivas Vives
Deja una respuesta