«Wolf Children», los niños lobo de Mamoru Hosoda

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Título: Wolf Children (Ôkami kodomo no Ame to Yuki), (Los niños lobo Ame y Yuki)

Director: Mamoru Hosoda

Guión: Mamoru Hosoda, Satoko Okudera (Historia original: Mamoru Hosoda)

Duración: 117 min.

Año: 2012

País: Japón

Música: Takagi Masakatsu

Género: animación, sobrenatural, drama

Productora: Studio Chizu / Madhouse

Distribuidora: Selecta Visión

 

Sinopsis: Hana, estudiante universitaria, se enamora de un compañero de clase con el que comienza una vida en común y con el que trae al mundo a Yuki, nacida en un día nevado, y a Ame, nacido en un día lluvioso. Tras la desaparición del padre, Hana trata de vivir discretamente con los pequeños en un rincón de la ciudad. Sus vidas son simples y felices, pero esconden un secreto: su padre era un hombre lobo. Hana no tarda en descubrir que criar a dos niños lobo no es fácil y decide abandonar la ciudad para criar a sus hijos lejos de las miradas indiscretas en una granja en plena naturaleza a las afueras de un pueblo. Allí, espera que la hiperactiva Yuki y el temeroso Ame puedan encontrarse a sí mismos y decidir si quieren llevar una vida de humanos o de lobos…

 

 

De cara al XIX Salón del Manga de Barcelona salió al mercado una de las películas más esperadas por los aficionados: Wolf Children (Los niños lobo) de Mamoru Hosoda. Selecta Visión ha sido la encargada de traernos esta joya de la animación japonesa a nuestro país.

Wolf Children es la historia de una familia muy especial, pero sobre todo la historia de una madre joven pero fuerte y luchadora que hace lo imposible por sacar adelante a sus hijos. Hana, que así se llama la protagonista, es una universitaria que se enamora de un chico un tanto misterioso que va de oyente a las clases. Ambos entablan una relación y con el tiempo, forman una familia teniendo primero una niña a la que llaman Yuki (Nieve) y luego un niño al que le ponen el nombre de Ame (Lluvia). Y ahora viene el toque fantástico que hace tan singular esta historia: esta familia esconde un secreto que nadie debe saber, y es que el padre de los pequeños –que en ningún momento de la película sabremos cuál es su nombre- en realidad es descendiente de los hombres lobo, condición que por supuesto los pequeños también heredan (ojo, estos hombres lobo no tienen nada que ver con los que estamos acostumbrados a ver en las películas o a leer en los libros).

 

Cuando Hana se queda sola asumiendo toda la responsabilidad de cuidar a sus pequeños y a través de los libros (ya que sus niños son mitad humanos y mitad lobos) sientes una total empatía y admiración por ella. La ves cómo afronta día a día un sinfín de adversidades, cómo intenta que sus vecinos no se enteren de la condición de lobo de los niños, lo mal que lo pasa cuando la vienen a visitar los servicios sociales o incluso cuando sale a pasear al parque con sus hijos  y los demás padres miran con recelo a la extraña familia.

No es hasta que Hana toma la decisión de mudarse a una casa tranquila en el campo, lejos de la gente cuando por fin puede respirar aliviada y sus vidas se vuelven un poco más normales. Allí es donde Ame y Yuki crecen libremente sin el temor de que nadie hurgue en sus vidas, pero sobre todo donde decidirán qué camino escoger: si vivir como humanos o como lobos.

Me ha encantado la fuerza de voluntad de Hana y ese afán que tiene de superar cualquier obstáculo y seguir adelante por su familia. En más de una ocasión se me encogió el corazón al ver a la protagonista luchar tan desesperadamente por sus niños y lo difícil que le resulta al principio cuidar de sus niños lobo. Eso sí, siempre con una sonrisa en los labios. Confieso que he llorado varias veces con esta película. Es muy emotiva y te toca la fibra sensible en muchas escenas que hace que empatices con los personajes prácticamente desde el principio. Porque si bien es un drama familiar también tiene sus momentos de alegría y felicidad.

La película recuerda muchísimo a la filosofía de Studio Ghibli. Ese amor por la naturaleza y la conservación del medio ambiente queda muy patente en la historia y en los maravillosos paisajes naturales que van apareciendo cada vez que Ame hace sus incursiones por la montaña. Una delicia de película no sólo por presentarnos una historia tierna y emotiva, sino también por su espectacular animación que es un regalo para la vista y su estupenda banda sonora que nos va metiendo de lleno en este pequeño drama familiar.

 

Redacción: Mariona Rivas Vives

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