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Título: Los Mercenarios 3 (The Expendables 3)
Dirección: Patrick Hughes
Guión: Sylvester Stallone, Creighton Rothenberger y Katrin Benedikt (Personajes: Dave Callaham)
Reparto: Sylvester Stallone, Jason Statham, Jet Li, Dolph Lundgren, Terry Crews, Randy Couture, Arnold Schwarzenegger, Harrison Ford, Mel Gibson, Wesley Snipes, Antonio Banderas, Kellan Lutz, Ronda Rousey, Victor Ortiz, Kelsey Grammer, Glen Powell, Robert Davi
Duración: 123 minutos
Año: 2014
País: EE.UU.
Fotografía: Peter Menzies Jr.
Música: Brian Tyler
Género: Acción
Productora: Nu IMage / Millennium Films
Distribuidora: Universal Pictures Spain
Cuando Sylvester Stallone inicio la saga “Los Mercenarios”, las expectativas eran muy altas y estas se tradujeron en una buena acogida por parte del público con la primera entrega en 2010. Tras Rocky o Rambo, nuestro bien hallado Stallone se adaptaba como un guante a su nuevo retoño, en este caso un líder mercenario llamado Barney Ross, dos años después se estrenaba “Los Mercenarios 2” (2012). No se asumió ningún riesgo para la ocasión y se apostó por lo seguro, las escenas de acción frenéticas volvían a repetirse con incesantes tiroteos y peleas, cuando estas pasaban a segundo plano nos encontrábamos con un guión bastante pobre. La fórmula mágica del éxito se repetía con el principal aliciente de un reparto más abrumador si cabe que en la primera –solo faltaba Steven Seagal– y los fans no dudaron en repetir la experiencia acudiendo en masa a verla.
En “Los Mercenarios 3” (2014) dirigida por Patrick Hughes se repite por enésima vez la fórmula pero con interesantes mejoras que podrían diferenciarla del resto, esta vez se inicia igual que las anteriores, con una escena de acción apabullante en un convoy militar para rescatar a un desconcertante Doctor Muerte, Drummer, enviado desde las altas esferas, el cual se encarga de abastecer con misiones a ‘Los mercenarios’, una de ellas será capturar a StoneBanks, un señor de la guerra con un pasado misterioso. A partir de aquí las escenas de acción se intercalan con escenas más sosegadas para conocer mejor a los compañeros de batalla.
En estos momentos de calma veremos los remordimientos que carcomen a Barney (Stallone), que le obligaran a replantearse su forma de proceder en futuras misiones. El inexorable paso del tiempo juega en su contra, tanto es así que abandonar el negocio y jubilarse pasará por su cabeza. Las muertes sobre su espalda se acumulan y hay miedo por perder a sus amigos que anteriormente no eran más que simples peones en la sombra para el gobierno, todo esto lleva una gran responsabilidad que en un Barney mas humanizado supondrá tomar decisiones complicadas que afectaran al resto del grupo.
Barney tras una misión nefasta se encontrara con Trench (Schwarzenegger), ya retirado, quien le abrirá los ojos y ya de paso será el detonante para comprender mejor al líder mercenario. Muchos han perecido en combate desde su última aventura y Barney Ross (Stallone) se enfrentara al más que consabido dilema de apostar por la veteranía o reclutar a un nuevo grupo de jóvenes mercenarios con la ayuda de Bonaparte (Kelsey Grammer), entre ese grupo novato nos encontraremos con Glen Powell, Víctor Ortiz, Kellan Lutz (“Hércules: el origen de la leyenda”) o el debut cinematográfico de la luchadora profesional Ronda Rousey entre otros.
Tiene gracia que entre estos jóvenes se introduzca la figura de un hacker en una saga donde se aboga por los disparos, el cuerpo a cuerpo y las explosiones a raudales. Este aliciente tecnológico en una película tan ochentera dará pie a un conflicto generacional bastante original. Mientras en el grupo de veteranos tendremos a Jason Statham, que sigue en su salsa, junto a Dolph Lundgren y Randy Couturea, sus personajes no aportaran mucho fuera de los conflictos bélicos en los que se involucran.
En cuanto a las nuevas incorporaciones de los actores más consagrados tenemos a un Wesley Snipes totalmente reinsertado en la sociedad; Galgo, con unas raíces españolas muy inculcadas, interpretado por Antonio Banderas, será el personaje con el conectaremos mejor por su empatía. También tendremos a Mel Gibson que aportara seriedad al film interpretando un traficante de armas falto de sentimientos que aunque esté un poco desaprovechado tendrá alguno de los diálogos más inspirados en un guión bastante pobre ya de por sí. Harrison Ford un poco desmejorado tendrá algunos diálogos con Stallone bastante desternillantes. Incluso veremos a Robert Davi en un pequeño papel sorprendente.
Se agradece que se corrijan algunas cosas con respecto a “Los Mercenarios 2” (2012), el reparto ha menguado para apostar más por lo que se tiene, se profundiza en Barney Ross y coquetea entre el carácter gamberro y desenfadado de la saga con momentos más serios, aunque estos últimos no sean su fuerte.
No estamos ante una gran película, ese no es su cometido, hay que tomársela como lo que es, un blockbuster homenaje al género de los 80’s con cameos de rostros conocidos. Entretenida, ya que se ríe de sí misma, cachonda por momentos, con esas escenas de acción muy ochenteras donde los protagonistas mataban cantidades ingentes de soldados a lo Chuck Norris. No hay tramas complejas ni personajes elaborados, olvidarlo, su fórmula se basa en la Coca-Cola, ves el logotipo, te compras la lata y después la consumes. ¿Más películas?: la taquilla lo dirá.
Lo mejor: Las auto-parodias de Snipes y Banderas. Lo peor: Las coreografías de las escenas de acción.
Crítica: Iván Heral
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