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Ficha técnica | Título: It Follows. Director: David Robert Mitchell. Guión: David Robert Mitchell. Reparto: Maika Monroe, Keir Gilchrist, Daniel Zovatto, Jake Weary, Olivia Luccardi, Lili Sepe, Linda Boston. Duración: 100 minutos. Año: 2014. País: EE.UU.. Música: Disasterpeace. Fotografía: Michael Gioulakis. Productora: Northern Lights Films, Animal Kingdom, Two Flints. Distribuidora: Surtsey Films.
David Robert Mitchell, admirador del cine de terror, nos trae a la pantalla grande uno de sus temores de cuando era niño: el ser perseguido… aunque este temor lo podemos trasladar a cualquier espectador, porque ¿quién no ha sentido alguna vez que le perseguían? Sí, aunque a veces sea sólo sugestión, esta idea puede ser aterradora.
Jay (Maika Monroe), es una joven de 19 años, que tras su primer encuentro sexual, aparentemente inocente, pero en verdad es una artimaña del novio para ahuyentar una serie de espíritus que le acosan. La reticencia de ella se verá superada cuando empieza a tener visiones horribles sobre alguien siguiéndola. A partir de ahí, tendrá que lidiar con esas visiones, aunque no estará sola en la aventura.
Siendo del todo sincera, cuando leí algunas de las sinopsis que hay por ciertas webs de cine, parecía una tomadura de pelo, pero esta es de esas películas que más que ir “picoteando” tienes que verla, es de desengañarse por ti mismo… cosa que es aplicable a todo lo audiovisual, por cierto.
Cuando comencé a ver la película, con cierta actitud desafiante, para que negarlo, me acordé directamente de “Ringu”, aquella película de terror japonés de Hideo Nakata, que todos conocemos por su remake americano “The Ring”, protagonizado por Naomi Watts y dirigido por Gore Verbinski, pues sí, me dije: “Anda, en vez de hacer una copia de la cinta aquí se echa un polvo”, pero muy lejos de mis pensamientos iniciales está “It Follows”, una película de terror sugestivo que juega más con la atmósfera que con el susto en sí.
La película se podría definir así, un grupo de personas, personajes, los pones en cierta situación estrambótica y a ver cómo os defendéis con las cartas que os han dado… todo ello sin la menor presencia de un adulto. Aquí encontraremos a la “scream queen” –no estoy hablando de la serie que emitirá Fox–, la protagonista que grita porque es la que se enfrenta verdaderamente a la situación, es decir Maika Monroe, un papel vulnerable pero a la vez fuerte y algo histérico, de ahí el apodo.
Luego tenemos al amigo, llamémosle Keir Gilchrist, que en realidad está perdidamente enamorado de la chica y hará lo que esté en su mano para salvarla; también tenemos el o la escéptica del grupo, que sin ánimo de spoilear, todos sabemos cómo se trata a estos personajes, en nuestro caso es David Zovatto y por último un par de amigas, más o menos imprescindibles, aquí tenemos a su hermana, Lili Sepe, y a una amiga, Olivia Luccardi.
El director David Robert Mitchell y el director de fotografía Mike Gioulakis, lo hacen muy bien, ya que al principio nos muestran lo que puede ser un slasher, a través de un plano-secuencia con giros de 360º y zooms… y una muerte inicial, pero muy lejos de la realidad, ya que en la siguientes escenas vemos a una adolescente en plan romántico, pero el desarrollo de los acontecimientos es totalmente diferente. La explicación, la cámara y la trama nos adentra en la atmósfera onírica de Mitchell, donde poco a poco acabaremos viendo, por la forma de encuadre de la cámara, sugestión y acabarás buscando a los “perseguidores” en pantalla.
La verdad es que dentro de que no es una película de susto al uso, es una película sugestiva que se deja ver muy bien, sobre todo si entras al trapo. Son 100 minutos que no se te hacen largos, tenemos a unos protagonistas entregados, sobre todo Maika Monroe, que veníamos de verla en pequeños papeles como “Una vida en tres días” (2013) o “The Guest” (2014). Los demás para mi son prácticamente desconocidos salvo Keir Gilchrist que lo había visto en “Una historia casi divertida” (2010) o en la serie ‘United States of Tara’ (2009-11).
En resumen, una 2ª película muy decente de David Robert Mitchell, con complejos plano-secuencia muy trabajados, con una música que acrecienta esa atmósfera sugestiva, una iluminación natural, vamos que está todo muy bien pensado. Para mí la película es de 7 y además es recomendable, ya que dentro del género de terror, es de las “altas esferas”.
Crítica: María José Díaz-Maroto
