“Princesa” (Han Gong-ju), de Lee Su-jin. Sensibilidad y crudeza en esta magistral crítica social

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Título: Princesa (Han Gong-ju)

Director: Lee Su-jin

Guion: Lee Su-jin

Reparto: Chun Woo-Hee, Jung In-Sun, Lee Young-Ran, Kim So-Young

Duración: 119 min.

Año: 2013

País: Corea del Sur

Música: Kim Tae-Sung

Género: Drama

Distribución en España: Mediatres Estudio

Sinopsis: Han Gong-ju (Chun Woo-hee) es una joven estudiante obligada a abandonar su escuela tras un misterioso incidente del que todo el mundo la señala como culpable. Con sus padres ilocalizables, es llevada a un pequeño pueblo donde se queda a vivir con la madre de uno de sus profesores. Poco a poco irá acostumbrándose a su nueva vida y haciendo nuevos amigos, entre ellos Eun-hee, una divertida compañera de clase que la empujará a unirse a su grupo de música. Pero el pasado que Han Gong-ju ha dejado atrás pronto volverá para atormentarla.

 

 

Princesa (Han Gong-ju) es la última apuesta de la distribuidora Mediatres Estudio de cine asiático en nuestro país. Desde el primer momento ha tenido una muy buena acogida a nivel internacional. Su paso por los festivales más importantes le ha permitido ganar numerosos galardones, entre los cuales cabe destacar el Premio del Público en Busan (2013), Gran Premio del Jurado en Marraquech (2013), Premio del Jurado en Rotterdam (2014), en el Festival de Deauville 2014 se alzó con el Gran Premio del Jurado, el Premio de la Crítica y el Premio del Público a la Mejor Película, y en la Sección Nuevas Visiones del Festival de Sitges 2014 obtuvo el Premio a Mejor Película. El prestigio de la cinta con la que debuta Lee Su-jin no ha hecho más que aumentar, logrando la admiración tanto del público como de la crítica por la fascinación que suscita. Y no es para menos, ya que la opera prima de este director surcoreano bien merece todos los reconocimientos.

 

 
La película nos presenta a Han Gong-ju, una adolescente que ha pasado por una experiencia terrible y que por ello debe cambiar de instituto y empezar de cero en otro sitio, lejos de su entorno. Si bien la película no nos muestra en un principio de qué debe huir y qué le ha sucedido a la joven, el espectador va haciéndose una idea de las dimensiones de los sucesos por los flashbacks que van apareciendo a lo largo de la película desvelando poco a poco el traumático pasado de la protagonista.

Pero no todo es tristeza y tragedia. En su nuevo instituto, Han Gong-ju, a pesar de mostrarse distante y difícil con los demás, poco a poco irá adaptándose a su nuevo entorno gracias a la ayuda de su nueva amiga Eun-hee, que no se rendirá tan fácilmente ante la personalidad tan complicada de Gong-ju. Con su nueva amiga, las sesiones de música y canto del instituto, las clases de natación y el cariño que le muestra la señora Cho (la madre del profesor de su antiguo instituto que la ayuda a trasladarse a un nuevo lugar), las heridas emocionales de Gong-ju no se curan pero sí que empiezan a dolerle un poco menos. Hasta que el pasado vuelve a irrumpir en la nueva vida de la joven para recordarle una vez más ese dolor que con tanto esfuerzo está intentando olvidar.

Profundizando más en los sentimientos y el desgarro interior que sufre la protagonista que en los hechos en sí mismos que la conducen a ese “destierro”, Lee Su-jin hace una dura crítica a una sociedad moderna pero hipócrita y machista como otras tantas que hay. Aquí la víctima en potencia es la misma Gong-ju, pero no siempre la sociedad se pone de parte de las víctimas y en esta historia en concreto –una historia que desgraciadamente está basada en un hecho real– todos la tratan como si en verdad fuera ella la única culpable, condenándola al ostracismo y obligándola a marchar a otro lugar.

El desenlace de la historia es sobrecogedor, de esos que deja al espectador con el corazón encogido. Nos muestra ese final que no deseas por nada del mundo que ocurra pero que, al ver cómo se van desarrollando los acontecimientos, uno se acaba por imaginar. La escena final del film es el golpe definitivo sobre nuestras conciencias: el momento en que Gong-ju, ya hundida por sentirse abandonada por todos, opta por imitar a Hwa-ok, su querida amiga del otro instituto. Pero a pesar de esa última escena, uno se aferra a la esperanza y a esa fe en que Gong-ju, gracias a sus clases de natación, pueda conseguir nadar esos veinticinco metros a los que tan desesperadamente se aferraba cuando estaba aprendiendo a nadar y volver a emerger del dolor y el sufrimiento una vez más para empezar de cero como una auténtica superviviente. Como una princesa.

Una excelente película que, a pesar de tratar un tema delicado y duro, demuestra una gran sensibilidad. Toda una lección de humanidad que golpea en la conciencia del espectador y señala con el dedo la hipocresía de la sociedad. La actriz Chun Woo-hee –a quien ya hemos visto en Mother (2009), de Bong Joon-ho– hace una magnífica interpretación dando vida a Gong-ju, un papel para nada sencillo pero que gracias al talento que demuestra en la película consigue transmitir al espectador la soledad y la tristeza que siente su personaje. Sencillamente brillante, una obra exquisita dotada de gran sentimiento que invita a la reflexión. Princesa es de esas películas imprescindibles que no se deben dejar pasar.

Si no habéis tenido oportunidad de verla en el cine, el próximo 3 de junio estará disponible en DVD y Blu-Ray.

 

Tráiler en español


 

 

Redacción: Mariona Rivas Vives

Fotografías: Mediatres Estudio

Sobre Iona Rivas Vives