Las Siete Cumbres de Junko

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Junko Tabei

El alpinismo es un deporte relativamente moderno y siempre se ha considerado una práctica más de hombres que de mujeres por el esfuerzo físico que se requiere para alcanzar las cimas. Hoy en día este prejuicio está quedándose atrás en el tiempo gracias a esas mujeres valientes y luchadoras que han conseguido –y siguen consiguiendo- llegar hasta las cumbres más altas superando todo tipo de adversidades: desde temperaturas gélidas y avalanchas hasta el miedo a la montaña y esos prejuicios que de vez en cuando siguen asomándose.

Junko Tabei es una de estas valientes alpinistas que coronó un gran triunfo: en 1992 pasó a la historia por ser la primera mujer en coronar las Siete Cumbres, es decir, los siete picos más altos de los siete continentes.

Esta nipona nació un 22 de septiembre de 1939 en la prefectura de Fukushima, en la isla de Honshu. Su afición por escalar montañas comenzó a los 10 años cuando escaló el monte Nasu (un volcán del norte de Tokio) con un profesor. Esta experiencia le cambió la vida para siempre. Ya en la universidad, mientras estudiaba Literatura inglesa y americana, se unió al Club de Montaña y más adelante compaginó su trabajo de editora con su afición, fundando en 1969 el Club de Montaña para Mujeres de Japón. Junko disfrutó de esta práctica junto a su marido, ascendió el monte Fuji y algunas de las montañas más altas de su país, escalando también algunos montes de los Alpes Suizos.  Todas estas proezas convirtieron a esta japonesa en una de las mejores escaladoras del mundo.

Pero lo mejor estaba por venir. El periódico japonés Yomiuri Shimbun y la Televisión Japonesa decidieron enviar un equipo compuesto de 15 mujeres –entre ellas estaba seleccionada Junko- a Nepal con el objetivo de coronar la cima del Everest. Tras un durísimo entrenamiento, en 1975 dicha expedición partió a Katmandú, contrató a nueve sherpas y, siguiendo la misma ruta que empelaron Edmund Hillary y Tenzing Norgay en 1953, Junko consiguió coronar “el techo del mundo” junto con el guía Ang Tsering un 16 de Mayo de 1975, convirtiéndose así en la primera mujer que escalaba el Everest. Durante el descenso, cuando acamparon, una avalancha los sorprendió y los sepultó a todos. Pero por fortuna, el equipo fue rescatado por los sherpas y esa temible avalancha quedó en un susto.

Después de superar este gran reto, Junko abandonó el alpinismo por unos años para dedicarse enteramente a su familia. Pero en 1981, siguiendo su espíritu aventurero, retomó su afición para seguir escalando cimas y triunfos: escaló el Shisha Pangma (en el Tibet), en 1983 el Jitchudrake (en Bután), en 1985 el pico Ismail Samani (en la cordillera del Pamir, entre Tayikistán y China). Y así, entre cima y cima, consiguió completar en 1992 el proyecto de coronar las Siete Cumbres o los siete picos más altos del mundo, gran hazaña que la convirtió en la primera mujer en lograrlo.

Pero aún hay más. En 1996 volvió al Himalaya para escalar el Cho Oyu, justamente dos días antes de cumplir 57 años. Y una vez más Junko consiguió otra hazaña, y esta vez con igual mérito: ser la mujer con más edad en ascender un pico de más de ocho mil metros.

Actualmente Junko Tabei es presidenta de la Fundación de la Aventura de Japón, una organización que se dedica a proteger el medio ambiente de la montaña. Es directora de las Casas Nacionales de Juventud y de la Asociación de Trecking de Japón y también colabora en la organización Himalaya Adverture Trust, fundada por Edmund P. Hillary. En cuanto a su afición, sigue retándose día a día escalando montañas. Uno de sus planes consiste en visitar el pico más alto de cada país. Ya estuvo en España escalando el Teide en 2005 (a la edad de 66 años) y otros muchos picos la están esperando impacientes a ser coronados por esta intrépida mujer.

Esta es una de las muchas hazañas femeninas que se han conseguido en el mundo del alpinismo, haciendo que los prejuicios quedaran a un lado y demostrar al mundo –y sobre todo a los hombres- que las mujeres son más que guerreras y que también pueden llegar hasta lo más alto, literalmente hablando. Y más mujeres pioneras llegarán y conseguirán alcanzar y superar más retos, y no sólo en el alpinismo sino en cualquier otro campo. Para estar orgullosas de pertenecer al género femenino.

Redacción: Mariona Rivas Vives