León Benavente es lo que podríamos entender como un supergrupo a la española. Los supergrupos foráneos están conformados por superestrellas provenientes de diferentes formaciones que aprovechan parones con su proyecto matriz para marcarse un álbum con un regusto diferente a lo que están acostumbrados a hacer. O simplemente por una mera demostración de fuerza. Atoms for peace es un supergrupo internacional. The Dead Weather también. Pero en España, conformar un supergrupo posee otros matices. Es la reunión de artistas con el culo pelado, currantes que se han recorrido en furgoneta la geografía española, que tienen callo sobre las tablas y que se embarcan en una nueva aventura conscientes de la dificultad de semejante empresa.
Luis Rodríguez (guitarra), Abraham Boba (voz y teclados), Edu Baos (bajo) y César Verdú (batería) son viejos conocidos de la escena independiente patria. Provenientes algunos de la órbita del omnipresente Nacho Vegas, pero también de formaciones que tuvieron sus quince minutos de fama como Tachenko o Schwartz.
Su disco homónimo de debut ofrece diez temas que giran en torno a lo soberbio de sus letras. Sin ningunear la perfecta ejecución de las melodías, con líneas de bajo reveladoras, teclados que ponen la guinda exótica a riffs de guitarra de crudeza sostenida (en temas como La palabra), sin hacer ascos al efectivo estilo de Boba al micrófono (con el efecto de voces dobladas que se perpetúa a lo largo de todas las canciones). Hace tiempo que por estos lares no escuchábamos letras tan reveladoras, tan concisas, alejándose del sempiterno “ya no me quiere” o las letras ñoñas para centrarse en las preocupaciones de la actualidad de un mundo podrido. Es un puñetazo contra el sistema, contra el conformismo. Una auténtica píldora punk, un bofetón contra el ensimismamiento. Un grito en el que no se necesita levantar la voz. Las ruinas o Las hienas son los ejemplos más paradigmáticos de este desencanto.
No sabemos si este trabajo se quedará en el imaginario colectivo como un experimento que no tuvo mayor repercusión, o si los integrantes de la banda continuarán con sus proyectos principales. Sería una auténtica lástima haber creado un disco redondo y caer en el olvido. En nuestras manos está evitarlo.
Crítica: Chris Val
