El Rey sigue vivo 35 años después de su muerte

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Muchas han sido las leyendas que se han contado, como que Elvis en realidad se retiró de las masas fingiendo su muerte. Otros que el Elvis de los últimos tiempos ya no era él, sino un doble. Otros aseguran que le han visto tiempo después de que le declarara muerto. Puede que el Rey no debiera morir, en eso estamos todos de acuerdo. No debería de haber muerto nunca.

Cantante y actor, el Rey del Rock&Roll. Protagonizó el primer concierto teletransmitido en 1973. Interpretaba blues, country, gospel, rockabilly… Su registro no tenía límites. Con esa inusual y versátil voz, a la que calificaban entre tenor y barítono, fue toda una revolución musical y mediática. Cuando Elvis entraba en cualquier sitio, no se podía apartar la vista de él, según comentan los que tuvieron la suerte de conocerle. Tampoco su simpatía y su gran atractivo pasaban desapercibidos.

Y aunque han sido muchos los que han querido imitarle a lo largo de estos años, su estilo de pantalones ajustados, tupé y movimientos de cadera (llegando incluso a prohibirse) son imposibles de igualar.

Algunas de sus más famosos temas son Love me tender, Are you lonesome tonight?, Suspicious mind, Jailhouse Rock, Heartbreak Hotel, Can’t help falling in love, Blue suede shoes o Always on my mind. Solamente EEUU y Canadá (aunque esta última sólo en tres ocasiones) vieron en concierto al Rey, ya que su manager creía que en el extranjero no había medidas de seguridad suficientes ni salas adecuadas para un cantante de la talla de Elvis.

Y aún con los problemas que tuvo con ciertos medicamentos que no lo eran tanto o con su deterioro en los últimos tiempos, Elvis seguía siendo el más grande. Porque alguien así es irrepetible e irremplazable. Porque cuando los afroamericanos no se creen que un blanco pueda cantar así, cuando hasta los grandes entre los grandes le tenían cierta dosis de envidia, cuando el mundo consigue tener aunque brevemente a alguien de su talla, rompe el molde para siempre.

Te extrañamos, Elvis. Más de lo que tú nunca hubieras imaginado.

Redacción: Beatriz Ibán Diezhandino