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El miércoles 5 de noviembre se presentó, en La Central de Callao en Madrid, la nueva novela de Leonor Recondo, Pietra Viva, que contó la aceptación del numeroso público.
La autora, que trató siempre de hablar en castellano, mantuvo un diálogo con la editora Valeria Bergalli que la acompañó en la mesa. Alabó esta última la gran belleza, calidad y madurez en la escritura de Recondo, algo que llama la atención por su juventud.
Leonor Recondo, francesa de origen español (sus abuelos fueron exiliados vascos), además de escritora, es violinista barroca. Nace en una familia de artistas y encontró con facilidad su camino ya que en un ambiente donde la belleza era una forma de vida. La escritura siempre estuvo ahí. Es una gran lectora, los libros para ella eran un viaje, una inspiración. Cuando eligió el violín, eligió también un camino nómada que nada tiene que ver con la obligación y el exilio que vivieron sus abuelos. Se puede escribir en cualquier lugar.
Pietra Viva no es una novela histórica ni biográfica, a pesar de narrar un determinado momento en la vida del escultor Michelangelo. Se trata, nos aclaró, de una obra de reflexión sobre la creación artística y el dolor por conseguir la belleza. En la historia también tiene un gran peso el entorno: paisaje de montaña verde, naturaleza muy densa y, sobre todo, el blanco del mármol. Se desarrolla en 1505; Michelangelo es un artista reconocido que, cumpliendo un encargo del Papa Julio II, se traslada hasta Carrara para escoger la materia prima de su obra. Seis meses de la historia del artista en ese pueblo de la Toscana: ciertos hechos son totalmente reales a pesar del vacío que sobre él hay en ese tiempo.
Pietra Viva ha sido publicada en España y Francia, en ambas versiones; la autora ha querido que los nombres de los personajes se mantengan en italiano, no obstante por respeto al país donde se desarrolla la trama. Leonor Recondo reflexionó de forma brillante respecto al camino del arte. Lo relaciona con ciertas ausencias, abandono, dolor. Refleja un medio que ayuda a transfigurar las emociones. Como narradora también la mueve el ritmo, la luz, la armonía; implican mas cimientos que puentes en el proceso previo a escribir un texto del que, confiesa, elimina más que añade, pues es firme defensora de que los detalles no importan salvo que sean determinantes para la narración. En su novela, añadió, los sentidos son muy importantes ya que la memoria vuelve a través de ellos.
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