Catharsis, un pequeño local situado en el mismísimo centro de Madrid, se llenó el pasado sábado 21 de septiembre con el talento y el singular punto de vista de dos artistas, en apariencia opuestos, pero con una misma visión del arte y su capacidad de expresión: el pintor Carlo Cuñado y la fotógrafa Irene Morán, reunidos gracias al trabajo de la Estación Central. Junto a ellos, toda una serie de colaboradores que hicieron que el espacio de Catharsis se convirtiera no solo en una manifestación de arte, sino en un punto de encuentro de músicos, poetas e incluso dj’s.
Ese día, los chicos de La Estación Central se trasladaron al espacio de ideas Catharsis –mezcla de local y sala de exposiciones, incluso con una sala privada a modo de backstage para los artistas que pasan por allí– para presentar la exposición conjunta de Carlo Cuñado, pintor figurativo de 24 años, e Irene Morán, fotógrafa documental, que presentaba una exposición mezcla de fotografía y pintura.
Irene Morán, cuyas fotografías se exhiben en la primera estancia del espacio de ideas Catharsis, nació en Madrid allá por el año 1980, trabajando desde el 2008 como fotógrafa freelance y desarrollando su propio trabajo personal, del que forma parte su serie Poemas, una mezcla de la fotografía de la propia Irene Morán y la pintura de José Luis Turina. En estas foto-pinturas, podemos asistir a una especie de fantasía real mezclada con leyendas escritas a lápiz bajo las imágenes, que nos ayudan a explicar una confusión visual propia de Alicia en el País de las Maravillas. “Lo que quería expresar con esta serie es cómo una mala foto se puede mezclar con algo diferente, que en este caso eran cuadros, y se puede convertir en muchas cosas”, explicaba Irene Morán a Pandora Magazine.
Según se avanzaba por el espacio de Catharsis, nos encontramos con la segunda estancia del local, una pequeña sala de exposiciones en la que aún hay sitio para un par de sillones y pufs; en el que los cuadros figurativos del pintor Carlo Cuñado acompañaron a otros colaboradores, invitados por el propio Cuñado, para dar vida y arropar la exposición: Marian Conde dio un pequeño concierto de flauta travesera mezclando composiciones clásicas y terminando con otras más modernas y tremendamente complicadas; Alba Ferrero recitó algunas de sus poesías, de estilo moderno y desgarrado; Guadalupe Baradé encantó al público de la exposición de Carlos Cuñado con varias covers a la guitarra y otra con un ukelele; y así un largo etcétera en el que vimos pasar por el espacio de ideas Catharsis a un grupo de rock, un dj e incluso una cantante de bossanova.
Las composiciones figurativas de Carlo Cuñado, coloridas y algunas con un ligero toque muy Bansky, destacan por haber sido pintadas exclusivamente con partes del cuerpo del artista, sin ayudarse de ningún otra herramienta como podrían ser los pinceles. También por sus títulos, algunos caracterizados por un tono revolucionario y de protesta. “Yo soy revolucionario hasta dormido. Esta injusticia es un absurdo (…) lo que hago es intentar dar más importancia al corazón que a la moneda, reivindicar un poquito lo más humano antes que lo material” nos contaba Carlo Cuñado.
En definitiva, se trató de una inauguración por todo lo alto, en la que ambos artistas pudieron no solo dar a conocer sus obras sino también conseguir vender algunas de ellas. Ningún amante del arte contemporáneo y emergente de Madrid debería perderse. Aún tenéis tiempo, ya que la exposición de Carlo Cuñado e Irene Morán en el espacio de ideas Catharsis continuará durante todo el mes (Lugar de exposición: Espacio de ideas Catharsis, c/ Valverde, 6, Madrid)
Durante esta noche tan especial e intensa también tuvimos tiempo de cruzar unas palabras con los artistas. Éste es el resultado de la entrevista a Carlo Cuñado e Irene Morán.
Pandora Magazine: ¿Cómo véis esta exposición en el espacio de ideas Catharsis? Estáis agusto con el resultado, qué es lo que sentís viendo vuestras creaciones aquí expuestas…
Carlo Cuñado: Sí, la verdad que estoy contento. Es difícil y duro organizarlo, en el último momento han fallado todas las cosas… bueno, en el penúltimo momento han fallado todas las cosas, en el último las hemos vuelto a reconstruir. Ha habido problemas con todos los artistas invitados, pero bueno, todo ha salido muy bien, la gente está muy contenta y sonríe, que es lo importante, así que yo no puedo pedir más.
PM: También hemos visto que todos tus cuadros están pintados con el cuerpo, ¿Cómo decidiste pintar con el cuerpo y no con el pincel?
CC: Bueno, yo en realidad llevo muy poquito tiempo en esto. Empecé a estudiar Comercio Internacional, no estaba relacionado con las artes, para nada. Pero todo esto estalló hace un año, en vez de acudir a un psicólogo, que dije “qué caro”, pues voy a ver si soy autodidacta. Empecé a hacer fotografías, a pintar, a escribir… Todo partió de un sueño, en el que soñaba que pintaba. Me desperté, intenté dibujar y fue una catástrofe. Sé dibujar con colores, con formas… hay muchas formas de dibujar. Y lo que caracteriza a mi pintura es que todas están pintadas con el cuerpo. En vez de utilizar el pincel, lo abandono para otra época o para otros artistas, yo me dedico a pintar con el cuerpo, porque es más expresivo para mí.
PM: Hemos visto que tus cuadros tienen quizá un cierto mensaje de protesta, sobre todo en los títulos, mencionando al capitalismo, por ejemplo, ¿Hasta qué punto esta observación es verdad?
CC: Sí, sí, sí, es más verdad aun de lo que te piensas. Yo soy revolucionario hasta dormido.
PM: ¿Antisistema, quizá?
CC: Bueno, si antisistema es estar en contra de lo que hay, por supuesto, soy antisistema. Esta injusticia es un absurdo y si ser antisistema es ser anti-absurdo, pues lo soy.
PM: ¿Es esto lo que pretendías expresar con tu obra? ¿Hay algún tema que una la exposición aparte de esta protesta?
CC: Pues intentar dar más importancia al corazón que a la moneda. Reivindicar un poquito lo más humano, lo más simple, antes que lo material.
Irene Morán: Yo, en realidad soy fotógrafa documental que es lo que me gusta; pero hace un año y medio que me monté una mini empresa y básicamente lo que quería era recuperar casi el concepto del álbum familiar, que se está perdiendo. Todo el mundo tiene fotos a patadas de todos los momentos de la vida, y han dejado de tener la importancia que tenían. Antes eran “las fotos de la comunión”, o “las fotos del bautizo”, “la playa”, un día, o las vacaciones… y ahora tienes fotos de “estoy tomando una caña con amigos”, y las tratas exactamente igual que las de tu sobrino que acaba de nacer. Y entonces la idea era un poco que la gente le dieran la importancia que tienen, que a pesar de estar en un móvil se pueden poner en papel, o fotos viejas se pueden escanear y ponerlas en papel. Lo que quería cuando hice esta serie, que fue la primera que hice para asentar la empresa, digamos. Era decir, bueno, una foto mala se puede mezclar con algo diferente, que en este caso son cuadros, y se puede convertir en otra cosa, en muchas fotos que están hechas con cámaras de teléfono, horrorosas, hay otras que son negativos viejos escaneados y montados con otra cosa. Y lo que pasa es que a mí el corazón me puede, pero de otra manera.
PM: Entonces, en cierto sentido quizá esta exposición conjunta está unida por lo sentimental, se le da más importancia al corazón.
IM: Lo mío es más romántico (risas)
CC: Lo mío es más revolucionario, sí.
IM: En mi caso, cada imagen viene acompañada de un texto que quería contar algo con esa foto, cada una de ellas tiene un sentido especial para mí, de la misma foto que tú haces con el móvil en un momento y que no vale para nada, para ti en ese momento ha sido importante. Y entonces es una forma de revalorizarlas.
Muchas gracias a Carlo e Irene por su tiempo y su magnífica exposición, y a La Estación Central por darnos la oportunidad de asistir a la misma.
Redacción: Elena Rosillo
Fotografía: La Estación Central y Catharsis
Publicidad
