Es un personaje mitológico catalán, que puede traducirse como «tronco de Navidad». También llamado «tronc», o «soca». Se celebra en la provincia de Cataluña y algunas ciudades de Aragón.
Se trata de un tronco de madera que presenta su cara pintada, con una cara sonriente y dos patas en su parte delantera, en ocasiones porta la «barretina», el sombrero típico de Cataluña. A principios de diciembre, a partir del día 8, se coloca en un lugar preferente de la casa, y los niños deben alimentarle todos los días por la noche, normalmente se tapa con una manta por la noche para que no pase frío.
El día 24 de diciembre por la noche después de cenar, o el día de Navidad, a cada niño se le entrega un bastón con el que empieza a golpear el tronco, mientras canta en catalán, una canción de la que existen diversas variantes, una de ellas es ésta:
“Tronco, tronco de Navidad, caga almendras y turrón.
No cagues arenques, que son salados, caga turrones, que están muy buenos.
Caga almendras y turrón, si no quieres cagar, te daré un golpe de bastón”
Al terminar la canción, los niños levantan la manta, y ven los regalos que ha «cagado» el tronco. Cuando tras levantar la manta se halle una cebolla, una patata o similar, significa que el tronco no dará más regalos, debiendo descansar hasta el año próximo.
El Tió de Nadal nunca «expulsa» regalos grandes, éstos se reservan para los Reyes Magos o Papá Noel, sino gominolas, barquillos y turrones para los niños.
Redacción: Begoña Rodríguez
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