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Título: Welcome to New York
Director: Abel Ferrara
Guión: Abel Ferrara, Christ Zois
Reparto: Gérard Depardieu, Jacqueline Bisset, Eddy Challita, John Patrick Barry, Drena De Niro, Amy Ferguson, Paul Calderon, Ronald Guttman, Anh Duong, Anna Lakomy
Duración: 124 minutos
Año: 2014
País: EE.UU.
Fotografía: Ken Kelsch
Género: Drama, basada en hechos reales
Productora: Wild Bunch / Forbes / Belladonna Productions
Distribuidora: Vértigo Films
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El señor Devereaux es un hombre poderoso. Un hombre que podría llegar a presidente. Sueño para el cual su mujer se esfuerza día a día. Sin embargo, su irrefrenable deseo sexual acaba con todo esto cuando es denunciado por una supuesta violación.
La película da comienzo con un aviso, para que lo tengamos presente. Estamos ante un largometraje basado en hechos reales, pero con personajes ficticios. De hecho, la película se mete más en el personaje en sí que en el proceso judicial por el que este pasa y del cual no sabemos la verdad. Dicho esto, hablemos de la película.
Abel Ferrara crea unos personajes muy sólidos y con un carácter muy marcado. El señor Devereaux posee una personalidad arrolladora, un tanto siniestra. Sus actos son tan naturales, que dejan un mal sabor de boca.
Desde el inicio de la cinta, hasta que tiene lugar la escena que lo desencadena todo, se nos muestra el día a día de este personaje, el cual cumple su fama de mujeriego con creces.
Abel Ferrara no ha tenido reparos a la hora de mostrar desnudos y erotismo. Los primeros minutos están plagados de estos. Estos nos dejan una imagen explícita de la forma de ser de Devereaux, de su instinto animal que no puede dejar de sentir. Según transcurren los minutos, nos da la sensación de que este es el único sentimiento que puede presentar. Ni culpabilidad ante sus actos, ni miedo ante el futuro. Nada. El señor Devereaux es un hombre espeluznante.
Gérard Depardieu, del cual escuchamos unas palabras al inicio de la cinta, demuestra una vez más su potencial como actor. En este pequeño discurso afirma sentirse bien interpretando a personajes “malvados” puesto que, mientras el espectador llora él puede reír por dentro. Y casi nos hace llorar de la impotencia ante los actos de su personaje. Realmente magnífico.
Jacqueline Bisset también tiene en su poder un personaje con fuerza. Simone es una mujer luchadora, la que sostiene la imagen de su marido en la sombra. Y esto de descubre después del accidente.
Ferrara le da mucha importancia a las conversaciones, en especial a las conversaciones de esta pareja. Esa charla que mantienen después de la sentencia es muy rica en contenido. Ambos se lucen más que nunca en una discusión que nos deja hasta mal cuerpo. Esta importancia se ve también en el monólogo de Depardieu en el que su personaje lanza una serie de reflexiones sobre sí mismo que nos despedazan aún más esa faceta de mujeriego racionalizando sus actos.
Como punto negativo he de decir que se hace algo pesada por esas conversaciones tan sustanciales y su ritmo. En definitiva, es un intento de explorar la mente de un hombre que no puede librarse de su adicción. Algo pesada, pero no deja de ser interesante.
Crítica: Jennifer Mosquera
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