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Título: Transformes : La Era de la Extinción (Transformers: Age of Extinction)
Director: Michael Bay
Guión: Ehren Kruger
Reparto: Mark Wahlberg, Stanley Tucci, Kelsey Grammer, Nicola Peltz, Jack Reynor, Titus Welliver, Sophia Myles, Bingbing Li, T.J. Miller, James Bachman
Duración: 165 minutos
Año: 2014
País: EE.UU, China
Música: Steve Jablonsky
Fotografía: Amir Mokri
Género: Acción, Aventura, Ciencia Ficción
Productora:Paramount Pictures / Hasbro / Di Bonaventura Pictures / Tom DeSanto/Don Murphy Production / Ian Bryce Productions
Distribuidora: Paramount Pictures
Es la cuarta película de la saga “Transformers” y la cuarta bajo las órdenes de Michael Bay. El director y productor estadounidense quería conseguir una película más fresca y novedosa a través de un cambio en la dirección de la historia. Un cambio que estaba encabezado por el relevo de los personajes protagonistas y el consiguiente lavado de cara del reparto. El más llamativo, Mark Wahlberg por Shia LaBeouf. Y parece que con “Transformes: La Era de la Extinción” se volverá a poner un punto y seguido a la saga, ya que la quinta película se encuentra en fase de pre-producción.
La historia se sitúa en Texas, cinco años después de la batalla de Chicago. Allí, Cade Yeager (Mark Wahlberg), un inventor viudo que vive con su hija adolescente Tessa (Nicola Peltz), se dedica junto a su socio Lucas (T.J. Miller) a buscar algún tesoro entre la chatarra que le salve de los problemas económicos que atraviesa y, de esta manera, poder conservar su casa. Mientras, una unidad especial de la CIA, llamada “Cementery Wind”, se dedica en secreto a la búsqueda y destrucción de los Autobots y Decepticons que aún quedan escondidos.
La película se construye sobre ruido, explosiones, peleas y caos. Todo en exceso. Las distintas tramas se presentan y se acoplan unas con otras sin rastro de un hilo conductor medianamente definido. La fórmula de que más es más, y todavía un poco más, no sólo no funciona, sino que llega a agotar y a querer darle al stop en muchos momentos.
Los personajes parecen estar diseñados con tiralíneas, hasta el punto de que la relación padre-hija-novio es calcada a la de “Armageddon”(también dirigida por Bay). A pesar de sus esfuerzos, Mark Wahlberg no consigue convencer, y a Stanley Tucci no le ayuda ni un personaje tan pasado de vueltas, ni que éste aparezca tan tarde. Sin embardo, Kelsey Grammer, que está correcto, habría destacado más si hubiera tenido más escenas. Y Michael Bay se ha preocupado poco de dirigir a los actores, su preocupación ha sido destrozar todo lo que pudiese y más, y que todo ese destrozo sonara muy fuerte.
La planificación es caótica y repetitiva, pero hay que reconocer que visualmente el resultado es potente y logra esa espectacularidad que pretende desde que se presenta el prólogo.
Del guión de Ehren Kruger podría decirse lo mismo que de la planificación. Aunque pueda haber un esbozo básico de estructura, la causalidad entre secuencias se traduce en una unión casi con chinchetas, a la fuerza y porque sí. Con los diálogos rápidos que persiguen la risa fácil, volvemos a lo mismo, al exceso. Algunos funcionan, pero la mayoría se pierden. Para acabar por el final, al tercer acto le sobran minutos o peleas, o las dos cosas.
La conclusión después de esta cuarta entrega es que no hay nada nuevo que contar, que una quinta película no nos va a aportar nada. Pero al final, la fórmula de que más es más sí que da resultado, aunque sacrifique la historia por la taquilla. Y mientras sigan ingresando millones con la franquicia, seguiremos teniendo a los robots alienígenas en la pantalla.
Crítica: Verónica Ortego
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