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Título: The Invisible Woman
Director: Ralph Fiennes
Guión: Abi Morgan (Novela: Claire Tomalin)
Reparto: Ralph Fiennes, Felicity Jones, Michelle Fairley, Kristin Scott Thomas, Tom Hollander, Perdita Weeks, Tom Burke
Duración: 111 minutos
Año: 2013
País: Reino Unido
Música: Ilan Eshkeri
Fotografía: Rob Hardy
Género: Drama romántico
Productora: BBC Films / Headline Pictures / Magnolia Mae Films
Distribuidora: Sony Pictures Spain
La película narra la historia del romance que mantuvieron el escritor Charles Dickens y una joven, Nelly Ternan.
Esta película pasó de puntillas por los premios Oscar (siendo nominada en la categoría de Mejor vestuario) y, aunque en un principio me pareció injusto, porque apenas se había mostrado nada de ella… tras verla, puedo decir que es normal que haya sido un filme poco reconocido, a pesar de que pudo haber sido un gran drama romántico de época.
Del reparto no tengo ninguna queja, ya que absolutamente todos realizan un trabajo soberbio, especialmente la joven Felicity Jones. Con tan solo 30 años tiene películas a sus espalas como “Like Crazy” (2011) o “Breathe in” (2013), dos estupendos dramas en los que derrocha talento, al igual que en la película en cuestión. Ralph Fiennes y Kristin Scott Thomas vuelven a reunirse por tercera vez, y como buenos veteranos, no defraudan… Excepto en el caso de Ralph Fiennes en su labor como director.
Ralph Fiennes ya dirigió la teatral “Coriolanus”, que pasó discretamente por taquilla, algo que auguro también a “The Invisible Woman”. Con Fiennes en la dirección pasan dos cosas: tan pronto te parece que los planos son bellísimos como de repente puede descolocarte totalmente (no tanto como Oliver Dahan en “Grace of Monaco”, pero guardando cierta similitud de pedantería que no llega a cuajar). El guión no es una obra maestra, pero es de lo más rescatable de la película. La encargada de realizarlo fue Abi Morgan, responsable de títulos tan sugerentes como “Shame” (2011), “La dama de hierro” (2011) o la miniserie ‘Birdsong’ (2012).
La fotografía, que corre a cargo de Rob Hardy, es un desastre, y si en algo pudo llegar a sobresalir esta cinta fue en esta categoría. Los planos de la playa poseen una belleza muy similar a la que podemos encontrar quizás, en “El piano” (Jane Campion, 1993). No obstante, en las secuencias nocturnas, todo se vuelve excesivamente oscuro, confuso e incluso digamos que estéticamente feo. Ver un plano iluminado a la perfección y un contraplano con tanto grano que es imposible que hasta un espectador medio no se percate de ello y le llame la atención, es un error que debieron solventar, porque da la impresión incluso de que existe un problema de raccord.
La música es dulce, aunque pasa un poco desapercibida. Curiosamente el compositor trabajó ya con el director de fotografía en “Blitz” (2011).
El filme comienza bastante bien, y la primera hora se hace llevadera e incluso resulta interesante… sin embargo, la hora restante en mi caso fue imposible no mirar el reloj cada dos por tres: empezó a parecerme lenta y aburrida. No ocurría nada, la historia de amor dejó de parecerme creíble y pasó a ser detestable. Cuando terminó suspiré de alivio y me marché del cine bastante indignada; supongo que mis expectativas eran demasiado altas con respecto a esta película y el que me pareciese soporífera, sin sorpresas ni nada…
La puntúo con un 5 y no la recomendaría salvo a curiosos, gente con gusto por los dramas románticos lentos (muy lentos), en los que apenas pasa gran cosa, y el detalle de que esté basado en un pasaje de la vida del propio Charles Dickens.
Crítica: Esmeralda Cuevas
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