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Título: Need for Speed
Director: Scott Waugh
Guión: George Gatins, John Gatins, George Nolfi
Reparto: Aaron Paul, Dominic Cooper, Imogen Poots, Michael Keaton, Scott Mescudi, Dakota Johnson, Rami Malek, Nick Chinlund, Ramon Rodriguez, Kid Cudi, Han Soto, Carmela Zumbado
Duración: 130 minutos
Año: 2014
País: EE.UU.
Música: Nathan Furst
Fotografía: Shane Hurlbut
Género: Acción, automovilismo
Productora: Electronic Arts / DreamWorks SKG / Reliance Entertainment / Bandito Brothers
Distribuidora: DeAPlaneta
Tobey Marshall (Aaron Paul) es un mecánico que pilota muscle cars (coches clásicos de gran cilindrada) en un circuito callejero de carreras ilegales. Necesitado de medios para mantener a flote su taller familiar, acepta a regañadientes asociarse con el adinerado y arrogante ex-piloto de NASCAR Dino Brewster (Dominic Cooper). Pero justo cuando está a punto de salvar su taller mediante un gran trato con la vendedora de automóviles Julia Bonet (Imogen Poots), una desastrosa carrera permite a Dino meter a Tobey en la cárcel por un crimen que no ha cometido, lo que deja a Brewster libre para ampliar sus negocios hacia el oeste.
Dos años más tarde, Tobey sale de la cárcel dispuesto a vengarse, pero sabe que su única oportunidad para acabar con Dino es derrotarle en la arriesgada carrera conocida como De Leon, la Liga de Campeones de las carreras clandestinas. Sin embargo, para llegar allí a tiempo, Tobey deberá poner toda la carne en el asador en una frenética carrera de costa a costa en la que deberá dar esquinazo a la policía y lidiar con la exorbitante recompensa que Dino ha puesto por su coche. Con la ayuda de su leal equipo y de la sorprendente baza que resulta ser Julia, Tobey desafía el peligro en cada recodo para demostrar que incluso en el deslumbrante mundo de los supercoches exóticos, el que lleva las de perder también puede llegar primero.
Para disfrutar de una película como “Need for speed”, antes de entrar a la sala, tenemos que hacer un ejercicio de pacto mental entre espectador y creador. Es decir, hay que entrar dispuesto a creérselo todo. Es como cuando vamos a ver las sagas de “Star Wars” o de “El señor de los anillos”, realizamos un acuerdo interior en el que nos creemos ese mundo que sus creadores han imaginado para sus personajes. Todas las leyes de esos universos son creíbles porque vamos predispuestos a entrar en un mundo que no tiene nada que ver con la realidad que nos envuelve.
En esta adaptación del popular videojuego de coches, a pesar de estar ambientada en nuestro mundo real, tenemos y debemos hacer este trato porque si no es imposible disfrutarla. Todo es tan inverosímil y tan difícil de creer (y no me refiero a las espectaculares carreras, saltos, derrapes…). Un ejemplo: la policía, aparece cuando les da la gana. Cuesta, cuesta mucho de tragárselo todo pero si hacemos ese pacto de ‘me lo voy a creer todo’ la película se convierte en otra cosa, se transforma en una venganza de carreras imposibles protagonizada por el chulo más famoso y más bajito del momento, un Aaron Paul que es, sin lugar a dudas, lo mejor de la película. A partir de ahí y como diría el gran Jesee Pinkman: “Yeah bitch!” Bienvenidos al espectáculo.
La trama de la película es de manual. Si cogiéramos cualquier libro de cómo realizar guiones y analizáramos el filme, veríamos que sigue al dedillo cada uno de los pasos y los trucos para conseguir realizar una historia del viaje del héroe con venganza incluida de regalo.
Si nos olvidamos de buscarle la lógica se puede disfrutar con un enorme bol de palomitas y un buen refresco a mano. Y lo dicho, si quieres flipar un rato con un Jesse Pinkman (Aaron Paul) sobrio y más chulo que Mario Casas en “Tres metros sobre el cielo” (2010) o que James Dean en “Rebelde sin causa” (1955) esta es tu película.
Crítica: Antonio Garrido
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