El 29 de noviembre de 1981, nos despertábamos con la noticia de la trágica muerte, en lo que parecía ser un accidente marítimo, de la actriz Natalie Wood, a los 43 años. La intérprete de películas tan memorables como “Rebelde sin causa“, “Esplendor en la hierba” o “Amores de un extraño“, por las que recibió sendas nominaciones a los premios Oscar.
La actriz se encontraba a bordo del yate The Splendor, navegando por la costa de Los Ángeles, en compañía de su marido Robert Wagner y de un amigo común, Christopher Walken, ambos compañeros de profesión.
A medida que fueron pasaron las horas, se plantearon las dudas sobre las verdaderas causas de su muerte.
El pasado lunes, se hizo público un nuevo informe que matizaba las conclusiones obtenidas inicialmente:
“La ubicación de los cardenales, su número y la falta de un trauma craneal o facial apoya la teoría de que los moratones ocurrieron antes de su entrada en el agua.»
“Dado el número de preguntas sin respuestas y que las pruebas adicionales disponibles para su evaluación son limitadas, la opinión de la oficina del forense es que la causa de la muerte se debe dejar por determinar.»
Sin embargo, fuentes policiales confirmaron que su marido Robert Wagner no es considerado sospechoso.
El capitán del yate, Dennis Davern, escribió un libro llamado “ Goodbye Natalie, Goodbye Splendor” en el que planteaba sus dudas sobre la muerte de la actriz, llegando a afirmar que aquella noche antes de la desaparición, el matrimonio tuvo fuertes discusiones, aderezadas con grandes cantidades de alcohol. Posteriormente lo desmentiría afirmando que él también se encontraba bajo los efectos del alcohol y sus recuerdos eran difusos.
No obstante, el Agente que llevó el caso, mantuvo desde un primer momento que la muerte fue un desgraciado accidente. La investigación queda así incompleta, puesto que la barca que se encontraba atada al yate, y se utilizó aquella noche se encuentra desaparecida, al igual que las uñas de la actriz, que no fueron conservadas para su análisis.
Parece que la muerte de Natalie Wood es, y seguirá siendo un misterio.
Redacción: Aitziber López Marín
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